viernes, 10 de diciembre de 2010

CAMINO HACIA EL FUTURO








Por: Enrique Soto Roca (*)




IMPUESTO A LAS SOBREGANANCIAS MINERAS


En los últimos seis años la actividad minera se viene favoreciendo   enormemente. Incrementando de manera significativa, por encima de lo normal su rentabilidad. Es decir sus utilidades netas llegaron hasta alcanzar el 84%, como es el caso de la minera Buena Ventura, sin que estos beneficios extraordinarios signifiquen ingresos económicos adicionales para el Estado Peruano.
Esta situación de bonanza minera, viene siendo observada por algunos sectores sociales y políticos, así como por algunas personalidades entendidas en la materia e identificadas con los intereses nacionales, ya que al no compartir o redistribuir las ingentes ganancias que se está obteniendo, para mejorar el nivel de vida de la población pobre, se estaría incurriendo en una actitud injusta  y contraria al desarrollo nacional. Por lo que –y con justa razón- algunos plantean la renegociación de los contratos de estabilidad jurídica.
Sin embargo, el ministro de Economía Ismael Benavides, preocupado por el déficit fiscal ( que este año ascendería a 1.5%), así como por un posible brote inflacionario y ahorrar recursos que nos permitan, como en el 2008, afrontar un potencial recrudecimiento de la crisis financiera internacional, hará un ajuste al Presupuesto General de la República programado para el 2011., afectando de esa manera a los mas necesitados del territorio nacional, que están esperando la realización de obras de infraestructura y asistencia social en educación y salud.
Nosotros creemos, que si el señor ministro está tan preocupado por los fondos económicos que dispone el Estado, en lugar de quitar a los que menos tienen –porque eso es lo que sucede cuando se ajusta el presupuesto- no mira las ingentes ganancias que están teniendo las empresas privadas mineras, siendo la mayor parte de ellas transnacionales. Ya que aplicando un impuesto a las ganancias extraordinarias que vienen atesorando las mineras –según Waldo Mendoza, economista de la Universidad Católica- significaría que el país eleve dos puntos porcentuales en la presión tributaria respecto del PBI. De esa forma el asunto quedaría resuelto.


Cuando se dice que con esta medida se va ahuyentar la inversión privada, poniéndose en peligro futuros proyectos mineros valorizados en unos 40 mil millones de dólares, no es cierto, los inversionistas mineros tienen interés en seguir invirtiendo en nuestro país, por múltiples razones, y este impuesto no les hace mayor mella en una época de suculentas ganancias. Ellos han recuperado su inversión en tiempo record.
Es mas este impuesto no es novedad en el mundo, lo vienen aplicando entre otros países Chile , Australia y Canadá, por lo que se considera urgente que también sea implementado en nuestro país, porque  no podemos conformarnos con aportes voluntarios (óbolo), como si esto fuera una cuestión de filantropía, donde tengamos que pasar el sombrero y no una cuestión donde tengamos que hacer valer nuestros derechos sobre la explotación de nuestros recursos naturales, y peor aún cuando estos no son renovables.
Cabe mencionar, según un estudio de la Escuela de Gestión y Economía, las utilidades netas de las mineras al primer semestre del 2010 ascendieron a 2482 millones de dólares. Mientras que las utilidades netas en el primer semestre del 2009 sumaron 1547 millones de dólares, es decir hubo un incremento de 935 millones de dólares. Asimismo, cabe indicar que las mineras obtuvieron el doble de rentabilidad, con respecto al resto de empresas.

                       (*) Periodista



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