Por: Enrique Soto (*)
“La gente exitosa está repleta de
fracasos, pero a pesar de eso pudo salir adelante” comenta David Fischman en la
presentación de su último libro sobre liderazgo, desarrollo e innovación
empresarial: “El éxito es una decisión”, un título bastante sugestivo y
convincente que todo emprendedor debe tener siempre presente. En donde se trata
de alentar e instruir a miles de hombres y mujeres que año tras año se lanzan
al mundo de los negocios en nuestro país con el objetivo de crear riqueza y que
muchas veces fracasan porque no cuentan con la preparación adecuada para
manejar las circunstancias adversas que se presentan en su camino. Ya que se
requiere de constancia, persistencia, perseverancia además de conocimientos,
habilidades técnicas, científicas y profesionales para lograr el objetivo.
En tal sentido consideramos que
el aporte de este singular libro, producto de más de catorce años de continua
investigación en el campo empresarial, que con un gran esfuerzo ha realizado el
autor, es una contribución que alienta a la apertura del debate e intercambio
de ideas para exigirnos en hallar la verdad: ¿cuál debe ser el verdadero camino
del líder empresarial, que en estos momentos, nuestro país necesita con gran
urgencia, para poder impulsar el desarrollo económico sostenido y sustentable
en una coyuntura positiva que nos ha tocado vivir?. Y decimos ello, porque nos
preocupa sobre manera las declaraciones vertidas últimamente por el Ministro de
Economía y Finanzas Luis Miguel Castilla, a través de la cual lamentó la baja
productividad de las empresas del país, asegurando que es equivalente al 20% de
la generada por firmas estadounidenses. Señalando
que el mayor déficit se encuentra en las MYPES y PIMES. Las empresas que
emplean al 80% de los trabajadores. (El Comercio “Portafolio Económico” pag.4
dom. 16/12/12).
Estas declaraciones resultan
alarmantes porque creemos que se debe a un bajo nivel de gestión, cuya
responsabilidad recae principalmente en los directivos empresariales. Es decir
en los líderes. Constatando que nos falta forjar y consolidar una organización
sólida de líderes gestores empresariales altamente calificados y de primera
línea, para tener competitividad y medir fuerzas en un mundo globalizado. En
tal sentido, hay que felicitar la publicación del libro de Fischman, así como
los talleres continuos que viene realizando para superar esta dificultad, el
esfuerzo y dedicación del BCP y la Pontificia Universidad Católica del Perú, en
organizar programas de capacitación “Empresarios de Éxito” con inversiones que
superan los US $150.000, que vienen constituyéndose en un éxito en el sector
Pymes.
Además vale resaltar el espíritu
emprendedor de nuestros miles de conciudadanos que apuestan por el desarrollo
del país, a ellos hay que transformarlos de emprendedores a empresarios
profesionales altamente calificados, dándoles un entrenamiento riguroso y
exigente, alcanzándoles las herramientas
mas sofisticadas tecnológicamente
existente en el mercado, a fin que sean altamente competitivos.
El conocimiento y el desarrollo
de habilidades y destrezas del conductor, en el manejo integral de la dirección
estratégica de un negocio y/o de una empresa, micro, pequeña o mediana son de
suma trascendencia. De la forma como esté preparado y entrenado quien conduce
una empresa, dependerá el éxito. Esta situación, tiene que ver también con el
valor, la moral y la sociología del líder, con su ardiente deseo de ser mejor, con
su constancia y su perseverancia y audacia para lograr sus objetivos. Allí
radica la importancia y trascendencia que “el éxito es una decisión”, porque al
final todo lo que se haga o deje de hacer es por decisión humana. Es el ser
humano, quien decide actuar o no, atreverse o no, arriesgarse a cruzar el río o
quedarse sentado en la orilla solamente contemplando. Por ello, con mucha razón
dice Fischman “sólo si se cree en algo se alcanza el éxito”, es una verdad
absoluta, ya que es el inicio de una lucha por alcanzar un objetivo que no
sabemos cuanto tiempo demorará en lograrlo, por mas que nos pongamos fechas, ya
que estas sólo son referenciales. De allí la importancia de la perseverancia,
la constancia, la insistencia, sin que estas sean confundidas con el fanatismo,
la terquedad y la necedad, contrarias a la convicción verdadera y sincera. Ya
que muchas veces hay que cambiar los objetivos o modificar los rumbos y las
estrategias, pero estas sólo se lograrán con estudio permanente y constante. “El
sabio estudia, el fanático sigue ciegamente”, reza un dicho. Esta aclaración la
consideramos necesaria para alcanzar el éxito ya que todos los hombres soñamos
con ello.
Asimismo, es necesario señalar
que es uno quien fabrica su suerte. Efectivamente, la suerte no existe, salvo
para aquellos que creen tenerla y actúan con gran decisión, valor y coraje y
arriesgan a cada momento muchas veces todo por alcanzar un objetivo y naturalmente
que la mayoría de veces lo consiguen.
Por ello es necesario que siempre
tengamos presenta que el “éxito es una decisión” y verán como sus logros van en
aumento. Pensar y actuar de manera constante y perseverante es el fondo del
éxito, proponiéndose objetivos claros, concretos y precisos. Adelante ¡el mundo
es de ustedes!
(*)Periodista
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