lunes, 10 de abril de 2023

LA VICTORIA SE CONSTRUYE

(REFLEXIÓN)

Nada bueno se consigue en la vida avanzando por un camino fácil. Lo grande, lo hermoso, lo bello se logra con mucho esfuerzo y mucha dificultad. Y ello, solo es posible con determinación, atrevimiento y audacia. El gran poeta de la antigüedad, Virgilio, anunció en uno de sus cantos épicos a la vida de los hombres: “La fortuna sonríe a los audaces”. Y vaya que tuvo razón. Han pasado mas de dos mil años, y la frase sigue resonando en los oídos de los hombres ambiciosos, sedientos de superación, bienestar y gloria. Y hoy, mas que nunca, se ha llegado a la conclusión- después de constantes experiencias de luchas y sacrificios hasta el heroísmo- que la victoria se construye, con esfuerzo y dedicación.

Nada es imposible cuando alguien se propone, con ardiente deseo, conseguir algo en la vida. Cuando nos proponemos con determinación alcanzar una meta, y le ponemos toda nuestra energía, que se manifiesta en el derramamiento de sangre, sudor y lágrimas; lo que ofreció el gran político inglés, Winston Churchill, al pueblo anglosajón, cuando aceptó la tarea encomendada por la nación, de enfrentar y vencer a los nazis, en la Segunda Guerra Mundial. Ese ejemplo, de coraje, valentía y heroísmo, debemos hacerlo nuestro, en el diario vivir, con el propósito de ser mejores.

Todo emprendedor, que está decidido a enfrentar la adversidad y vencer, debe tener siempre presente lo mencionado líneas arriba. Comprendiendo claramente que la tarea que nos proponemos para sacar adelante nuestros proyectos de negocios no es nada fácil, en un mundo, altamente competitivo. Pero, tampoco imposible de lograr nuestras metas y objetivos trazados. Todo es cuestión de tenacidad. Los sueños se hacen realidad, solo a partir de tener una voluntad de hierro, capaz de permanecer batallando con firmeza y decisión hasta el final.

Ahora vamos a tratar de explicarnos: ¿Por qué decimos, la victoria se construye? Una pregunta interesante, que merece ser contestada con precisión y profundidad. Ya que es el punto central de nuestra reflexión. Y, la vamos a contestar de manera sencilla y didáctica. Nuestra vida, desde que se inicia, cuando llegamos a este mundo, hasta que concluye, cuando partimos con la muerte, está llena de incertidumbre, que con el transcurrir de los años, y en la medida que vamos madurando y aprendiendo, vamos comprendiendo nuestra existencia, y vamos interrogándonos sobre nuestra permanencia en este mundo. Empezando a plantearnos metas y objetivos a futuro. Avanzando un poco mas, queriendo elevar nuestro entendimiento y capacidad intelectual, nos proponemos elaborar un plan de vida; es decir, un modelo de vida que queremos desarrollar por el resto de nuestra existencia. En un afán de alcanzar la Verdad, la Belleza la Justicia y la Perfección. Valores altamente loables. Esa preocupación es, sin darnos cuenta, el inicio de la construcción de la victoria de nuestra vida. De nuestra existencia. Equivalente- tomando otro ejemplo, mas pragmático- a cuando uno ha decidido construir una casa, donde vivir cómodamente con su familia. Con la diferencia que esta obra es mas concreta, mas material, menos abstracta. Pero igual es una meta, un objetivo. Empezamos comprando un terreno, mandamos elaborar planos de construcción y edificación, empezamos hacer bases sólidas, de acuerdo al tamaño de la casa que deseamos. Luego, levantamos el primer piso, el segundo piso, y el tercer piso, de ser necesario; vienen los acabados, y finalmente tenemos la casa lista para vivir cómodamente. En todo este movimiento económico y social hemos realizado un esfuerzo, hemos hecho sacrificios, nos hemos privado de muchas otras necesidades que deseábamos, con el propósito de alcanzar nuestro objetivo. Pero al final, lo logramos, y nuestro espíritu se regocija, nuestro pecho se  hincha de alegría y placer. Nos sentimos realizados. Es una victoria, es un triunfo, es una meta alcanzada. Nosotros la hemos construido. Y, así seguiremos construyendo, todo lo que se nos plazca, con esfuerzo, constancia, dedicación y audacia. Porque creemos que es posible, porque creemos en nuestras potencialidades humanas, en nuestras habilidades, en nuestras capacidades, en fin, creemos en nosotros mismos. Y nos damos cuenta, con cristalina racionalidad, que nada cae del cielo, ni viene por arte de magia, sino es creación y esfuerzo humano. Dándonos cuenta que todo es posible alcanzar si es que en verdad nos lo proponemos de veras. Con hartas ganas. Con mucho entusiasmo y optimismo. Con la seguridad absoluta que nuestro trabajo, perseverante, siempre traerá resultados positivos, y siempre nos traerá nuevas victorias. Construidas cada vez mejor, y mucho mas grandes.

Por ello, insistimos que la victoria se construye, como ha quedado demostrado, líneas arriba, con mayor claridad, con la construcción de la casa, un objetivo, que tiene un valor incalculable para una familia. Por eso se habla siempre del “sueño de la casa propia”. Una meta, que toda familia anhela. con todo su corazón.

En tal sentido, es sumamente importante, prepararnos todos los días, con ese propósito de alcanzar siempre la victoria, estando convencidos, que la victoria se construye, como la edificación de una casa. Y conforme vayamos siendo mas diestros en la construcción de la victoria, nuestras metas serán cada vez mas grandes, en la medida que crezcan nuestras capacidades y potencialidades, que son infinitas: “El límite es el cielo”. Un día, si nos esforzamos como Dios manda, alcanzaremos la gloria, y el reconocimiento social, por nuestra dedicación al trabajo, contribuyendo, con el crecimiento y desarrollo de la humanidad.

En esa perspectiva, amigo emprendedor, no desmayes, ni desistas en tus metas y objetivos. Por alcanzar tus sueños mas anhelados. Pelea por ellos, hasta “vencer o morir”. Como dijo, el gran macedonio- hijo de Filipo- Alejandro Magno, cuando se propuso conquistar el Oriente. Sin temores. Con plena convicción que los vas a lograr en algún momento. Persevera, de manera incansable hasta que lo logres. Si fracasas en el primer intento, insiste, vuelve hacerlo, hasta lograrlo. Una y mil veces. Y aprendamos del gran filósofo alemán Friedrich Nietzche, que en su “Así Hablo Zarathustra” nos dice: “¡Animo, a pesar de todo! ¿Qué importa el fracaso? ¡Cuántas cosas son posibles todavía! ¡Aprender a reíros de vosotros mismos, como hay que reír!” Esa verdad, es absoluta, indeleble; y, nos debe ayudar muchísimo a resistir las fuertes embestidas de los vientos huracanados, que amenazan hacernos naufragar. Tener mano firme, en esos momentos, es indispensable. Serenidad y convicción en nuestros sagrados propósitos, que nos hemos planteado audazmente alcanzar en la vida. Actuando con la seguridad de que los vamos alcanzar. Cuando tengamos ganas de bailar, es que estamos muy cerca de nuestras metas. Siempre, hasta en los peores momentos, pensemos en seguir adelante, aún en medio de mil dificultades que nos acechan.

El emprendimiento, es una actividad económica y social para hombres y mujeres valientes, decididos a darlo todo, por alcanzar sus mas anhelados sueños. Hacer realidad sus proyectos de negocios, por los que luchas diariamente, mañana, tarde y noche. Y trabajan de “sol a sol y de luna a luna”. Esos hombres y mujeres deben desear producir la humanidad. Ellos son los adalides, que van a cambiar al mundo, en el quehacer empresarial moderno y globalizado. Porque son soñadores, y desean ardientemente un mundo mejor, lleno de bienestar, de justicia, de belleza y de gloria. Son una generación de pro-hombres y mujeres, que han decidido transformar el mundo. Y hacerlo cada vez mejor. Una casa para todos. Donde vivamos en paz, en armonía, compitiendo con honestidad y trasparencia. Donde se exija de cada quien, según su capacidad, y se le dé a cada quien según su necesidad.

El Nuevo Emprendedor, debe nacer con una nueva visión de mundo. Mas cooperativa y solidaria. Capaz de implementar organizaciones laborales mas humanitarias, que se constituyan en una comunidad familiar. Trabajando en equipo, como unidades altamente productivas, en armonía social y con el medio ambiente. Es decir, transformando totalmente la realidad que hoy vivimos, donde el mercantilismo, y el auge del capitalismo, sediento de acumulación, genera periódicamente inestabilidad económica y financiera global, que se resuelven a través de cruentas guerras, y violencia sin límites, como la que estamos padeciendo en estos momentos, con el enfrentamiento bélico entre Rusia y Ucrania, que no hay cuando acabar. Esta forma de vivir, tenemos, los emprendedores la obligación de erradicarla para siempre de este mundo. Quizá, parezca un sueño. Pero, estamos en la obligación de hacerlo realidad, si que remos, preservar la vida humana en el planeta.

El reto lo tenemos claro, debemos asumirlo con entereza y valor. Y estando convencidos que la victoria se construye, debemos empezar a construir esta nueva forma de vida que exige la humanidad. Con mucha paciencia, amor y decisión. Actuando con determinación y audacia. Seguros que todo nuestro trabajo en esa dirección no será en vano. Y que tarde o temprano dará sus frutos.

Con ese estado de ánimo que nos caracteriza, impulsados por nuestro abundante optimismo y entusiasmo, debemos perseverar en sacar adelante todos los proyectos y emprendimientos que tengamos en mente. Luchando tenazmente contra la adversidad que siempre va aparecer en nuestro camino. Pero, nosotros siempre estaremos preparados para enfrentarla, contrarrestarla y vencerla. Ya que tenemos un espíritu de lucha invencible. Capaz de soportar las mas duras batallas.

Termino esta breve reflexión, invocando a todos los emprendedores, que estemos siempre atentos, en el mercado, a las oportunidades de negocios. Ya que allí radica el éxito de los emprendimientos. No dejar pasar  ni una sola oportunidad.

Y nunca, nunca, nunca nos demos por vencidos. ¡Siempre Adelante!

(El Director)

domingo, 9 de abril de 2023

¡EL ARTE DE LA VENTA!

 


I

Dedicarse al oficio sempiterno de vendedor es algo maravilloso. Lo digo, con la experiencia acumulada en más de cincuenta años en la actividad. Me inicie a los diez años. Aún era un niño, que cursaba el tercer año de primaria, pero sentía, en el fondo de mi corazón un deseo natural por vender. Quizá sea por la necesidad babilónica, de aportar en algo, a sufragar el presupuesto doméstico que era escaso. Éramos pobres. Mi madre, había fallecido, hace dos años. Y mi padre era un trabajador intermitente. Por lo que fuere, yo empecé a sentir una atracción divina por esta actividad, que me parecía tremendamente placentera. Oficio, que hasta hoy lo práctico, con mucha devoción, y denodado profesionalismo, desarrollado, con mucho esfuerzo y dedicación, en más de medio siglo.

Vender es un arte. Algunas personas no valoran esta actividad, porque no la comprenden en su real dimensión. Creyendo que es un oficio subalterno. No dándose cuenta que es una actividad económica, expresada a través del comercio, que –como correas de trasmisión- enlazan y dan vida a todo el cuerpo de la actividad económica de una sociedad, país o nación. Permitiéndonos satisfacer, todas nuestras necesidades más elementales. De lo contrario, moriríamos en el abandono. Por eso, cuando el mercado se paraliza, se para la circulación de bienes y servicios. Es decir, los vendedores han dejado de atender, y cumplir con su digno oficio. Empezando a agudizarse los problemas de abastecimiento. Creándose el caos. Allí radica el valor supremo del oficio del vendedor. Permitiendo satisfacer las necesidades de los consumidores, que son los demandantes.

Para cumplir a cabalidad el oficio de vendedor, ser exitoso, y no sufrir el fracaso, hay necesidad –en quienes deseen desarrollar esta actividad- de prepararse. Estudiando y aprendiendo de manera continua, este singular oficio. Que de hacerlo con disciplina y apasionamiento te llevará inexorablemente a adquirir gran fortuna, logrando vivir cómodamente por el resto de tu vida. Todo es cuestión, de dominar el arte del buen vendedor. Para lo cual, te vamos a dar alguna pautas, que es necesario las estudies, medites y lleves a la práctica. Teniendo en cuenta que solo, y únicamente solo, ¡la acción! Es la única manera que tus sueños más anhelados, tus objetivos y tus metas sean realidad.

¡SEGURIDAD EN TI MISMO!

Una persona insegura difícilmente tendrá éxito. Más aún, en el mercado, que es un ambiente de altísima competencia, donde solamente sobreviven y sobresalen los mejores. Es decir,  los más  calificados y competitivos. En tal sentido, un buen vendedor,  preparado rigurosamente en su oficio, debe tener una fuerte dosis de confianza y seguridad en sí mismo, si desea verdaderamente triunfar. Ello significa una elevada autoestima, y una moral al tope. Aptitudes necesarias para desarrollar eficientemente el oficio. De lo contrario, será muy difícil, por no decir imposible, que logre coronar con éxito la noble tarea de vendedor.

¿Cómo se desarrolla la confianza y la seguridad en sí mismo? Con la práctica continua. Enfrentándose diariamente a los desafíos de vender nuestros productos. Interrelacionando con los clientes; persuadiendo a nuestros consumidores con la valoración de nuestros bienes y servicios que ofertamos. Exaltando la calidad de su fabricación y la competitividad de sus precios. Cuanto más practiquemos, mayor será la acumulación de la confianza  y la seguridad en nosotros mismos. Hasta que la lleguemos a dominar totalmente. Por otra parte, incrementa la confianza  en nosotros mismos, cuando estamos bien presentados. Bien vestido. “El hábito no hace al monje” reza el dicho. Pero, cuando se trata de un vendedor, esta frase no funciona. Ya que todo entra por los ojos. Los zapatos bien lustrados, como espejos. Asimismo, oler bien. Por lo que, perfumarse es una necesidad, si queremos impresionar al cliente, generarle confianza, ganar su adhesión, y lograr que nos compre. Teniendo, la confianza y la seguridad en nosotros mismos bien desarrollada, estaremos totalmente seguros que el éxito como vendedores está a la vuelta de la esquina. Y tendremos al mundo en nuestras manos. A nuestra entera disposición.

SABER ESCUCHAR

Es muy importante, saber hablar, con elocuencia y retórica. Pero, más importante, y muy difícil, es saber escuchar. Nos cuesta mucho escuchar a los demás. Es una deficiencia humana, que nos impide avanzar como buenos vendedores. Sin embargo, estamos obligados a hacerlo, si queremos alcanzar la victoria como vendedores.

Escuchar es una necesidad, en el arte de la venta, para alcanzar la cima de las más altas montañas, y convertirnos en los mejores vendedores de mundo, como nos enseña Og Mandino, en su célebre libro: “El Vendedor Mas Grande Del Mundo”. Escuchar con atención, dando a entender, con sinceridad, que quien habla es alguien importante para nosotros, que necesita ser escuchado. Y valorado. Eso permitirá que interactuemos con mayor confianza, y se abran puertas y ventanas, para nosotros.

Aristóteles Onassis, fue un hombre rico, multimillonario, porque una de sus virtudes era saber escuchar. “Escuchando, se aprende muchas cosas”- solía decir. Con esa actitud, Onassis, manifestaba un sincero interés por el ser humano.

CONOCER LOS PRODUCTOS QUE OFRECES

Es sumamente importante conocer a cabalidad los productos: Bienes y/o servicios, que ofreces. Este conocimiento te ayudará muchísimo, a convencer y persuadir al cliente, sobre la necesidad de adquirirlos. Además, te dará absoluta seguridad en el desarrollo del discurso de venta (que debe ser breve, preciso y conciso). Sin permitirte que tropieces al hablar, ya que lo dominas totalmente. Asimismo, explicarás en detalle las bondades de tus productos, haciéndolos más asequible. Así como estarás preparado para responder cualquier pregunta, de aclaración o mayor explicación, que te haga el cliente. Esa solvencia, es sumamente importante para que influyas positivamente sobre el consumidor, y te permita cerrar la venta.

Como podemos darnos cuenta, el arte de la venta, es un oficio maravilloso, como se los dije al inicio. Pero, requiere para sacarle mayor provecho preparación continua. Estudio, investigación, meditación y mucha, pero mucha práctica. Allí radica la clave del éxito en este oficio sempiterno. Que siempre existirá, mientras existan seres humanos sobre este planeta, necesitados de satisfacer necesidades.

No quisiera terminar, esta breve exposición, sin antes alentarlos, a quienes tengan grandes deseos de convertirse en extraordinarios vendedores, en ser perseverantes en sus sueños, metas y objetivos. No cejen ni un minuto en su lucha constante por lograrlo, y hacerlo realidad. No teman a nada ni a nadie. Porque, más temprano que tarde serán alcanzados. De eso estén siempre seguros.

(El Director)