“CORREN LAS APUESTAS”
Por: Enrique Soto Roca
La coyuntura electoral empieza a
sentirse con intensidad. El campo de batalla comienza a calentarse y emitir sus
primeras lenguas de fuego. Porque los comicios que se avecinan para elegir al
nuevo Presidente de la República, así como a los nuevos congresistas, que nos
representarán por un quinquenio más, no se está desarrollando con altura,
dentro de un nivel adecuado que una democracia exige, sino más parece un
festival hípico, dentro de un bullanguero hipódromo, donde corren fuertes las
apuestas, tratando de ubicar al “Santorín”
del momento, que haga disfrutar al pueblo de la egolatría lúdica.
Esta es una realidad vergonzosa,
y por tanto de suma preocupación. Después de quince años, de vivir en una
incipiente democracia, casi nada hemos avanzado políticamente. Los partidos y
la clase dirigente –si acaso la tenemos- han entrado en un proceso de
descomposición, han perdido legitimidad y credibilidad. Ya nadie cree en ellos.
Sin embargo, se siguen autoproclamando y llamando representantes del pueblo. Algo
irónico, que sólo pasa en nuestro quehacer político.
Dentro de este panorama lleno de
incertidumbre, donde el ciudadano de a pie no sabe qué futuro le espera, sin
embargo, está obligado a elegir al menos malo, ya que se le exige ir a las
urnas, sino quiere ser sancionado. Esta es una democracia compulsiva, sin
principios que debe ser reinventada.
Participar activamente, emitiendo
un voto, en este escenario es sumamente delicado y complicado para la
ciudadanía, que no tiene mucho que escoger, sino más de lo mismo, donde el
poder del dinero y el caudillismo estructural se imponen y deciden el futuro. En este riesgoso teatro de carrera lúdica, donde se escucha los vítores
de las portátiles que agitan la contienda, nos sorprende sobremanera que Keiko
Fujimori, hija de Alberto Fujimori, dictador, violador de derechos humanos y el
gobernante más corrupto que hayamos tenido en nuestra historia republicana.
Educada en la escuela política de Vladimiro Montesinos por diez años, ejerciendo
el cargo de primera dama, está en estos momentos liderando las encuestas. Esto significa
que poco o casi nada hemos aprendido en democracia sobre el quehacer político.
Es necesario tener muy presente,
que nos costó muchísimo, traernos abajo la dictadura fujimontesinista, que tenía proyectado
perpetrarse en el poder por treinta años, pero gracias a la valiente decisión y
movilización del pueblo peruano, esos oscuros objetivos fueron derrotados. Al
verse descubiertos, ambos huyeron, abandonaron el país, pero la justicia
popular se impuso, los procesamos y hoy están presos. Sin embargo, sus huestes,
se han recompuesto, y amenazan nuevamente tomar el poder. Si no es así, Keiko,
está en la obligación moral, como ciudadana peruana, de deslindar políticamente
con su padre y de su nefasto asesor Vladimiro Montesinos. Tiene que demostrar cabalmente, que los lazos políticos
que los unían, están totalmente rotos. De lo contrario muchas dudas se tejerán en su
entorno.
Por otro lado, Pedro Pablo Kuczynski
(PPK) corre de manera desesperada por llegar a la casa de Pizarro, entendemos
que su ansiedad, es por la edad. Lo que nos llama la atención sobre manera, es
que tuvo oportunidad de hacer realidad sus sueños e ideales que hoy profesa
para mejorar el país, cuando fue ministro de estado en varios gobiernos, no los
hizo ¿por qué será? Es una interrogante que todos nos hacemos, por lo que
dudamos de su sinceridad. Es que, los políticos tradicionales han convertido al
pueblo en desconfiado e incrédulo. Ahora todos los ciudadanos parecen decir,
como Santo Tomás de Aquino “ver para
creer”.
En este abanico incierto de
opciones que nos pone la escena electoral, en esta carrera hípica, el aprismo
se haya convulsionado en torno a la figura de Alan García. Dicen algunas voces
de Alfonso Ugarte, que los compañeros han empezado a desconfiar del éxito de su
candidato, ya que tiene tres meses consecutivos en bajada, según las encuestas
más serias a nivel nacional, de lo que tenía 10% de aprobación, ahora sólo
registra 6%. Sigue manteniendo el tercer lugar, pero se haya nerviosamente muy
cerca del cuarto que lo ocupa Alejandro Toledo con un 4%. Los compañeros temen
que su líder caiga estrepitosamente al cuarto lugar. Esta situación los dejaría
mal parados. En tal sentido, ha empezado a promoverse al interior de los
seguidores de Haya de la Torre, una nueva corriente denominada “ala honesta”, que tendría como objetivo
reemplazar el liderazgo de García, levantando la figura de Enrique Cornejo,
quien destacó haciendo un buen papel como candidato a la alcaldía de Lima, en
las elecciones pasadas. Esto lo haría merecedor de ser el reemplazo de García
como líder al aprismo. Sin embargo, la situación no es tan fácil, las pugnas
dentro del partido recién empiezan. Se cree que Alan no aceptará que Cornejo lo
reemplace, y buscará un candidato independiente para que corra por la estrella,
de allí sus coqueteos con Lourdes Flores Nano del PPC. Dentro de esta realidad,
los apristas viven una coyuntura muy delicada, de harta incertidumbre que se
les agrava, cuando saben que en las próximas elecciones van a tener que afrontar, la imagen de
corruptos, que se les ha creado con los “narcoindultos”,
y de incapaces y mafiosos con el llamado “Baguazo”
y los “petroaudios”. Esta situación
no va a ser tan fácil de escabullir, a pesar de su histórica experiencia que
tienen sorteando obstáculos políticos. Finalmente, decimos, que el cuarto lugar
se vuelve codicioso, porque consideramos que uno de los cuatro primeros que
lleguen al mes de enero será elegido. Por lo que, el que ocupa el cuarto lugar
en este momento no quiere soltarlo, pero varios pujan por sacarlo. Creemos
sinceramente que Toledo no tiene opción de ser elegido nuevamente presidente.
Su imagen está muy mellada por el escandaloso caso “Ecoteva”, sus constantes contradicciones, que lo exponen como un mentiroso
compulsivo. En tal sentido, ese espacio en cualquier momento será ocupado por
uno de los candidatos considerados chicos. La pelea por esa ubicación la darán
César Acuña, Daniel Urresti, Humberto Lay entre otros que pudieran aparecer. El
cuarto puesto va a ser una ubicación bien reñida, que bien puede servir como un
trampolín para llegar a la presidencia. En este escenario, de ovación, vítores,
marchas y contramarchas de portátiles orquestadas, el hipódromo electoral
funciona, las apuestas empezarán a correr con mayor furor, ya que la propuesta
y el plan de gobierno fueron olvidados, la función lúdica debe continuar, esa
es nuestra alicaída democracia que estamos obligados a reinventarla, por el
bien del país y de todos sus ciudadanos.
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