Por: Enrique Soto (*)
En un discurso de más de cinco horas -por fiestas patrias-, ante la “representación” nacional, la señora presidenta Dina Boluarte nos mantuvo en una eterna incertidumbre, queriendo demostrar ante el pueblo peruano, que vivimos en un país de maravilla. Donde no existe desaceleración económica, recesión, corrupción, inseguridad ciudadana, desempleo, ni pobreza. Todo anda –según ella- sobre rieles; estando el país, rumbo a la prosperidad y bienestar general. Nada más falso que la realidad categóricamente la desmiente.
Finalmente, terminó cansándonos a
todos, con tremenda perorata, que nadie le creyó, y muchos abandonaron el hemiciclo,
antes de que termine de leer su voluminoso mamotreto; mientras otros se quedaron
dormidos, como el canciller, Javier González-Olaechea.
La realidad, que vive día a día
el ciudadano de a pie, contradice radicalmente tan osado discurso, que ha
significado una falta de respeto a la inteligencia del pueblo peruano, que
siente un legítimo temor ante el avance vertiginoso de la inseguridad
ciudadana, viéndose amenazado constantemente por el accionar del crimen
organizado, que perturba la tranquilidad y la paz de los pueblos, impidiendo
nuestro desarrollo económico.
Es cierto –nadie lo puede
ocultar- que la economía ha crecido en los meses pasados de abril y mayo en más
del 5 %. Sin embargo, esto no es argumento sólido como para cantar victoria y creer
indubitablemente que se ha dado inicio al crecimiento económico en el país,
habiendo superado la desaceleración, recesión y desempleo, comenzando una
recuperación de la pobreza. Algo totalmente inaceptable y sin fundamento
sostenible. Ya que ello no es suficiente como para generar confianza y atraer
inversiones, que es realmente lo que necesitamos, permitiendo que el mercado se
mueva, incrementando de manera sostenible el consumo interno. Mejorando de tal
forma la calidad de vida de todos los peruanos.
INICIAMOS BIEN EL SIGLO XXI.
LUEGO ¿QUE PASÓ?
Es bueno recordar que la
estabilidad macroeconómica, la apertura comercial y un entorno internacional
favorable permitieron que el Perú incremente su ingreso per-cápita en las dos
primeras décadas de inicio del presente siglo. Subió de USD 2040 en el 2002 a
USD 7,126 en el 2022. Y entre el 2004 y el 2013, el país experimentó un
crecimiento considerable, por encima del 6% y 7%. Reduciéndose la pobreza de
manera significativa, pasando del 60% que teníamos, a registrar un 33% al final
de dicho periodo. Siendo a partir del 2014, que empieza la parálisis, a raíz de
la caída de los precios internacionales de los minerales y la desaceleración económica
de nuestros principales socios comerciales, dando lugar a un crecimiento lento,
ínfimo, con promedio de tan solo, 3% del PBI entre 2014 y 2019, cuando fuimos
afectados severamente por la pandemia de COVID-19.
Estamos, en estos momentos en un
nuevo ciclo económico global que nos favorece; con una crecida significativa de
los precios de los minerales, que demandan los grandes países industrializados.
Principalmente el oro y el cobre, cuyos precios han crecido abrumadoramente en
los dos últimos años. Y según perspectiva, de los analistas especializados,
seguirán creciendo en los próximos años.
Sin embargo, no estamos
aprovechando, como es debido, esta oportunidad que nos brinda el mercado
internacional –teniendo en consideración que somos un país minero, y que la
industria minera es el motor de nuestro crecimiento y desarrollo-, teniendo en consideración
que existe una actitud de indiferencia por parte de nuestras autoridades, de no
querer apuntalar al sector, para que pueda sumarse de manera efectiva a esta
nueva ola que nos brinda el mercado mundial.
Esta es una brillante oportunidad
que tiene el país para empezar a crecer económicamente de manera sostenida.
Reeditando y mejorando lo que nos sucedió a inicios del presente siglo.
ACABAR CON LA POBREZA
Tenemos que acabar con la pobreza.
Esta es una responsabilidad política, social y humana que deben asumir los
gobernantes de turno. Comparado con el año 2019 de pre pandemia, en el 2023, el
número de pobres aumentó en más de 3 millones (3.290.000). Incrementándose el
número de pobres tan solo en el año 2023, en 596,000 personas. Y podemos
aseverar que la tasa de pobreza en las ciudades casi se duplicó. Pasando de
14,6% a 26,4%.
Esta alarmante realidad que
padecen el 30% de la población, no se va a superar pronunciando extensos
discursos altisonantes, como el que hemos oído por parte de la presidenta Dina
Boluarte en fiestas patrias, sino con acciones decididas, reconociendo la
gravedad de los hechos. Promoviendo la inversión pública, realizando mega obras
que generen empleo inmediato y muevan el mercado, con remuneraciones dignas que
aperturen la demanda interna. De lo contrario, le preguntaríamos a la
mandataria por su ineptitud puesta al descubierto: ¿Hacia dónde vamos señora
presidenta Dina Boluarte?
REMUNERACIÓN MÍNIMA VITAL
Creemos que es urgente el
incremento significativo, de la Remuneración Mínima Vital, que está en 1,025 soles.
Cantidad que no cubre la Canasta básica familiar que se ubica actualmente por
encima de los 2,000 soles. De esta forma se inyectaría mayor liquidez al
mercado, poniendo más dinero en los bolsillos de los trabajadores.
Promoviéndose el consumo.
Asimismo, se impulsaría el
crecimiento económico, superando la pobreza, el desempleo y la recesión,
atacando los males neurálgicos que impiden nuestro desarrollo como la
corrupción que sustrae alrededor del 15% anualmente, del Presupuesto General de
la República. Durante el 2022, se le robó al país -según la Contraloría
General- un estimado de 24,419 millones de soles. De los cuales el 56% fue
saqueado por los gobiernos regionales y municipales y el 44% fue expropiado por
las autoridades del gobierno central. Con estos robos que se realizan año tras
año, bien se hubiera podido acabar con la pobreza de manera total.
Por otra parte, es urgente
garantizar la Seguridad Ciudadana. El estado de inseguridad en que vivimos
todos los peruanos impide el crecimiento y desarrollo económico, creando
inquietud y zozobra en los centros laborales. Ante las constantes amenazas de
secuestro, extorsión, robos y asaltos de que son objeto. Sin que haya modo de
pararlo. Esta situación de desmadre promovido por el crimen organizado
trasnacional está en crecida, poniendo en peligro la estabilidad nacional. Y el
gobierno nada puede hacer de manera efectiva para controlar esta avalancha.
Decretó el Estado de Emergencia en jurisdicciones de mayor peligrosidad. Sin
mayores resultados. Resultó todo un fracaso. Últimamente, se viene ensayando, a
través de la Policía Nacional, programas preventivos como “Amanecer Seguro” y
Retorno Seguro”, operativos que se realiza tres horas continuas al inicio del
día y otras tres horas mas al anochecer. Como si el pueblo necesitaría
seguridad solo seis horas al día. Esto es una burla.
CON INTELIGENCIA ACABAREMOS CON
EL CRIMEN ORGANIZADO
Lo que se tiene que hacer, para
acabar con la delincuencia y el crimen organizado – ya lo han dicho expertos en
la materia- es fortalecer y apuntalar la inteligencia en la Policía Nacional,
realizando una previa reestructuración organizacional en la institución,
purgando malos elementos. Tenemos experiencia exitosa en esta forma de lucha,
que la obtuvimos combatiendo el terrorismo. Logrando capturar a sus líderes,
que hoy están presos. Lo hicimos con inteligencia. ¿Dónde está el Grupo Especial
de Inteligencia (GEIN)? Esa unidad de élite, creada dentro de la Dirección
Nacional Contra el Terrorismo, que tuvo logros históricos y que fue desmontada
por intereses subalternos. Eso es lo que tenemos que hacer, nuevamente, incrementar
la inteligencia en la Policía Nacional, para poder acabar con todas esas bandas
criminales que asolan y acechan al país. No tenemos otra alternativa. Capturar
a sus líderes y desarticular sus organizaciones como lo hicimos con Sendero
luminoso y el MRTA.
Trayendo la paz, generaremos
confianza en los inversores nacionales e internacionales; creando trabajo
iniciaremos el crecimiento económico. Empezando un nuevo ciclo en el país de
crecimiento y desarrollo.
“TÍA MARÍA” VA
Finalmente, consideramos, que es
sumamente importante poner la atención debida al sector minero. Ya que estamos
convencidos que es la Industria Minera, la que nos sacará adelante,
considerándola como una locomotora que arrastrará todos los coches que
constituyen los demás sectores de quehacer económico nacional, promoviendo la
diversidad. En esa medida debemos apostar, con mayor decisión en que el
Proyecto Minero Tía María, salga adelante. Ya quedó demostrado que es un
proyecto que no contamina el medio ambiente, ni quita el agua a los
agricultores. Ya, la gran mayoría de la comunidad del Valle del Tambo, se han
convencido que “Tía María” traerá trabajo y desarrollo para todos. Generando
más de 9,000 puestos de trabajo de inicio. Este paso será trascendental y
gatillará nuevas inversiones gigantescas, que fortalecerán la industria minera
en el Perú.
No permitamos que este ciclo de
crecida de precios en el mercado internacional se no pase, sin haberlo
aprovechado. Somos un país bendecido con esta gran oportunidad que nos brinda
la economía global. La pelota está en nuestra cancha, de nosotros ahora depende
que metamos el gol de la victoria.
(*) Periodista
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