Por: Enrique Soto (*)
El proceso de enfriamiento y
desaceleración de la economía en nuestro país -sentido con mayor fuerza durante
todo el 2014-, parece haber tocado fondo en febrero de este año, con un
crecimiento de apenas 0.94%- nos anuncia, según algunos analistas, el fin del
boom económico.
¿Es cierta esta afirmación?
¿Estamos al inicio de la llegada de las vacas flacas? ¿Se viene una turbulencia
que puede desestabilizar económicamente el país? ¿Qué podemos hacer para
revertir este galopante enfriamiento económico? O es que debemos esperar
impávidos, la llegada del próximo gobierno para que nos salve.
La situación es delicada y
compleja, que ha sobrepasado los límites de un análisis meramente técnico,
ubicándose en la necesidad de profundizar los estudios más allá de políticas
monetarias y fiscales sin afirmar que
estas no sean sumamente importantes y muchas veces determinantes, sino que hay
que ahondar -para explicarnos este fenómeno científicamente- en el estudio del
quehacer social, con el propósito de tomar acertadas decisiones, so sólo
económico sino principalmente políticas.
CUIDADO CON EL RUIDO POLÍTICO
En medio de este marasmo, y a
pesar de ser intenso y sonoro el ruido político, los voceros del gobierno no
han ocultado su desbordante optimismo, en torno a la recuperación de la
alicaída situación económica que padecemos. Por su parte, el Vice Ministro de
Hacienda del MEF, Carlos Oliva, señala que no le preocupa para nada el descenso
astronómico del crecimiento económico registrado en el mes de febrero de 0.94%,
es que ya se lo esperaban, como esperan que el crecimiento del primer trimestre
de este año será de 1,5%, el más bajo de los últimos diez años.
Para ellos, según manifiesta,
siguiendo los acordes del Ministro de Economía, Alonso Segura y el titular del
BCR, Julio Velarde, la recuperación económica vendrá -como una avalancha– a partir
del segundo semestre del 2015, donde el crecimiento del PBI, será superior al
4% a finales del III trimestre y superará el 5% el IV trimestre (diario Gestión
17 abril 2015). La proyección oficial del MEF y el BCR es de 4.2% para el 2015.
EL FMI BAJA SU PRONÓSTICO A 3.8%
La Comisión Económica para
América Latina y el Caribe (CEPAL), coincide con esta proyección de crecimiento
económico oficial por parte del gobierno peruano. El Fondo Monetario
Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM) han hecho algunos ajustes a partir
de los últimos acontecimientos. Consideraron inicialmente cuando visitaron el
Perú, el año pasado, un crecimiento para el 2015 de 5%. Luego lo hicieron
variar rebajándolo a 4.2%, últimamente han referido que el crecimiento este año
en nuestro país alcanzará 3.8%
¿En qué basa su entusiasmo y gran
optimismo el MEF? En el repunte gradual, que hará de la inversión pública, que
se concretará principalmente en la ejecución de tres megaproyectos, cuyas obras
se iniciarán las próximas semanas (diario Gestión 17 abril 2015), como son: la
Línea 2 del Metro de Lima, con una inversión este año de 1,200 millones de dólares
y una cifra similar en promedio los próximos años. Otro es el inicio de
ejecución del Proyecto del Gasoducto Sur Peruano (GSP), y el tercero sería la
modernización de la Refinería de Talara (MRT), cuyas obras empezarán en el
segundo semestre. Sin tener en cuenta la realización de otros proyectos menores
que redundará -según sostienen- con creces, en el incremento significativo de
la inversión pública.
Sin embargo, no piensan igual, ni
comparten esta singular alegría desbordante, el Ex Ministro de Economía, Luis Carranza,
ni tampoco el Jefe del Área de Economía, Finanzas y Contabilidad de Centrum
Católica, César Álvarez, quien sostiene que uno de los principales motores de
la economía peruana es la inversión privada, que cubre el 80% del total de la
inversión en nuestro país y ésta ha caído y está retrasada significativamente.
Por lo que a pesar del crecimiento de la inversión pública que alcanzará un
repunte del 2.5%, las expectativas del crecimiento del PBI, promocionadas por
el MEF, tal como están las cosas, no serán alcanzadas y por el contrario estimó
que el crecimiento peruano apenas alcanzaría 2.5% e incluso menos. Y recomendó
que el Estado debiera liderar las políticas de reactivación económica a través
de Decretos de urgencia en los principales sectores (diario La república 5
marzo 2015).
PODRÍAMOS CRECER 2%
Por su parte Luis Carranza es
escéptico con afirmaciones de crecimiento del 5.5% y/o del 4.8% como sostiene el
ministro Alonso Segura, manifestando que nuestro crecimiento será cercano al 3%
si se logran estabilizar las expectativas de los agentes económicos. Pero si
continúa el clima de confrontación política, la desconfianza en el sector
privado, las demoras en aprobaciones, el crecimiento será del 2% (diario El
Comercio 4 abril 2015).
Como podemos darnos cuenta las
proyecciones del crecimiento económico del país para este año son diversas. Lo
bueno es que todos coinciden que seguiremos creciendo, aunque no al ritmo de
los últimos diez años, ya que las condiciones globales han variado
radicalmente, y además valga decirlo no contamos con un equipo de gobierno
nacional efectivo y capaz (léase idóneo) que pueda capear audazmente el
temporal internacional y nos saque adelante, ya que contamos con los recursos
económicos suficientes para emprender tamaña empresa.
En tal sentido, este proceso de enfriamiento
y desaceleración que estamos experimentando no signifique que nos estemos
jugando la baja en esta competencia mundial y/o regional, sino que estamos
desaprovechando una gran oportunidad de ser los mejores en Latinoamérica y
tener una posición expectante a nivel continental y ser reconocidos a nivel
mundial. Es decir, debemos aparecer de manera sostenida en el mapa económico
global. Estamos a punto de lograrlo.
¿CUÁL VACAS FLACAS?
A partir de lo manifestado líneas
arriba –salvo sucedan hechos muy fuertes- no estamos esperando la llegada de
las vacas flacas, como tampoco sentimos la presencia de las gordas de los
últimos diez años anterior al 2013-2014, con el boom de las exportaciones y los
altos precios internacionales de los commodities. Esa situación de gran bonanza ha pasado. Pero nosotros hemos acumulado. Estamos
en buenas condiciones para bloquear, resistir y contrarrestar cualquier
vendaval económico global. Por eso, no hay que descuidarnos, porque podríamos
perder lo ganado y eso sí es preocupante.
Hace más de una década nuestras
arcas estaban vacías y/o semivacías. Hoy nuestras Reservas Internacionales
Netas (RIN) al 3 de marzo del 2015 llegan a 62 mil 408 millones de dólares a
pesar que al 23 de diciembre del 2014 cerramos con 65 mil 482 millones de
dólares, ¡cuidado!
Hemos disminuido en más de 3 mil. Hay que preocuparnos.
Tenemos superávit fiscal por más
de 3 mil millones de dólares.
Nuestro Producto Bruto Interno
(PBI) hace diez años era de aproximadamente 80 mil millones de dólares, hoy
tenemos un PBI que supera los 200 mil millones de dólares. Asimismo, teníamos
un sector de pobres de alrededor del 50%. Hoy ésta bordea el 23%. Para el
Bicentenario esta debería estar en 10 ó 15%. Camino a su desaparición.
Así podríamos ir mencionando
otros factores de prosperidad y desarrollo, pero lo hubiéramos hecho mejor.
Este gobierno Nacionalista del Comandante Ollanta Humala, se perdió una gran
oportunidad de trascender en la historia republicana. El reto era
industrializar el país y liderar sostenidamente la región. No lo hicieron. A
estas alturas ya es tarde. Que se olviden, en este atardecer, de realizar
cualquier reforma. Deben concentrarse en hacer una buena transferencia y
recuperar el crecimiento económico a como lo encontraron. Pedir más es
incongruente. Estamos en las postrimerías de un proceso electoral, donde los
peruanos elegiremos a un nuevo presidente y a nuevos parlamentarios, que gobernarán
el país por cinco años más (2016-2021).
INSTITUCIONALICEMOS EL DIÁLOGO
Ahora no le queda otra cosa al
gobierno, que, con su nuevo Jefe de Gabinete Ministerial, logre bajar el ruido
político. Colme las aguas turbulentas de la confrontación continua y se
instaure como una institución, el Diálogo Nacional. Hasta hoy –a pocas horas de
tener que ir al Congreso a solicitar el voto de confianza- Pedro Cateriano, lo
está haciendo muy bien. Está dialogando y reuniéndose con todos los sectores.
Hasta ha visitado a la Central General de Trabajadores del Perú (CGTP), que
representan la vanguardia de la clase trabajadora y están aprovechando en
pedirle que el gobierno mejore la legislación laboral y se incremente el sueldo
básico que está en 750 Nuevos Soles. Ya nosotros lo veníamos planteando en
anteriores artículos, porque consideramos que es una forma efectiva de
estimular el consumo interno, para disminuir la desaceleración y como una forma
de iniciar la redistribución más justa de la riqueza. Tenemos que ir
gradualmente disminuyendo la desigualdad.
INDUSTRIALIZAR EL PAÍS
Por su parte, entrándole al
debate económico, ya que también está en carrera política, Pedro Pablo Kuczynski
ha señalado que ya “que persiste el problema de la falta de dinamismo de
nuestra economía” es fundamental restablecer fuerza y crecimiento” (diario
Correo 15 marzo 2015). Proponiendo crear un régimen tributario exclusivo y
cómodo para que las pequeñas empresas se formalicen: por ejemplo -plantea- 10%
de Impuesto a la Renta por diez años en lugar de 30%. Asimismo, bajar
gradualmente la tasa del IGV, 1% por año hasta llegar a 15% o quizá menos.
Crear un seguro de desempleo. Y remata la propuesta señalando la necesidad de “promover
la industrialización que es la que paga los mejores sueldos y fomenta la
tecnificación. Debemos crear parques industriales” sostiene PPK. Planteamientos
que no están mal, pero que requieren de sostenimiento. Tengamos en cuenta que
fue ministro de economía en gestiones de gobiernos anteriores y nada
trascendente realizó. Salvo continuos paquetazos dictados por el Fondo
Monetario Internacional y el continuo ajuste de cinturones, hasta la inanición.
Hoy quiere ser presidente y está en su derecho.
ESTIMULAR EL CONSUMO INTERNO
Finalmente, consideramos que la
reactivación económica debe realizarse con eficiencia, sin golpear a la clase
trabajadora, soporte neurálgico de la producción. En tal sentido, las medidas
urgentes que debe implementarse debe darse pensando en estimular el consumo
interno. Y no inspirados en la lógica de disminución de los derechos laborales,
como la Ley Pulpín. Ni disminuyéndose estándares ambientales, ni el otorgamiento
–al gran capital- de tratos tributarios especiales. Ya que estas medidas
contribuyen a ensanchar las brechas de desigualdad en el Perú. Por tanto, no son
efectivas. Es necesario promover y sacar adelante los grandes proyectos mineros
–buscando la licencia social a través del diálogo- como Conga, con más de 5 mil
millones de dólares de inversión privada, Tía María, con 1500 millones de
dólares, Toromocho, Las Bambas, Río Blanco, entre otros. Tengamos en cuenta que
el Perú es un país minero, y esa riqueza tenemos que saber aprovecharla, siendo
vigilante -claro está- en su proceso exploratorio y de explotación, cuya
riqueza debe ser compartida con el desarrollo de la comunidad.
Por otra parte, seremos
reiterativos en señalar que “las vacas flacas” no están en camino, ni tampoco
nos estamos jugando la baja en esta competencia en el mercado mundial. Por ese
lado, debemos estar tranquilos y seguir trabajando de manera decidida con
emprendimiento.
(*) Periodista
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