Por: Enrique Soto (*)
Manejar con prudencia y salir con
acierto de la situación de crisis y turbulencia que ha recaído sobre las
espaldas del nuevo primer ministro Pedro Cateriano, ha sugerido el patriarca
del PPC, Luis Bedoya Reyes, manifestando que “es cuestión de muñeca”, durante la reunión que ambos sostuvieron
en un primer intento de búsqueda por parte del gobierno de calmar las aguas y
tratar de reinstalar una verdadera mesa de diálogo nacional con la oposición.
LA SITUACIÓN SIGUE CALIENTE
Sin embargo, la situación sigue
caliente, el nombramiento de Cateriano como nuevo Jefe del Gabinete en
reemplazo de la defenestrada, Ana Jara, genera aversión en la oposición, que
en estos momentos se halla fortalecida. Ya que lo ven como una provocación del
oficialismo, porque lo consideran un hombre belicoso y confrontacional, y no un
individuo dialogante y de consenso, a pesar que manifestó, inmediatamente
después de juramentar en el cargo: “voy a
tener que cambiar porque como Presidente del Consejo de Ministros, seré el
vocero del Ejecutivo”. Esto no es creíble.
NOMBRAMIENTO PROVOCADOR
Tal es así que. por su parte, el
vocero del PPC, ha declarado que el nombramiento de Cateriano revela la
persistencia del gobierno en continuar con su actitud hosca con las diferentes
bancadas políticas. Mientras que el de Solidaridad Nacional ha dicho que es un
tremendo error su nombramiento porque tiene una conducta confrontacional. Sin
embargo, Alan García, líder del Partido Aprista, fue más prudente, escribiendo
en su cuenta de twitter: “serena y atenta
es la posición del aprismo ante el nuevo gabinete. La situación del país y las
necesidades del pueblo así lo exigen”.
Como podemos darnos cuenta la
situación es delicada y se encuentra minada siendo responsabilidad de la clase
política de andar con tiento.
Cualquier mala movida puede ser
explosiva. Por eso señala el diario El Comercio en el editorial del sábado 4 de
abril, titulado “Ni Sansón ni los filisteos. Ni el primer ministro ni la
oposición deben forzar una situación extrema”. E inicia la redacción de la
posición del diario, transcribiendo una recomendación realizada por The
Economist que a la letra dice: “El
presidente haría bien en nombrar una figura conciliatoria. Y, habiendo ya hecho
su punto, la oposición haría bien en no forzarlo”. Sin embargo, esto no ha
sucedido y el ciudadano de a pie cree que cualquier cosa puede pasar en un
ambiente convulsionado.
DÉMOSLE UNA OPORTUNIDAD
Más adelante, el mencionado
editorial señala que “lo sensato es darle
una oportunidad al señor Cateriano”. Algo sumamente inteligente que
compartimos, pensando en la estabilidad democrática, en la retoma del
crecimiento económico y el bienestar general para los 30 millones de peruanos
que vivimos en este país.
Asimismo, compartimos con el
decano del periodismo nacional, con respecto al tema, cuando en otro editorial
anterior “La Dura Democracia” (1 de
abril del 2015) sostuvo que “en el caso
de la censura a los ministros por el Parlamento, por ejemplo, es evidente que
la necesidad de llegar a ese extremo es siempre consecuencia de que el
Ejecutivo no está dispuesto a admitir que está en falta. De otro modo el
ministro cuestionado renunciaría por iniciativa propia y asunto resuelto”. Sin
embargo, como lo hemos señalado en un artículo anterior, la señora Ana Jara, en
complicidad con sus jefes y/o ordenado por ellos, prefirió inmolarse y dejarnos
esta tierra minada. Algo que pudo políticamente preverse y evitarse, pero muchas
veces el orgullo, la soberbia y la arrogancia no lo permiten y nos ciegan
impidiéndonos ver la realidad.
SALIR DEL ATOLLADERO SÍ O SÍ
Ahora no queda otra cosa que
salir del atolladero a como dé lugar. Tengamos en cuenta que el nuevo gabinete presidido
por Pedro Cateriano tiene un plazo de 30 días para concurrir al Congreso y
solicitar el voto de confianza. Así mismo, si el gabinete no obtiene la
confianza o es censurado por segunda vez, el Presidente está facultado a
disolver el Congreso y convocar a elecciones parlamentarias en los siguientes
cuatro meses. En esta situación creemos que el nuevo gabinete recibirá el voto
de confianza, ya que, a estas alturas del partido, ningún congresista quiere
dejar su puesto. Así vaya en caso extremo, Pedro Cateriano, de acuerdo a su
naturaleza, con la pierna en alto y con actitud beligerante y confrontacional. En
este escenario a la oposición inteligente, no le queda otra opción que darle
luz verde por ahora, a la espera del inicio del último año de gestión
gubernamental, para inmediatamente defenestrarlo, en un escenario puramente
electoral. Algo que igualmente sería muy perjudicial para los intereses del
país. Pero al menos, ellos no perderían su trabajo.
SEAMOS OPTIMISTAS
Pero, seamos optimistas y
pensemos que vamos a llevar la misa en paz. Y que este inicio de reuniones
políticas en el más alto nivel permita tranquilizar las aguas. Las reuniones
con Luis Bedoya Reyes, con Pedro Pablo Kuczynski, Keiko Fujimori y Alan García,
es un buen sistema. Así como la declaración del aprismo, que están dispuestos a
dialogar, para hallar una salida a esta crisis política. El fujimorismo está en
la misma línea, ya que participaron en la segunda convocatoria de diálogo
nacional promovida por el oficialismo. Por su parte, Kenyi Fujimori ha
manifestado que “el cierre del parlamento
generaría más inestabilidad e incertidumbre” dando a entender que ellos van
a darle el voto de confianza al nuevo gabinete.
Finalmente, hay que considerar que, en una
situación de beligerancia permanente, de confrontación continua, nadie gana,
todos pierden. Claro está más unos que otros. Como siempre quien se lleva la
peor parte es el pueblo, que empezará a sentir nuevamente el crecimiento de la
pobreza, a partir de la falta de empleo, producto de la fuga de la inversión
privada, y la falta de incentivo a la competitividad.
RENACE UNA NUEVA FUERZA
Si esto no cambia estamos a
puertas del renacer de una nueva generación, que ya en una oportunidad hicieron
retroceder al gobierno de turno, que audaz y pujante emergerá y expulsará del
quehacer político a una casta, por no decir, de políticos miopes, mediocres e
incapaces, con algunas excepciones, y se instalará para promover el crecimiento
y florecimiento de una nueva nación, como decía Gonzales Prada.
(*) Periodista
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