sábado, 25 de abril de 2015

¿SE VIENEN LAS VACAS FLACAS?

Por. Enrique Soto

El proceso de enfriamiento y desaceleración de la economía en nuestro país –sentido con mayor fuerza durante todo el 2014-, parece haber tocado fondo en febrero de este año, con un crecimiento de apenas 0.94%- nos anuncia, según algunos analistas, el fin del boom económico.
¿Es cierta esta afirmación? ¿Estamos al inicio de la llegada de las vacas flacas? ¿Se viene una turbulencia que puede desestabilizar económicamente el país? ¿Qué podemos hacer para revertir este galopante enfriamiento económico? O es que debemos esperar impávidos, la llegada del próximo gobierno para que nos salve.

La situación es delicada y compleja, que ha sobrepasado los límites de un análisis meramente técnico, ubicándose en la necesidad de profundizar los estudios más allá de políticas monetarias y fiscales sin  afirmar que estas no sean sumamente importantes y muchas veces determinantes, sino que hay que ahondar -para explicarnos este fenómeno científicamente- en el estudio del quehacer social, con el propósito de tomar acertadas decisiones, so sólo económico sino principalmente políticas.

CUIDADO CON EL RUIDO POLÍTICO

En medio de este marasmo, y a pesar de ser intenso y sonoro el ruido político, los voceros del gobierno no han ocultado su desbordante optimismo, en torno a la recuperación de la alicaída situación económica que padecemos. Por su parte, el Vice Ministro de Hacienda del MEF, Carlos Oliva, señala que no le preocupa para nada el descenso astronómico del crecimiento económico registrado en el mes de febrero de 0.94%, es que ya se lo esperaban, como esperan que el crecimiento del primer trimestre de este año será de 1,5%, el más bajo de los últimos diez años.

Para ellos, según manifiesta, siguiendo los acordes del Ministro de Economía, Alonso Segura y el titular del BCR, Julio Velarde, la recuperación económica vendrá -como una avalancha– a partir del segundo semestre del 2015, donde el crecimiento del PBI, será superior al 4% a finales del III trimestre y superará el 5% el IV trimestre (diario Gestión 17 abril 2015). La proyección oficial del MEF y el BCR es de 4.2% para el 2015.



EL FMI BAJA SU PRONÓSTICO A 3.8%

La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), coincide con esta proyección de crecimiento económico oficial por parte del gobierno peruano. El Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM) han hecho algunos ajustes a partir de los últimos acontecimientos. Consideraron inicialmente cuando visitaron el Perú, el año pasado, un crecimiento para el 2015 de 5%. Luego lo hicieron variar rebajándolo a 4.2%, últimamente han referido que el crecimiento este año en nuestro país alcanzará 3.8%

¿En qué basa su entusiasmo y gran optimismo el MEF? En el repunte gradual, que hará de la inversión pública, que se concretará principalmente en la ejecución de tres megaproyectos, cuyas obras se iniciarán las próximas semana (diario Gestión 17 abril 2015), como son: la Línea 2 del Metro de Lima, con una inversión este año de 1,200 millones de dólares y una cifra similar en promedio los próximos años. Otro es el inicio de ejecución del Proyecto del Gasoducto Sur Peruano (GSP), y el tercero sería la modernización de la Refinería de Talara (MRT), cuyas obras empezarán en el segundo semestre. Sin tener en cuenta la realización de otros proyectos menores que redundará –según sostienen- con creces, en el incremento significativo de la inversión pública.

Sin embargo, no piensan igual, ni comparten esta singular alegría desbordante, el Ex Ministro de Economía, Luis Carranza, ni tampoco el Jefe del Área de Economía, Finanzas y Contabilidad de Centrum Católica, César Álvarez, quien sostiene que uno de los principales motores de la economía peruana es la inversión privada, que cubre el 80% del total de la inversión en nuestro país y ésta ha caído y está retrasada significativamente. Por lo que a pesar del crecimiento de la inversión pública que alcanzará un repunte del 2.5%, las expectativas del crecimiento del PBI, promocionadas por el MEF, tal como están las cosas, no serán alcanzadas y por el contrario estimó que el crecimiento peruano apenas alcanzaría 2.5% e incluso menos. Y recomendó que el Estado debiera liderar las políticas de reactivación económica a través de Decretos de urgencia en los principales sectores (diario La república 5 marzo 2015).

PODRÍAMOS CRECER 2%

Por su parte Luis Carranza es escéptico con afirmaciones de crecimiento del 5.5% y/o del 4.8% como sostiene el ministro Alonso Segura, manifestando que nuestro crecimiento será cercano al 3% si se logran estabilizar las expectativas de los agentes económicos. Pero si continúa el clima de confrontación política, la desconfianza en el sector privado, las demoras en aprobaciones, el crecimiento será del 2% (diario El Comercio 4 abril 2015).

Como podemos darnos cuenta las proyecciones del crecimiento económico del país para este año son diversas. Lo bueno es que todos coinciden que seguiremos creciendo, aunque no al ritmo de los últimos diez años, ya que las condiciones globales han variado radicalmente, y además valga decirlo no contamos con un equipo de gobierno nacional efectivo y capaz (léase idóneo) que pueda capear audazmente el temporal internacional y nos saque adelante, ya que contamos con los recursos económicos suficientes para emprender tamaña empresa.

En tal sentido, este proceso de enfriamiento y desaceleración que estamos experimentando no signifique que nos estemos jugando la baja en esta competencia mundial y/o regional, sino que estamos desaprovechando una gran oportunidad de ser los mejores en Latinoamérica y tener una posición expectante a nivel continental y ser reconocidos a nivel mundial. Es decir, debemos aparecer de manera sostenida en el mapa económico global. Estamos a punto de lograrlo.

¿CUÁL VACAS FLACAS?

A partir de lo manifestado líneas arriba –salvo sucedan hechos muy fuertes- no estamos esperando la llegada de las vacas flacas, como tampoco sentimos la presencia de las gordas de los últimos diez años anterior al 2013-2014, con el boom de las exportaciones y los altos precios internacionales de los comodites. Esa situación de gran bonanza  ha pasado. Pero nosotros hemos acumulado. Estamos en buenas condiciones para bloquear, resistir y contrarrestar cualquier vendaval económico global. Por eso, no hay que descuidarnos, porque podríamos perder lo ganado y eso sí es preocupante.

Hace más de una década nuestras arcas estaban vacías y/o semivacías. Hoy nuestras Reservas Internacionales Netas (RIN) al 3 de marzo del 2015 llegan a 62 mil 408 millones de dólares a pesar que al 23 de diciembre del 2014 cerramos con 65 mil 482 millones de dólares, ¡cuidado! Hemos disminuido en más de 3 mil. Hay que preocuparnos.

Tenemos superávit fiscal por más de 3 mil millones de dólares.

Nuestro Producto Bruto Interno (PBI) hace diez años era de aproximadamente 80 mil millones de dólares, hoy tenemos un PBI que supera los 200 mil millones de dólares. Asimismo, teníamos un sector de pobres de alrededor del 50%. Hoy ésta bordea el 23%. Para el Bicentenario esta debería estar en 10 ó 15%. Camino a su desaparición.

Así podríamos ir mencionando otros factores de prosperidad y desarrollo, pero lo hubiéramos hecho mejor. Este gobierno Nacionalista del Comandante Ollanta Humala, se perdió una gran oportunidad de trascender en la historia republicana. El reto era industrializar el país y liderar sostenidamente la región. No lo hicieron. A estas alturas ya es tarde. Que se olviden, en este atardecer, de realizar cualquier reforma. Deben concentrarse en hacer una buena transferencia y recuperar el crecimiento económico a como lo encontraron. Pedir más es incongruente. Estamos en las postrimerías de un proceso electoral, donde los peruanos elegiremos a un nuevo presidente y a nuevos parlamentarios, que gobernarán el país por cinco años más (2016-2021).

INSTITUCIONALICEMOS EL DIÁLOGO

Ahora no le queda otra cosa al gobierno, que con su nuevo Jefe de Gabinete Ministerial, logre bajar el ruido político. Colme las aguas turbulentas de la confrontación continua y se instaure como una institución, el Diálogo Nacional. Hasta hoy –a pocas horas de tener que ir al Congreso a solicitar el voto de confianza- Pedro Cateriano, lo está haciendo muy bien. Está dialogando y reuniéndose con todos los sectores. Hasta ha visitado a la Central General de Trabajadores del Perú (CGTP), que representan la vanguardia de la clase trabajadora y están aprovechando en pedirle que el gobierno mejore la legislación laboral y se incremente el sueldo básico que está en 750 Nuevos Soles. Ya nosotros lo veníamos planteando en anteriores artículos, porque consideramos que es una forma efectiva de estimular el consumo interno, para disminuir la desaceleración y como una forma de iniciar la redistribución más justa de la riqueza. Tenemos que ir gradualmente disminuyendo la desigualdad.

INDUSTRIALIZAR EL PAÍS

Por su parte, entrándole al debate económico, ya que también está en carrera política, Pedro Pablo Kuczynski ha señalado que ya “que persiste el problema de la falta de dinamismo de nuestra economía” es fundamental restablecer fuerza y crecimiento” (diario Correo 15 marzo 2015). Proponiendo crear un régimen tributario exclusivo y cómodo para que las pequeñas empresas se formalicen: por ejemplo –plantea- 10% de Impuesto a la Renta por diez años en lugar de 30%. Asimismo, bajar gradualmente la tasa del IGV, 1% por año hasta llegar a 15% o quizá menos. Crear un seguro de desempleo. Y remata la propuesta señalando la necesidad de “promover la industrialización que es la que paga los mejores sueldos y fomenta la tecnificación. Debemos crear parques industriales” sostiene PPK. Planteamientos que no están mal, pero que requieren de sostenimiento. Tengamos en cuenta que fue ministro de economía en gestiones de gobiernos anteriores y nada trascendente realizó. Salvo continuos paquetazos dictados por el Fondo Monetario Internacional y el continuo ajuste de cinturones, hasta la inanición. Hoy quiere ser presidente y está en su derecho.

ESTIMULAR EL CONSUMO INTERNO

Finalmente, consideramos que la reactivación económica debe realizarse con eficiencia, sin golpear a la clase trabajadora, soporte neurálgico de la producción. En tal sentido, las medidas urgentes que debe implementarse debe darse pensando en estimular el consumo interno. Y no inspirados en la lógica de disminución de los derechos laborales, como la Ley Pulpín. Ni disminuyéndose estándares ambientales, ni el otorgamiento –al gran capital- de tratos tributarios especiales. Ya que estas medidas contribuyen a ensanchar las brechas de desigualdad en el Perú. Por tanto no son efectivas. Es necesario promover y sacar adelante los grandes proyectos mineros –buscando la licencia social a través del diálogo- como Conga, con más de 5 mil millones de dólares de inversión privada, Tía María, con 1500 millones de dólares, Toromocho, Las Bambas, Río Blanco, entre otros. Tengamos en cuenta que el Perú es un país minero, y esa riqueza tenemos que saber aprovecharla, siendo vigilante –claro está- en su proceso exploratorio y de explotación, cuya riqueza debe ser compartida con el desarrollo de la comunidad.

Por otra parte, seremos reiterativos en señalar que “las vacas flacas” no están en camino, ni tampoco nos estamos jugando la baja en esta competencia en el mercado mundial. Por ese lado, debemos estar tranquilos y seguir trabajando de manera decidida con emprendimiento. 

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