Por: Enrique Soto (*)
Hemos terminado el
año 2023 a duras penas. Empezamos un nuevo año 2024 con muchas ganas de salir
adelante y lograr el crecimiento y desarrollo económico -tan vapuleado- del
país, para poder alcanzar el bienestar general. Sin embargo, nada nos garantiza
que ello vaya a suceder; con un gobierno enquistado en el poder, que no sabe qué
hacer, yendo de tumbo en tumbo, vagando a la deriva, sin norte, sin programa
económico, avanzando como un barco al garete. Caminando como un ebrio. Eso nos asusta, porque si el pueblo
organizado no le enmienda la plana a tiempo, estaremos camino al cadalso.
En ese sentido, es
oportuna, coherente y acertada, la aparición de la Coalición Ciudadana. Un
Frente Amplio, que agrupa a más de 300 organizaciones políticas, sociales,
sindicales, gremiales de diversas tendencias ideológicas, políticas y
religiosas, que se unen con el solo propósito de salvar la democracia, retomar
las riendas del país y conducirlo por el camino del crecimiento, desarrollo y prosperidad
económica y social, que en los últimos años está venida a menos, haciendo
explosionar la pobreza y el desempleo. Planteando, con mucha audacia y
determinación, adelanto de elecciones generales, como una salida constitucional
pacífica. Sin violencia, salvaguardando el orden jurídico establecido, que
tiene como fundamento el Estado de Derecho.
En un manifiesto, pronunciado
el 27 de diciembre -a través de una conferencia de prensa- ante el país y el mundo,
la Coalición Ciudadana, dejó claramente establecido que el país debe encaminarse
hacia un proceso de transición, que afirme la democracia con cambios
significativos que la consoliden. Necesitamos lograr un consenso, para alcanzar
una salida pacífica y constitucional, que tenga como eje “la gobernabilidad
democrática y la urgente reactivación económica”.
Asimismo, destacan,
la urgencia de la elaboración de un Plan de Gobierno, que plantee reformas significativas
en educación, salud, seguridad, empleo formal y cuidado del medio ambiente.
Como reformas políticas impostergables para mejorar la representación y
protegerla de la corrupción y el crimen organizado. Cero tolerancia frente a
la violencia contra la mujer, la discriminación y el racismo.
“María Eugenia Mohme
Seminario de Pro Democracia, destacó la importante labor de haber podido juntar
en este colectivo a políticos de sectores de izquierda, centro y derecha con el
fin de encontrar un consenso mínimo para el bien común del país” (La República
28 dic. 2023).
La propuesta de La
Coalición Ciudadana también es apoyada por el Rector de UNI, Alfonso López
Chau, y la ex ministra de la mujer, Gloria Montenegro.
Creemos,
sinceramente que en este periodo histórico republicano –de tragedia y
desolación- que estamos viviendo, es brillante y oportuna una salida política
inteligente como la que está proponiendo este conglomerado.
El país, en su
conjunto, padece una crisis nunca antes vista a lo largo de su historia
republicana. Un vacío de poder. Y una corrupción sin límites, donde el interés
personal y de grupo se han logrado imponer ante el interés colectivo y el bien común.
Algo sumamente preocupante que pone en vilo a toda la sociedad. Algo que no se
puede ni debe permitir.
Hemos terminado el
año con la inversión privada en rojo, así como el crecimiento de PBI. Esto ha
hecho sonar las alarmas del quehacer económico, obligándonos a ponernos las
pilas para revertir esta situación, que se ve fortalecida con la falta de
capacidad para ejecutar el gasto presupuestal y las inversiones públicas, por
parte de los gobiernos subnacionales y locales, sin que se obvie la
responsabilidad del Gobierno Central.
La ausencia de la
inversión privada es debido a la inseguridad que sienten los empresarios
nacionales y extranjeros a la falta de seguridad jurídica para sus inversiones,
por el exceso del ruido político, promovido por los enfrentamientos entre los
poderes del estado, en una lucha intestina nacional que desestabiliza las
instituciones y pone en alto riesgo la gobernabilidad. Esto tiene que parar,
para que se pueda encausarse la reactivación económica. Promoviéndose de tal
forma el empleo formal digno y arremetiendo contra el crecimiento de la pobreza
y la desnutrición infantil. Flagelos que deshumanizan a la nación.
Sin inversión
privada galopante, no puede haber crecimiento económico, ya que este es el
motor que moviliza el mercado, generando puestos de trabajo y promoviendo el
consumo. Sin dinero en el bolsillo de los consumidores seguiremos sumidos en
una recesión espantosa, que no es otra cosa que un mercado paralizado.
Salir de este
atolladero económico es una necesidad que debe resolverse, sí o sí, este año.
No tenemos otra oportunidad en el concierto económico global de las naciones.
Estamos condenados a emerger. De nosotros depende si actuamos con madurez y
valentía enmendándole la plana a este gobierno incapaz. ¡Que se vayan todos! Es
el grito sagrado que resuena como un eco en nuestras gargantas. Han perdido
legitimidad. Ya nadie los quiere.
Con razón el
politólogo Steven Levitsky, sostiene: “El Perú está siendo gobernado por una
coalición de corruptos derechistas y autoritarios, y el fujimorismo es un socio
de esa coalición”. Y considera que la muerte de los 50 compatriotas, al inicio
del año pasado, fue una masacre; un uso excesivo de la fuerza, por parte del
gobierno –sostiene, en entrevista, con Diego Quispe (La República 31 dic.
2023).
Todo ello
descalifica totalmente la gestión de la presidenta Dina Boluarte, que –a
nuestro entender- no tiene otra opción que renunciar. Por el bien del país, por
el bienestar de la democracia. El país se lo agradecerá infinitamente.
Resumiendo, este
análisis que alcanzamos, sostenemos finalmente, que no hay otra salida para la
crisis que estamos viviendo en el país que realizar un adelanto de elecciones
generales, impulsar la renuncia de la presidenta Dina Boluarte, e instalar
urgente un gobierno de transición, que abrirá el camino para la recuperación de
la democracia. No habiendo otra manera de reactivar el crecimiento económico
del país atrayendo la inversión privada. Solo esta medida nos garantizaría el
desarrollo y el bienestar general, que no es otra cosa que la instalación del
Bien Común en nuestra sociedad.
(*) Periodista
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