martes, 4 de noviembre de 2025

NUEVO SUPERCICLO DE MINERALES

 

Por: Enrique Soto Roca (*) 

El Perú, está en estos momentos, siendo favorecido enormemente por un nuevo superciclo de minerales estratégicos, de envergadura superior a la que experimentó en la década del 2004 al 2013. Ya que este nuevo boom minero que estamos viviendo, no es de dimensión coyuntural, como el anterior, (cuyo epicentro estuvo impulsado por la entrada, en el año 2001, de China a formar parte de la Organización Mundial de Comercio - OMC. Y, tuvo enormes repercusiones económicas y políticas significativas a nivel mundial). Este es estructural; cuya base fundamental es la transición energética hacia energías limpias. Que exige un cambio radical de la matriz industrial global, con el propósito de descontaminar el planeta, pretendiendo lograr alcanzar cero emisiones de carbono hacia el 2050. Ese es el objetivo. Siendo promovido por el desarrollo y la innovación tecnológica; la automatización, impulsada por la inteligencia artificial. Y el avance vertiginoso de la electromovilidad, industria que demanda ingente consumo de cobre, ya que la construcción de un coche eléctrico, consume cuatro veces más cobre que un automóvil a combustión. Estimándose que la demanda mundial de cobre en las próximas décadas aumentara en un 70%. Una proyección que refuerza el carácter estratégico del metal rojo en la transición energética. Constituyéndose en el metal del futuro y cuya cotización se elevará inevitablemente. Esta nueva realidad, de oportunidad sin límites que se le presenta al país, debe ser aprovechada al máximo; actuando con audacia, coherencia y determinación; ordenando rápidamente la casa, para poder desarrollar un rápido crecimiento económico sostenido. Logrando atraer ingentes capitales. Es decir, captar inversión privada internacional para nuestra nación. Ya que la situación estructural, de este nuevo superciclo minero, se proyecta estratégicamente a mediano y largo plazo, extendiéndose a los próximos 20 años.

SOMOS UN PAÍS LÍDER EN LA INDUSTRIA MINERA GLOBAL

Nuestro país es un líder minero, sin lugar a dudas, reconocido internacionalmente por la producción y exportación de commodities, en el mercado global. Estando en el primer puesto como productor de oro en Sudamérica. Ocupando, el segundo lugar a nivel de Latinoamérica; solo siendo superado por México. Y nos ubicamos, octavo en el mundo, como productores del metal precioso. Alcanzando la producción del metal brillante, en nuestro país, las 200 toneladas anuales.

Como productores de cobre, ocupamos el tercer puesto en el mercado global. Produciendo alrededor de 3 millones de toneladas aproximadamente. Teniendo como meta inmediata recuperar nuestro segundo lugar que legítimamente nos corresponde, por la potencia que nos da nuestras reservas cupríferas. Y, siendo más audaces, debemos luchar por ser los primeros en el mundo, superando en producción a Chile. Existen las condiciones materiales, técnicas y de recursos humanos para lograrlo. Teniendo la capacidad necesaria para alcanzar tamaño objetivo. Asimismo, nos mantenemos en el tercer lugar, en el mercado mundial, como productores de plata. Siendo segundos, en el mercado global, como productores de molibdeno y zinc. Y cuartos como productores de plomo.

Por otra parte, según el «Catálogo de Minerales Críticos y Estratégicos del Perú para la Transición Energética», elaborado por el Instituto Geológico, Minero y Metalúrgico (INGEMMET), nos muestra que de los 17 minerales críticos indispensables que se necesitan para la transición energética en el mundo, el Perú ya produce 8 de ellos, como el cobre, la plata, molibdeno, grafito, zinc, plomo, hierro e indio. Garantizando una cobertura trascendente de los minerales más demandados en el mercado internacional.

GRANDES RESERVAS DE LITIO EN PUNO

Asimismo, hay que tener en consideración que tenemos grandes reservas de litio en la región de Puno. Con una producción proyectada de 84 mil toneladas anuales, según información proporcionada por el Prospecto Falchani, que se pretende implementar próximamente con una inversión de 800 millones de dólares. Como, también, se tiene la presencia en el sur andino del país de depósitos inmensos de tierras raras ligeras, como el cerio, lantano, praseodimio, niobio y samario; y tierras raras pesadas, como el Europio, gadolinio, terbio, disprosio, holmio, herbio, tulio, iterbio y lutecio, que van hacer demandadas, de manera urgente, por el mercado mundial, principalmente, por los países industrializados, que necesitan de estos insumos para mover sus industrias.

Por otro lado, según un informe expuesto por el INGEMMET, que corrobora información que consolida la riqueza geológica existente en el país, sosteniendo categóricamente: «El Perú cuenta con una cordillera andina rica en rocas volcánicas y plutónicas, una larga tradición minera, estabilidad geológica, infraestructura en expansión y demanda mundial asegurada. Sin embargo, -recomienda- para aprovechar todo ese potencial, se necesita invertir en exploración, con visión científica, promoviendo la formación de nuevos geólogos y mejorando los procesos regulatorios para que los proyectos avancen sin trabas innecesarias» (Energiminas, junio 2025).

Teniendo en consideración que la actividad minera es neurálgica para el desarrollo y crecimiento económico de nuestro país, ya que representa el 14% del Producto Bruto Interno (PBI), constituye el 58 % del total de las exportaciones, por un valor de 45,000 millones de dólares, aportando el 19% de los tributos empresariales, que ayudan a sostener el erario nacional, es menester, de urgente necesidad, de parte del Estado y del gobierno de turno, ponerle la debida atención al sector extractivo, en un momento de enorme oportunidad que se presenta en el mercado mundial, para el país, con los altos precios de los minerales; logrando poner en práctica el desarrollo de políticas públicas de  envergadura, que apuntalen la estabilidad política, tan venida a menos en estos momentos; disminuyendo las tensiones sociales, brindando seguridad; generando, de tal manera, confianza en la inversión privada, como principal motor del desarrollo económico de la nación. Incrementándose de tal manera el empleo y el consumo interno, apuntando a disminuir ostensiblemente la pobreza, cerrando brechas históricas.

PROMOVER LA INVERSIÓN PRIVADA

En comparación con la bonanza minera de inicio del siglo XXI, podemos afirmar, de manera trasparente y honesta, que actualmente la inversión privada en el sector minero ha caído vertiginosamente, en casi un 50% aproximadamente. En ese entonces, la inversión privada en el sector extractivo alcanzó la fabulosa suma de 9,000 millones de dólares anuales, que permitió que la producción del cobre pueda duplicarse en ese periodo. Hoy en día, la inversión apenas llega, a duras penas, a los 5,000 millones de dólares anuales. Habiendo condiciones más favorables para una considerable expansión en el sector. Por lo que no se puede lograr trabajar nuevos proyectos, contentándonos con mantener los ya habidos. Tampoco, se estimula la ampliación de los yacimientos que lo necesitan. Habiendo caído considerablemente la exploración. Esta situación es relativamente grave, que merece de manera urgente ser revertida, para poder fortalecer el sector, garantizando el desarrollo y crecimiento de la industria minera en el país.

DIÁLOGO CON LAS COMUNIDADES

Teniendo presente que el impacto económico de la minería se traduce en empleo, reducción de la pobreza, captación de divisas por exportaciones, equilibrio de la balanza comercial, recaudación fiscal y la ampliación del mercado interno, es sumamente necesario realizar acciones estratégicas que permitan estimular el crecimiento del sector extractivo, como por ejemplo, acabar con la tramitología, que frena el avance de los proyectos impidiendo su desarrollo, con un exceso de licencias burocráticas. Así como lograr un entendimiento con las comunidades, utilizando el diálogo, y la redistribución de los beneficios de manera equitativa, cerrando brechas y promoviendo el desarrollo rural altoandino, tratando de que todos salgamos ganando. Asimismo, desarrollando un combate frontal contra la minería ilegal, depredadora del medio ambiente, que promueve la extorsión, el sicariato y la trata de personas. Desarrollando un trabajo ordenado y persistente, con la Minería Artesanal y de Pequeña Escala, promoviendo su formalización, logrando promulgar la Ley MAPE, que los ubicará dentro de la Gran Familia Minera, en convivencia pacífica con la mediana minería y gran minería. Siendo un desafío que deberá cumplirse.

En esa dirección, nos pondremos a la altura de la gran oportunidad que nos ofrece el mercado mundial, aprovechando los altos precios de los minerales. Ocasión, sin lugar a dudas, que nos beneficia tremendamente, y que nosotros los peruanos, dueños de un país minero no lo podemos desaprovechar. Es un momento histórico decisivo, que nos permitirá -si lo sabemos manejar bien- alcanzar el progreso y bienestar que nuestro pueblo necesita, logrando de manera sostenida el desarrollo económico. Estando convencidos que el presente es de trabajo y el futuro será nuestro.

(*) Periodista

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