Por: Enrique Soto Roca (*)
La guerra comercial global
arancelaria motivada por el gobierno de EEUU, conducido por Donald Trump,
contra, principalmente, China y, el resto del mundo, ha generado un
desconcierto de grandes proporciones que puede provocar una recesión global;
afectando las inversiones en la industria minera; creando incertidumbre
innecesaria en la producción y comercialización del cobre, mineral estratégico,
de gran demanda en la actualidad para la
transición energética, la descarbonizacion del planeta y la industria
automotriz eléctrica. Siendo necesario -para no afectar el mundo- calmar las
aguas. Asumir un postura reflexiva y racional, reconociendo la nueva realidad
económica, política y social en la que vivimos actualmente. Aceptando la
competencia, el libre mercado y la multipolaridad. Reconociendo que hay nuevas
naciones en el mundo que han crecido, fortalecido y desarrollado, y son
competitivas. Resolviendo los reveses y las diferencias que puedan haber, a
través de la diplomacia, de tal forma que todos salgamos ganando.
Esta situación anómala -provocada
por las potencias, en conflicto, con el propósito de ganar hegemonía en el
mundo- ha puesto en entredicho la situación del futuro del cobre, conocido
actualmente como el oro rojo. Un metal de gran valía. Coyuntura que merece un
análisis profundo para tratar de aclararnos la confusión a la que estamos
siendo empujados, queriendo crear incertidumbre. Vayamos por partes, entendiendo gradualmente
lo que está sucediendo.
El cobre es un metal estratégico
que va ayudar a garantizar la transición energética, necesaria para construir
la nueva matriz industrial en el planeta, que se moverá en el futuro con
energía renovable, dejando atrás las energías fósiles contaminantes;
descarbonizando el orbe. Siendo un metal altamente demandado por las
tecnologías verdes, con el imperio de la modernización de las infraestructuras
en distintos países del mundo. Entendiendo, con visión estratégica, los signos
de nuestros tiempos, sostenemos que la mayor demanda de este precioso mineral
va a estar en la producción masiva de vehículos eléctricos, que van a inundar
el planeta. Considerando que la fabricación de un coche eléctrico consume
cuatro veces más cobre que la fabricación de un vehículo a combustión. Teniendo
en cuenta, asimismo, que América Latina sigue siendo la región con mayor
producción de cobre en el mundo. Y dentro de ella Perú y Chile lideran la
producción, representando el 40% del suministro global.
LA FÁBRICA DE COCHES ELÉCTRICOS
MAS GRANDE DEL MUNDO
En esa dirección la empresa
asiática BYD viene construyendo en Zhengzhou (China) la fábrica más grande del
mundo, productora de vehículos eléctricos, en una extensión territorial
superior a la que ocupa la ciudad española de Barcelona. Proyectando emplear,
en los próximos meses, 200 mil trabajadores, que se sumarán a los 60 mil que
actualmente tiene. Tratando de replicar a la ciudad alemana de Wolfsburg, la
cual se desarrolló alrededor de la producción de Volkswagen. Actualmente la
producción de la firma BYD alcanza los 400 mil coches eléctricos por año.
Esperando triplicar su producción en los años venideros. Con la garantía de
poderlos recargar en 5 minutos para recorrer 400 Km. Con la creación de un
dispositivo tecnológico altamente avanzado. Lo que normalmente se realiza en 8
horas.
Esta actividad fabril automotriz,
sumada con otros fabricantes de gran escala global, estimulará la demanda del oro
rojo de manera impresionante en los próximos años. Pensando, que haya recesión
global, el gigante asiático no va dejar de producir, y, por tanto, comprar
cobre. En el extremo, consideramos que habrá una leve desaceleración. Teniendo
en consideración que China compra el 50% de la producción total del cobre. Y
tiene poderosas espaldas financieras, para mantenerse activo en el mercado.
Eso no significa que los
aranceles impuestos por EEUU a China no afecten su economía. Lo que decimos es
que tiene capacidad, para resistir, las crisis que le puedan generar en esa
confrontación comercial.
PRECIO DEL COBRE TIENDE AL ALZA,
A MEDIANO Y LARGO PLAZO
Por otra parte, sostenemos que la
caída del precio que se observó en el mercado días pasados, fue meramente especulativa,
por esta coyuntura de guerra arancelaria, que también movió los cimientos de
las principales bolsas, como la de Nueva York, Londres y Tokio. Esto se
revirtió rápidamente porque China empezó a comprar aprovechando los precios bajos.
Ya que ellos tienen condiciones financieras para actuar rápidamente en estas
circunstancias; aprovechando oportunidades. No hay que subestimar que los
asiáticos son grandes negociantes. No en vano dijo Napoleón en su época: «China
es un gigante dormido, cuando despierte moverá el mundo».
Asimismo, líderes globales
debaten el futuro sostenible de la minería del cobre en el Word Copper
Conference 2025, en Santiago de Chile, sosteniendo que «el precio del cobre
podría sufrir una caída, aunque no se prevé que sea prolongada». Demandando
desarrollar estrategias para aumentar la producción del oro rojo, ante la
creciente demanda global. Ya que están seguros, como nosotros lo señalamos
líneas arriba, el gigante asiático no va a parar de comprar. Estimándose, en el
largo plazo, que la demanda global del cobre será, por parte de China, del 70%
de la demanda mundial. Siguiéndole en ese camino la India, otro país emergente,
que avanza como una locomotora en el mundo, decidido a conquistarlo. Ya ingresó
con fuerza en Argentina, para llevarse el litio. Como podremos darnos cuenta el
mundo ha ingresado, avanzando velozmente sin retroceso, a una vorágine de
desarrollo e innovación imparable, ya no es el mismo de hace 30 años. El
desarrollo tecnológico avanzado, -como sostiene Klaus Schwab, presidente del
Foro Económico Mundial de Davos, en su libro: «La cuarta Revolución Industrial»-
ha promovido la cuarta revolución industrial. Esta será imparable, continua y permanente;
cambiará radicalmente nuestro modo de vida.
Entendemos, por otro lado, que «el
control de la producción del cobre en el siglo XXI no es solo cuestión de
geología, sino también de tecnología, diplomacia y poder industrial»- sostiene
el analista minero Juan Lira Cacho.
PRODUCCIÓN DEL COBRE SE RECUPERA
EN PERÚ
En esa perspectiva la industria
minera peruana debe seguir trabajando con gran decisión por tratar de recuperar
su segundo puesto como productor de cobre en el mundo. Teniendo en
consideración que la ubicación de la República Democrática del Congo, en el
segundo puesto es algo efímero, sin capacidad de sostenimiento. Ya que no tiene
las condiciones con la que cuenta nuestro país, con un potencial minero extraordinario.
Habiendo la necesidad de hacer algunos ajustes estructurales, por parte del
estado peruano, para incentivar la inversión, y promover la producción,
alentando la exploración y explotación del mineral rojo. Acelerando los
permisos y las licencias para operar. Ayudando a destrabar grandes proyectos
estratégicos que están paralizados, como Tía María y Michiquillay.
Asimismo, hay que tener en cuenta
que grandes empresas mineras, que mueven ingentes capitales, están exigiendo al
Perú, estabilidad política, debido a las continuas confrontaciones entre
poderes del Estado, que promueven la incertidumbre. Así como, pulir y precisar
la seguridad jurídica. Acelerar los permisos y licencias de operaciones. Como
acabar con la minería ilegal y disminuir significativamente la minería
informal. Sin embargo, hay que aplaudir que el primer mes de este año 2025, la
minería en el Perú ha registrado un crecimiento significativo en la producción
de cobre, en comparación al mismo periodo del año anterior. Eso es algo
positivo, una buena señal, en una coyuntura llena de incertidumbre y
escepticismo.
(*) Periodista