sábado, 22 de junio de 2024

¿QUÉ NOS ESTÁ PASANDO?

ECONOMÍA Y POLÍTICA
Por: Enrique Soto (*)

¿Qué está pasando en el Perú con tanta inestabilidad política y económica que amenaza desaparecernos como República constituida históricamente hace más de 200 años?  Se pregunta con afán y desesperación el ciudadano de a pie, que ve peligrar su existencia personal y la de su familia. Es que, acaso, nuestros actuales políticos, que fungen de gobernantes, han caído en la barbarie, perturbados por su enfermizo afán de lucro. Sacando el máximo provecho económico al uso del poder. Conduciéndonos -sin retorno- al descalabro, a toda la sociedad en su conjunto. Sin criterio mínimo de responsabilidad social. Esta situación es sumamente grave. Estamos en la obligación de detenerlo.

La incierta inestabilidad política y económica que vivimos en el país, desde el año 2016 -hace más de ocho años aproximadamente- va de mal en peor. Al haberse retrotraído nuestros niveles de pobreza al año 2010. En la actualidad, de cada tres peruanos uno es pobre. Incrementándose en los dos últimos años (2022 y 2023) más de medio millón de pobres. Algo espeluznante. Las aguas están agitadas como una tormenta apocalíptica. Y como si esto fuera poco. Esta situación se acentúa, con el anuncio de un exdictador, condenado por lesa humanidad, quien fue indultado por razones humanitarias; ya que se mostraba ante la opinión pública como un agónico, de querer volver al quehacer político. Esta circunstancia va a polarizar el país. Ya que constituye una vergüenza nacional. Los ciudadanos de bien, se van a sentir estafados. Profundizándose la incertidumbre y la inestabilidad gubernamental, al entrar el país entero en una polarización, como ya ha ocurrido anteriormente.

Tuvimos tres décadas de progreso innegable, después de haber derrotado al terrorismo. Una vez vencidos Sendero Luminoso y el MRTA empezó el crecimiento económico y el bienestar. Las cifras macroeconómicas eran loables. Se redujo considerablemente la pobreza. Y el crecimiento del PBI, ascendió al 8 y 9 % en años estelares. Manteniéndose durante cinco años consecutivos el PBI en 7.2% en promedio (2006-2011). Siendo, indudablemente, los precios internacionales de los metales responsables de ese crecimiento colosal. Como la oportunidad que estamos teniendo en los tiempos actuales, de los altos precios de los comodities. El ciclo se vuelve a repetir, esperando que esta vez lo sepamos aprovechar. Sentando las bases del país con visión de futuro. Sin embargo, esto está muy lejos de la realidad.

¿Qué nos está sucediendo en los últimos años para estar como estamos? ¿Qué se hizo mal o se dejó de hacer? ¿Dónde radica la esencia histórica del mal que nos aqueja? ¿Es necesario tener una bola de cristal o ser pitonizos, para comprender lo que nos pasa? No, de ninguna manera. Solo es necesario profundizar en la investigación y el análisis, utilizando los métodos que nos alcanzan las ciencias sociales. Esforzándonos por hacer un diagnóstico acertado de la realidad que padecemos. Observando y estudiando el problema. Levantando conclusiones, hipótesis y tesis, como un marco teórico referencial que nos aproxime a la realidad. Creando una hoja de ruta de posibles soluciones. Actuando, solo de esa manera, entenderemos lo que nos pasa, hallando verdades y aplicando correcciones, para conjurar el mal, que tan infelices nos hace.

Es digno reconocer -aunque nos cueste aceptarlo- que tenemos en las instituciones estratégicas que gobiernan el Estado, (el Poder Ejecutivo, El Congreso, el Ministerio Público, El Poder Judicial, el Tribunal Constitucional, entre otros) a los peores políticos y funcionarios, nunca antes visto en la historia republicana -salvo raras excepciones- que hacen mucho daño a la nación, amenazando destruirla. Estos malos elementos, deben ser removidos, dando paso a nuevas generaciones de ciudadanos capaces de conducir nuestros pueblos. Y así poder salir del hoyo en el que nos encontramos. Eso no va hacer tarea fácil, pero estamos obligados hacerlo, para preservar la nación.

Teniendo en consideración, que el quehacer económico va camino a la debacle, sino se realizan cambios fundamentales. No es suficiente contener la inflación, sino existe crecimiento en la demanda, el consumo y mejora del empleo formal y digno, con honrosas remuneraciones. Ha crecido tremendamente la informalidad alcanzando el 80%. Más de 400 mil trabajadores informales e independientes se suman anualmente al mercado precario. Afectando considerablemente la recaudación fiscal, tan necesaria para mantener el Estado de Derecho y hacer obra, en favor de la población.

 Nuestra recaudación fiscal es sumamente débil, estamos alrededor del 18%, teniendo necesidad de alcanzar el 25% de PBI, para lograr más o menos un equilibrio, y estar en el promedio de lo que recaudan los países de la región. Pudiendo así mejorar la atención de la población en alimentación, salud, educación y vivienda, principalmente. Sin contar con las mejoras de la infraestructura del transporte, en la que tenemos más de 20 años de retraso.

Lo más grave del asunto que estamos padeciendo, es que este gobierno se ha vuelto insostenible. Según encuestas, no solamente tiene la desaprobación del 90% de la población, que exige su renuncia y adelanto de elecciones; se suma ahora, la desaprobación hacia la gestión de la presidenta Boluarte, de los gerentes generales de más de 2500 empresas importantes del país, encuestados, que en el 2023 fue del 29%, pasando al 87% en el 2024. Es decir, la desaprobación es masiva. Entre los principales cuestionamientos resalta la inseguridad. Al darse cuenta que el Congreso de La República ha empezado a legislar en favor del crimen organizado, sin que el Ejecutivo le enmienda la plana. Estamos en una situación extremadamente peligrosa, que pone en grave riesgo la continuidad de la democracia y la estabilidad de las instituciones.

Es decir, la presidenta Dina Boluarte, y todo su Congreso que la respalda, deben irse cuanto antes. Se han quedado sin piso. Siendo necesario que renuncien y convoquen de inmediato a un adelanto de elecciones, para elegir a nuevos gobernantes, que verdaderamente nos representen.

La situación es tan grave, que el empresariado nacional ha empezado a darle la espalda a este gobierno incapaz, que nada hace por reactivar el crecimiento económico. Perdiendo cada día que pasa mayor legitimidad. Por lo que la presidenta Dina se ha visto en la necesidad de no dar cara a la prensa, sin querer explicar los graves problemas que están sucediendo en el país. Este es uno de los más nefastos gobiernos que se ha visto a lo largo de la historia republicana.

Mientras no existan grandes cambios en las estructuras de gobierno, generando confianza y garantía a la inversión privada, esta seguirá ausente. Los 20 mil millones de dólares que salieron del país, el primer año del gobierno de Pedro Castillo, no volverán en las condiciones en las que nos encontramos, al mercado peruano. Siendo sumamente importante, para atraer inversión extranjera –necesaria para apalancar el crecimiento económico- dar indicios de seguridad y confianza dentro del marco democrático del Estado de Derecho. Trasparentando nuestra apertura económica en el mercado global, de seriedad y compromiso.

Periodista (*) 

miércoles, 19 de junio de 2024

MINERÍA PARA TODOS

 


Por: Enrique Soto (*)

Siendo optimistas, en medio de grandes dificultades políticas y económicas, podemos afirmar categóricamente que el Perú está bendecido, al haberse presentado un superciclo de boom minero, con crecida de los precios internacionales de commodities, que vienen siendo demandados en el mundo, como el oro, la plata, el cobre y el litio, por no mencionar a otros metates críticos. Proyectándose realistamente que va haber un déficit de la demanda mundial del cobre al año 2030 de 5 millones de toneladas; que necesitarán de 125 mil millones de dólares de inversión, para cubrir esa necesidad. Nosotros estamos en condiciones de captar un buen porcentaje de esa babilónica inversión, siempre y cuando nos pongamos las pilas, y actuemos con eficiencia.

PRIMERA CUMBRE MINERA

En ese sentido, con suma preocupación y responsabilidad –con más de 80 años participando en el quehacer de la Industria Minera en el país- el Instituto de Ingenieros de Minas del Perú- IIMP, viene impulsando el debate del desarrollo de la minería responsable, sostenible y moderna. En esa dirección, apoyo decididamente la organización de la I Cumbre Minera, organizada por la Asamblea Nacional de Gobiernos Regionales (ANGR), que se desarrolló en la ciudad de Ilo, región Moquegua, los días 6 y 7 de junio, contando con la presencia de gobernadores regionales y la asistencia de principales autoridades de gobierno central, como el Ministro de Energía y Minas Rómulo Mucho, el ministro de Ambiente Juan Carlos Castro, así como representantes de empresas mineras.

El evento fue inaugurado por el gobernador del Cusco Werner Salcedo, el cual es a su vez Presidente del ANGR. Quien manifestó que las 25 regiones que constituyen nuestro país, quieren impulsar el desarrollo nacional. Encontrando en los recursos mineros que poseemos un potencial oportuno para resolver los problemas económicos y sociales que padecemos. Cerrando de tal manera brechas históricas, generando mayores recursos financieros, para nuestros pueblos. “Sin descuidar -sostuvo- encontrar un equilibrio entre la actividad minera y la preservación del medio ambiente”.

Por su parte, la gobernadora anfitriona, de Moquegua: Gilia Gutiérrez, anunció que en la cumbre se trató la importancia de generar valor agregado en la industria minera. Y se buscó un punto medio para fortalecer el respeto hacia las comunidades y la biodiversidad.

“En la pandemia, la inversión de Quellaveco apalancó la economía del país, dando trabajo a más de 16.000 personas. No debemos tener temor de hablar de minería, hoy el precio del cobre es alto (5 dólares la libra). Allí tenemos una brillante oportunidad” -manifestó la gobernadora.

Rómulo Mucho, en su condición de Ministro de la cartera de Energía y Minas, afirmó categóricamente, que el Perú es un actor clave en el mundo para la transición energética de los 17 metales críticos que se requiere globalmente. Poseemos 8, entre los que destaca el cobre. “Poseemos, además, una cartera de 126 proyectos en exploración e inversión minera que superan los 55 mil millones de dólares” -enfatizó.

“Ningún país en el mundo posee tantos proyectos” ´-ratificó, finalmente Mucho.

Creemos sinceramente que estos eventos de conversación y diálogo son sumamente beneficiosos para el país; por lo que deberían ampliarse con la participación de otros actores interesados como las comunidades y la academia. Enriqueciendo, de manera transparente el debate, sacándole el máximo provecho. Siempre manteniendo el respeto, la ponderación y la prudencia necesaria. Es sumamente importante, para alcanzar el desarrollo, el entendimiento y la confianza, arribando a consensos, entre el gobierno, las empresas y la sociedad civil. En la que todos debemos salir ganando, desarrollando una actividad minera para todos.

Estamos en un momento crucial y decisivo que nos presenta el mercado mundial. Y nosotros como nación estamos en condiciones de sacarle el mayor provecho, debido a que poseemos potencialidades que nos brinda la naturaleza de ésta bendita tierra en la hemos nacido y habitamos, que atraviesan hermosas cordilleras pletóricas de minerales en sus entrañas, que sólo debemos darnos el trabajo de extraerlos, de la mejor forma, disminuyendo al máximo los impactos ambientales, para ello contamos en el mundo con una tecnología extractiva moderna y bien desarrollada. Ya no es la que se tenía hace 30 años. Ahora podemos avanzar en la actividad económica ya no solamente desarrollando industria minera, sino también promoviendo el desarrollo agrícola, conquistando los desiertos, ensanchando la frontera agropecuaria, como se hizo en Olmos- Lambayeque, trasvasando por un túnel las aguas del río Huancabamba, se amplió la frontera agrícola en más de 40 mil hectáreas. Siendo testigo personal de tamaña obra emblemática, que estuvo abandonada por más de 40 años. Lo pudimos hacer en el primer gobierno que inauguramos el proceso de descentralización (2003-2006).

“DESARROLLO TERRITORIAL Y MINERÍA”

Siguiendo en ese ritmo de debate y confrontación de ideas –como decía Platón, para hallar la verdad- es loable y oportuna la publicación del libro: “Desarrollo Territorial y Minería” escrito por Raúl Molina, Carolina Trivelli, Darío Zegarra y Paola Bustamante. Promovido por el IIMP. Texto, sumamente importante, de investigación profunda, responsable y coherente, que hace un esfuerzo colosal por darnos luces en este camino escabroso que se recorre queriendo hacer industria minera. Las cosas no son fáciles, siempre hay escollos en el camino. Sin embargo, con paciencia, prudencia y persistencia siempre se avanza en pos de los objetivos trazados. Y cuando estos son nobles, que apuntan al bienestar general, siempre se alcanzan.

“Las cifras macroeconómicas demuestran que la minería nacional ha impactado estratégicamente en el crecimiento económico del país durante las últimas dos décadas. El impacto se ha extendido al empleo, la reducción de la pobreza, la captación de divisas por exportaciones, el equilibrio de la balanza comercial, la recaudación fiscal y la ampliación del mercado interno”-escribe Darío Zegarra Macchiavello, en las primeras páginas del libro: A modo de prólogo. Explicando claramente y reconociendo el aporte que significa el quehacer de la industria minera en la economía del país. Algo innegable.

El documento hace propuestas sesudas de desarrollo de políticas públicas para lograr el desarrollo integral del país. Con un criterio sano y razonable de exigir a nuestros gobernantes en hacer la cosa mejor, para evitar conflictos innecesarios y/o al menos anticiparse al malestar social que pueda explosionar, como ha sucedido en reiteradas oportunidades, siendo la última propiciada en el conocido corredor minero sur, donde se ubican Las Bambas.

Asimismo, remarca que la evolución de un territorio minero debe darse en todas sus dimensiones, económico, ambiental, social, cultural, etc. Para tener de tal forma más manejo y eficiencia de la producción y las relaciones sociales con las comunidades y grupos de influencia.

Por otra parte, señalan que “la minería es una oportunidad clave para el desarrollo de las regiones, especialmente mineras.” Indicando que: “el desarrollo territorial es un proceso de construcción social que implica reconocer las potencialidades y recursos del territorio y plantear estrategias para su aprovechamiento”. Remarcando que hay baja institucionalidad y cohesión social, que es una brecha persistente, de manera histórica.

Aseveran, asimismo, que hay una necesidad urgente de mejorar la calidad y efectividad de la gestión regional descentralizada. Aseguran que a través de la actividad minera hay más recursos para impulsar el desarrollo económico, pero también hay mayores conflictos y brechas sociales persistentes.

Más adelante, hacen una reseña sucinta en el documento publicado -a manera de repaso- de los conflictos mineros en el Perú, desde los años 90. Iniciando con la dictadura del gobierno de Alberto Fujimori, hasta el gobierno fallido y relámpago de Pedro Castillo. Pasando por Alejandro Toledo, Alan García, Ollanta Humala, Pedro Pablo Kuczynski, Martín Vizcarra y Francisco Sagasti. Concluyendo que las mesas de diálogo no fueron suficientes para acabar con los conflictos. A corto plazo, no hubo resultados, debido al incumplimiento de acuerdos asumidos y pactados en actas suscritas entre las partes. Eso ha hecho posible que hasta ahora haya más de 200 conflictos por resolver, según la Defensoría del Pueblo.

Sostienen que hay pobreza y desigualdad en las comunidades de influencia, asentadas en torno de los asientos mineros. Reconociendo un grado de injusticia y abandono por resolver.

En otro momento, en su “A modo de prólogo”, el Presidente de IIMP, Darío Zegarra, escribe en el documento difundido: Desarrollo Territorial en la Minería, que “el crecimiento económico no es suficiente para impulsar el desarrollo económico y social en todo el país. Esto es más evidente en las zonas rurales, especialmente en la sierra, justo donde se desenvuelven las empresas mineras”.

Por su parte, en el Prefacio, Abraham Chahuán, ex -presidente del IIMP sostiene: “Los conflictos entre las comunidades y las empresas mineras exigen ampliar la perspectiva y entender la gobernanza como la construcción de relaciones de cooperación a largo plazo entre actores que inevitablemente convivirán en un territorio durante décadas: Gobiernos Regionales, Sociedades Territoriales y Empresas Mineras”. Dejando claramente establecido la necesidad imperiosa de la comprensión y armonía, de mutuo gananciales.

DESARROLLO INCLUSIVO Y PROPUESTA

En el capítulo III: Un cambio de enfoque. Proponen audazmente construir un desarrollo territorial integral, inclusivo y sostenible. Eso significa hacer las cosas de modo diferente, desarrollando relaciones de confianza y mutua cooperación, para el logro inequívoco de objetivos compartidos. Es decir, una alianza de Ganar-Ganar.

Finalmente, en el capítulo V, del libro, se desarrolla: Propuestas. Hacia una estrategia de desarrollo territorial desde la minería. Donde se tiene en consideración sugerencias para el quehacer de la empresa minera. Así como para el sector público, es decir para el gobierno de turno, en los aspectos relacionados con el desarrollo de las políticas y sistemas nacional de Diálogo y Gestión de Conflictos Sociales. Y en la política nacional multisectorial de desarrollo territorial, que es la esencia del documento.  Y, por último, alcanza recomendaciones a la academia. Sugiriendo la creación de un Centro de Investigación para la Competitividad y Desarrollo Territorial, liderado por la universidad de cada región.

Consideramos, sinceramente, que estos eventos y publicaciones son de suma importancia para entender y comprender cabalmente en profundidad el quehacer de la Industria Minera, pilar y garantía del desarrollo económico sostenido del Perú. Quedando demostrado que es la locomotora que jala los diversos vagones que promueven el crecimiento económico del país, que nos conducirán a la prosperidad y el desarrollo, alcanzando el bien común.

El debate, para mejorar la producción y la productividad en la industria minera está abierto. De todos nosotros depende que le saquemos provecho a la oportunidad que nos da el mercado global abierto, que se nos presenta favorable, con sus altos precios de los commodities.

(*) Periodista 

viernes, 7 de junio de 2024

INCERTIDUMBRE ECONÓMICA

 Por: Enrique Soto (*)



La incertidumbre económica, que padecemos todos los peruanos desde hace ocho años, promovida por una crisis política alentada por unos políticos ineptos, está llevando al país al descalabro. Sin que se vislumbre un atisbo, de manera inmediata, de solución racional y coherente al problema, que mantiene en vilo, como suspendidos en una cuerda extendida en un inmenso abismo, a toda una población de más de 30 millones de personas.

Esto es sumamente grave, frena el crecimiento, el desarrollo y el bienestar integral de toda una nación, que no está aprovechando la coyuntura del ciclo económico, como debería ser, que nos está dando el mercado mundial, con los altos precios de nuestros minerales. Teniendo en consideración que somos un país minero exportador milenario. Y que nuestro oro, plata, cobre, que los tenemos en abundancia, en las entrañas de nuestras cordilleras están siendo demandados en el mundo.

La estabilidad macro económica que nos permite jactarnos siempre como un país estable en la región, siendo importante, no es suficiente ni tampoco garantiza el crecimiento sostenido a tasas que nos permitan acabar con la temida pobreza (que está en crecida: 29 %, - según último reporte Instituto Nacional de Estadística e Informática- INEI), incrementar el empleo, mejorar la atención en educación y salud de la población. Esta sirve, principalmente -si lugar a dudas- para cumplir puntualmente con el pago de nuestras deudas a nuestros acreedores, forjándonos una imagen de un país responsable, buen pagador, teniendo de esta forma una ubicación de ventaja en el mercado global. Algo sumamente importante. A pesar que tenemos una deuda externa baja -la más baja de los países emergentes de la región-, equivalente al 34 % de Producto Bruto Interno (PBI). Y unas Reservas Netas Internacionales (RNI), que ascienden a 74, 480 millones de dólares, al 14 de febrero del presente año, según informe oficial de Banco Central de Reserva (BCR) -quien se encarga de manera autónoma de su administración. Cifra que equivale al 28% del PBI.

El modelo económico Neoliberal -aplicado en el país- de mercado abierto al mundo, de libre competencia, según especialistas entendidos en materia económica, necesita de serios y urgentes ajustes, que permitan dar impulso sostenido al crecimiento económico, que con apremio necesitamos para salir de esta parálisis recesiva, en la que nos encontramos, que atenta severamente contra la producción y el consumo.

Hay que tener en cuenta que el 2021 y 2022, por una severa desconfianza política con lo que podría pasar con el nuevo gobierno de Pedro Castillo, que amenazaba cambiar la constitución, salió del país más de 20 mil millones de dólares, que debilitaron enormemente, la inversión privada nacional. Situación que no ha sido superada, más aún esto ha empeorado, generándose una contracción absoluta de la inversión extranjera, que cayó significativamente el año pasado 2023, con -6%, debido al ruido político, generado por un gobierno incapaz, precario y improvisado, presidido por Dina Boluarte; incentivándose constantes enfrentamientos y convulsiones en las altas esferas de los poderes del Estado, impidiendo, de manera preocupante la reactivación económica en el país.

A ello se suma, en contra de los intereses del país, la actitud que han tenido con la situación económica peruana, las Calificadoras de Riesgo más importantes de mundo, como la Estándar Pool y la Fich Reiting, referencias imprescindibles de los inversores globales. Quienes nos han bajado la nota, al borde de la desaprobación. La Stander Pool, recientemente, nos bajó el Grado de inversión, de lo que teníamos una calificación de BBB desde octubre del 2021, a una calificación de 'BBB-' que tenemos actualmente. Aumentando nuestro riesgo como país. Esto es muy desfavorable. La Fich Reiting, por su parte, ha sido más benévola, pero igual de perjudicial. Nos bajó el Grado de Inversión, de 'BBB+', que teníamos, a solamente BBB. Estas calificaciones absurdas nos dejan mal parados como país, ante el mercado mundial. Estamos en sala de observaciones. Sin embargo, aún no hemos perdido nuestro Grado de Inversión, ¡todavía! Pero si las cosas siguen tal como están, la podemos perder.

Como podemos darnos cuenta, existe una asfixiante incertidumbre y zozobra en el quehacer económico nacional, que debemos ponerle la atención necesaria. En tal sentido, el Ministro de Economía y Finanzas (MEF) José Arista, le ha pedido al Presidente del BCR, Julio Velarde, trabajar juntos, en lugar de estar criticando la política económica gubernamental, le solicita: “sea más proactivo, reduciendo la tasa de interés de referencia (que depende del BCR). Esta es muy alta y no ayuda a reactivar la economía, moviendo el mercado crediticio a mayor velocidad” (Perú 21. 24 /05 /24). Fue Julio Velarde quien cuestionó severamente el populismo que se manifiesta en el Congreso y las normas -refrendadas por el Ejecutivo- que han sido últimamente promulgadas, como el retiro de la AFP y la liberación de la CTS. Estos conflictos interinstitucionales del aparato del Estado, de tremendos desacuerdos y encontronazos, son muy dañinos y perjudiciales para el quehacer económico. Impidiendo de tal manera salir de la desaceleración en la que nos encontramos.

El BCR, optimistamente, espera un crecimiento del PBI de 3% para este año, así como un crecimiento de la inversión privada, a pesar que solo creció, el primer trimestre del 2024, apenas el 0.3%. Con respecto a la inflación se calcula no sobrepasar el rango meta de 3%. El Déficit Fiscal se mantendrá dentro del límite legal establecido, y la Deuda Pública no superará el 34% del PBI. Teniendo como base en estas proyecciones: I) la ausencia de choques sociales significativos y el Fenómeno del Niño; II) la subida en el mercado internacional del precio del cobre (promedio esperado 3.85 dólares la libra); III) mejora del poder adquisitivo de los consumidores ante descenso de la inflación; IV) reducción de la tasa de referencia del BCR y V) transición gradual de la fase de contracción a la de recuperación.

Sin embargo, el Banco Mundial, es más conservador con respecto al desenvolvimiento de nuestra economía, proyectando un crecimiento de PBI de 2,5% para este año.

Creemos, que no habrá mejoras significativas en nuestro quehacer económico, manteniéndonos en la incertidumbre y la zozobra, sino se implementan, de manera inmediata, reformas significativas que viabilicen un crecimiento económico sostenido, con tasas que alcancen el 5 o 6% del PBI, básicas para lograr disminuir sustancialmente la pobreza, acabar con la desnutrición infantil, aumentar el empleo digno, mejorar nuestro nivel educativo, tener mejor atención en la salud, resolver el problema agobiante del transporte con mejor infraestructura (ya que tenemos un retraso de más de 30 años).

En esa dirección es imprescindible generar políticas trasparentes de promoción de la inversión pública y privada, que hagan realidad las grandes obras de desarrollo nacional, que se esperan por décadas. Así como una reforma en la recaudación fiscal, que eleven nuestros ingresos. Nuestra presión fiscal que alcanza el 18% del PBI, actualmente, debe ascender al 24%. Es imprescindible. Eso, solo es posible ensanchando la base tributaria, disminuyendo nuestros altos índices de informalidad, que están alcanzando el 80%. ¡Un escándalo! Así como, combatiendo la evasión tributaria, la elusión fiscal y el contrabando.

Creemos, finalmente, que estamos todos en la obligación de trabajar arduamente por revertir esta situación de desaceleración económica en la que nos hallamos inmersos. Superando las diferencias, buscando consensos, que nos permitan encontrar el sendero de la reactivación económica y el crecimiento, para sacar a nuestro país adelante. En la búsqueda incesante del bien común, con justicia y responsabilidad social.

(*) Periodista