Por: Enrique Soto Roca
Aproximadamente 20 millones de
peruanos acudiremos obligatoriamente a las urnas el próximo 10 de abril para
elegir al nuevo Presidente Constitucional de la República, y a los 130 nuevos
parlamentarios que nos representarán en el Congreso Nacional; cumpliendo de tal
manera con nuestro deber –aunque no lo sintamos profundamente- para darle
estabilidad y continuidad al alicaído y anémico sistema democrático, que por
cuarta vez de manera consecutiva –situación que no se ha visto a lo largo de
los últimos 50 años- nos va a permitir elegir a nuestras autoridades que
conducirán el destino del país en los próximos cinco años, en las ánforas.
Los candidatos que aspiran ocupar
el sillón de Pizarro, a 40 días
aproximadamente de la realización de la primera vuelta electoral, han empezado
a extremar su accionar proselitista, poniendo un poco de pólvora en sus
continuos discursos; asimismo se observa, de manera preocupante, un ambiente
electoral caldeado, que en momentos amenaza poner en peligro la estabilidad y
continuidad democrática del país. Situación que pone en alerta a todos los que
creemos en ella, y no se va a permitir por ningún motivo que esta sea
interrumpida, ya que ha costado a todo el pueblo peruano mucho esfuerzo y
sacrificio recuperarla.
Las amenazas de muerte que ha
recibido el Presidente del Jurado Nacional de Elecciones (JNE), Francisco Távara;
así como los atentados violentos perpetrados contra los locales principales de
campaña de Partido Aprista y del Frente Amplio, donde una turba de desadaptados
causaron destrozos lanzando piedras y otros artefactos contundentes, empaña el
proceso electoral, poniendo en una situación de grave riesgo la estabilidad y continuidad
democrática. Esto tiene que ser controlado de manera inmediata por el accionar
efectivo de la policía nacional y el sistema de inteligencia, instituciones
encargadas de garantizar la tranquilidad pública, así como el normal
desenvolvimiento del proceso electoral convocado. Por lo que se hace urgente
identificar de donde provienen estos hechos delincuenciales, que podrían
empañar la transparencia de estos comicios.
Este ambiente caliente -socialmente
hablando- que se está experimentando en este proceso, es necesario enfriarlo.
En tal sentido, es conveniente que los candidatos se calmen un poco, disminuyendo
y/o controlando su desesperación por alcanzar sus objetivos, a pesar que el
factor tiempo les juega en contra. Así como dominen sus ataques compulsivos
contra sus competidores profiriendo palabras agresivas y frases insultantes, y contrariamente
expresen de manera sencilla y coherente propuestas atinadas sobre los
principales problemas que aquejan a la mayoría de ciudadanos de a pie. Esto
revitalizará la tranquilidad pública, dando mayor pulcritud al proceso. Esperamos
que los competidores hagan sus mayores esfuerzos por que esto se implemente, ya
que el pueblo está cansado de enfrentamientos estériles, y lo que hoy exige son
buenas propuestas y buenos planes de gobierno que eleven al país –en los
próximos cinco años- por la senda del progreso y desarrollo, acabando para
siempre con la pobreza, la injusticia y la desigualdad social que corroen la
dignidad de nuestros pueblos.
Por otro lado, si no suceden
mayores situaciones extraordinarias y de gran impacto parece que lo que
sucederá el 10 de abril, ya se anuncia. Según los resultados de las
encuestadoras, Keiko Fujimori, de Fuerza Popular, a pesar que sigue manteniendo
el primer lugar de preferencias, con un 33%, registra caídas de manera continua
que la debilitan. Se ubica en el segundo lugar Julio Guzmán, de Todos por el Perú,
con un 18%, habiendo crecido en menos de dos meses como un aluvión. El tercer
lugar lo ocupa Cesar Acuña, de Alianza para el Progreso, con 7%, registrando
una caída libre estrepitosa, que anuncia la extinción para siempre de sus
sueños de ser Presidente del Perú. En el cuarto lugar, se asienta Pedro Pablo Kuczynski,
con 6.8%, no parando de bajar de manera continua, por lo que se avizora que muy
difícilmente llegará a una segunda vuelta. En el quinto lugar se ubica Alan García
de Alianza Popular, con un 6.4%, siendo bastante preocupante la situación para
los compañeros y sus aliados, que fueron muy golpeados con el “baguazo” y los
“narcoindultos”, algo que no lo pudieron revertir, a pesar que muy tardíamente
Alan sostuvo que fue un error que nunca lo volvería hacer, pero los hechos ya
estaban consumados.
Teniendo en cuenta, a los cinco primeros,
de los 17 aspirantes, ya que uno abandonó la contienda, consideramos que si
Julio Guzmán no es sacado de carrera, ya que en política todo puede pasar, estará
compitiendo en segunda vuelta con Keiko Fujimori, y será un competidor encarnizado.
Sin embargo, en el supuesto que salga elegido presidente, su triunfo no
garantiza el éxito del país, ya que nos dará más de lo mismo, porque es
considerado un tecnócrata ilustrado, que apareció de manera improvisada, metiéndose
por la ventana al escenario político electoral. Alcanzó el éxito personal logrando
seducir a la juventud. Mas no cuenta con una experiencia mínima que garantice
un buen gobierno, ni cuenta con una formación ideología y doctrinaria que lo
sostenga. Volveremos a votar por el mal menor. Esa parece ser nuestra condena.
Sin embargo, creemos que puede
abrirse una esperanza en el futuro incierto de nuestras naciones. Verónika
Mendoza (FA) y Alfredo Barnechea (AP), vienen cabalgando con mucha fuerza desde
atrás, pisándole los talones al carismático, y dos veces presidente de la república,
Alan García. A pesar que debido al factor tiempo, tan corto que les queda, no
es posible, desde nuestra modesta opinión, que uno de ellos pase a la segunda
vuelta, pero si se afirmarán con un poder solvente, constituyendo un fuerte
conglomerado social que le dará la fuerza suficiente como para realizar una
brillante fiscalización, presionando de manera constante al nuevo gobierno que
se instale el próximo 28 de julio, exigiendo eficiencia en la gestión. Verónika
desde la izquierda y Alfredo desde el centro, presionarán al nuevo gobierno a realizar algunas correcciones
urgentes y necesarias al Modelo Económico Neoliberal imperante, que desde
nuestro punto de vista ya no da más, si queremos reactivar la economía
nacional, sacándola del enfriamiento.
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