Por: Enrique Soto Roca
“Este es un golpe a la
democracia y es un fraude anticipado”, ha manifestado
Julio Guzmán, candidato a la presidencia de la república por Todos Por el Perú
(TPP), ante la inminente posibilidad de que el Jurado Nacional de Elecciones (JNE),
presidido por Francisco Távara, lo inhabilite como postulante de manera
definitiva, impidiéndole seguir en campaña, ante la admisión de la tacha
presentada.
Lo mismo viene ocurriendo
con César Acuña, candidato presidencial por Alianza para el Progreso (APP). Quien
igualmente tiene la amenaza, por parte del JNE, de salir de carrera, por haber
trasgredido supuestamente la Ley de Partidos Políticos, modificada por el
Congreso de manera reciente, después que el presidente de la república convocara
a estos comicios.
Estando a un mes,
aproximadamente, de la realización de las elecciones, estos acontecimientos,
dan mucho que decir de la idoneidad, responsabilidad y transparencia como se está
llevando a cabo este proceso, por parte del JNE. Este no es un acto cualquiera,
vamos a elegir al nuevo Presidente Constitucional de la República, y a la Representación Nacional (expresada en
130 nuevos congresistas), que conducirán el país los próximos 5 años.
Creemos firmemente en la democracia, y en el respeto
irrestricto al Estado de Derecho. Pero, asimismo, creemos en la tolerancia y
ecuanimidad que deben tener las autoridades antes de emitir resoluciones
definitivas, para que sean justas, y no den pie a que el pueblo presienta que
se están cocinando cosas indebidas con el afán de favorecer a algunos de los
competidores. Eso no ayudaría a consolidar institucionalidad democrática.
Por otra parte, creemos
que la mayoría del pueblo peruano no estamos dispuestos a volver al pasado
interrumpiendo esta democracia, que vivimos de manera continua desde hace 15
años. Y no olvidemos que nos costó muchísimo recuperarla, después de haber
caído en las garras de un grupo político
indeseable, el más corrupto y mafioso de la historia republicana, como diría el
escritor Mario Vargas Llosa, denominado Fujimontesinismo. Esas horas perversas de nuestra historia no queremos
volver a reeditarlas. En tal sentido, tengamos muy en cuenta, que este proceso
electoral no es un acto cualquiera, es un mega evento súper extraordinario, ya
que por primera vez, vamos a elegir por cuarta vez consecutiva, en las urnas, a
nuestro nuevo Presidente Constitucional de la República, en un acto trascendental,
algo que no ha ocurrido desde hace 50 años. Es decir, es un acto histórico.
Sin embargo, creemos que
estos hechos vienen sucediendo, porque se aproximan grandes cambios en el
quehacer político nacional. Los políticos tradicionales, que influenciaron y
hegemonizaron el país en los últimos 30 años, se sienten desplazados, y todavía
mantienen cierto control sobre alguna instituciones estratégicas, que tienen
que ser reformadas radicalmente, para darle soporte y estabilidad a la
democracia pujante que se erige. Estos cambios que se vienen como un tsunami, nada
ni nadie los va a poder contener, en el normal curso y desenvolvimiento del
devenir histórico de los pueblos. Es así como irán apareciendo nuevos
movimientos políticos y nuevos líderes renovados que representarán la Gran Transformación,
y el modelo económico neoliberal que nos ha gobernado en los últimos 25 años, tendrá
que ser revisado de manera obligatoria, ya que la situación económica
internacional ha cambiado profundamente. Si China ha virado estratégicamente en
su devenir económico, que es un gigante, por qué nosotros, que somos muchísimos
más pequeños no podemos virar, para mejorar nuestra economía y reactivar
nuestro crecimiento, que lo tenemos desacelerado, teniendo condiciones
materiales y financieras acumuladas para revertirlo, y no lo hacemos por
desidia.
Creemos, finalmente, que
estos impases no resueltos en estos comicios, deben ser atendidos de manera
inmediata. Tengamos en cuenta que el próximo 10 de marzo, se inicia- de acuerdo
a lo programado- la impresión de las cédulas de votación, para ese entonces
todos los candidatos deben estar oficialmente reconocidos e inscritos. Sería
una injusticia enorme que no figuren como candidatos a la presidencia de la
república Julio Guzmán y Cesar Acuña, ya que ello desluciría el ambiente democrático, creando suspicacias
sobre la plena participación ciudadana, que el proceso debe tener. No nos
olvidemos que ellos representan al 30%
del electorado. No promovamos rencores y enfrentamientos inútiles. El
pueblo peruano está cansado de todo ello, y lo que ahora busca es progreso y
desarrollo. Por eso, no cree que haya llegado un “Adiós A la Democracia” .Ya que está seguro, que esta va a
continuar heroicamente y pujante, hasta
convertirse en una institución sólida con raíces profundas en nuestro país.
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