Por: Enrique Soto Roca (*)
La carrera electoral por alcanzar
la más alta magistratura del estado, se ha
intensificado en las últimas semanas en nuestro país. Todos los pre
candidatos sueltos en plaza, se mueven como pez en el agua, entre una población
desinformada, ofreciendo el oro y el moro. Sin embargo, la desaceleración
económica se acentúa, y la delincuencia campea por doquier, y ninguno expone
una propuesta seria y contundente para superar estos males que amenazan estrangular
a la población peruana. Sus enunciados no pasan de simples críticas.
Según la Comisión Económica para
América Latina y el Caribe (CEPAL), el Perú no liderará el crecimiento
económico este año, ya que –según
proyección- su crecimiento apenas alcanzará el 3,6%, superado por Panamá
con 6%, seguido de Antigua y Barbuda 5.4%, República Dominicana y Nicaragua
(ambos con 4.8%), Bolivia 4.5% y Paraguay 4%. Frente este pronóstico aterrador
–cuando éramos estrella celeste del firmamento latinoamericano- que dicen
nuestros políticos que aspiran la silla de Pizarro. ¡Esta boca no es mía!
Seamos conscientes, un proceso electoral para elegir a nuestro nuevo
presidente de la república, no es un juego, sino una decisión de enorme
responsabilidad, donde se decide el destino histórico de nuestro pueblo. En tal
sentido no basta que un ciudadano acaudalado con muchos contactos en las altas
esferas del poder, y con un conocimiento y experiencia básico en el quehacer
político, visto como praxis y no como ciencia diga: ¡Quiero ser presidente!,
esto no garantiza que elijamos a un buen gobernante, a un verdadero
estadística, a un líder y conductor de una nación. Y, estas elecciones vuelven
a estar plagada de candidatos que solamente tienen el deseo egocéntrico y
codicioso de querer ser presidente –algunos nuevamente- a como dé lugar. En ese
afán todo vale. El asunto es llegar. En medio de este alboroto de dimes y
diretes, de puyas y cuchilladas, viendo que la cosa se pone fea, alguien dijo:
“Un momentito hay que organizarnos”. Sabiendo que en ese plan todos podían
salir chamuscados, decidieron alrededor de 16 partidos políticos una
declaración de principios ante el acuerdo nacional, en el que expresan su
confianza que las próximas elecciones se desarrolle en un clima de libertad y transparencia,
sin hacer uso de los recursos públicos, sin insultos y con mucho respeto al
competidor. Con esta actitud en algo se demarcó la cancha, pero no garantiza
–sabiendo cómo actúan nuestros políticos- que el proceso electoral cuando entre
a la recta final no se convierta en una campaña campal, encarnizada y
demoledora.
Por otra parte, según las
encuestas, aunque estas son muy prematuras ya se vislumbra quienes son los
candidatos, o pre candidatos mientras no se oficialice, que tendrían mayores
opciones de llegar a palacio. Teniendo en cuenta a los tres primeros,
encabezados por Keiko Fujimori (30%) y seguido por PPK (14%) y Alan García
(10%), serían los favoritos para asumir la presidencia de la república en el
2016.
Con esta proyección política todo
parece indicar que el modelo económico neoliberal se fortalece, y no sabemos cómo
se encarará el proceso de desaceleración que padecemos, así como no se sabe
cómo se va a responder ante una recuperación de la economía norteamerica que haga
subir las tasas de interés a nivel internacional. Así como, no se sabe cómo se
actuará ante la recesión europea y la desaceleración China, ya que ninguno de
los candidatos ha expresado claramente la visión de país que desea construir, y
cómo resolver los problemas más cruciales que padecemos, ya que nos encontramos
históricamente en un punto de quiebre, dónde lo que hagamos como nación puede
catapultarnos a ser un país desarrollado o volver a lo que fuimos hace dos
décadas. Ya que el actual gobierno de Ollanta Humala, se va en doce meses sin
pena ni gloria, después de haber experimentado un rotundo fracaso. Habiendo
generado falsas expectativas, y habiendo estafado a la nación. Este perfil de
candidato el pueblo peruano nunca más no quiere, nunca más lo necesita.
Forjemos un nuevo horizonte en democracia.
Por ello, es necesario exigir a
los candidatos que aspiran a ser presidentes, ¿cuál es su plan de gobierno? ¿cuál
es el modelo de país que desean
construir? y ¿cómo lo van hacer? Es
necesario interrogarlos de manera profunda y persistente.
Hay que tener en cuenta que los
tres candidatos con mayores posibilidades de llegar a palacio, ya han tenido
experiencia de gobierno. Alan García fue dos veces presidente; PPK fue ministro
de estado y Keiko Fujimori fue embestida como primera dama. Ninguno puede
jactarse de haber realizado una gestión de excelencia. Keiko Fujimori, peor aún
ya que fue parte del gobierno más corrupto y violador de derechos humanos que
tuvo nuestra historia republicana. García tuvo un primer gobierno desastroso, y
hoy está siendo cuestionado por haber indultado a narcotraficantes. PPK como
ministro de estado, representó los intereses políticos y económicos del Fondo
Monetario Internacional (nuestro principal acreedor) y los intereses de las
transnacionales, celebrando suculentos contratos altamente rentables. Por ello,
ahora, ya que están primeros en el marcador, hay que exigirles claridad y
precisión con respecto a lo que quieren hacer con nuestro país en caso de salir
elegidos. Es un pedido, visto como un derecho adquirido en democracia, y de
carácter constitucional. Tenemos que ser rigurosos con nuestros postulantes, si
queremos llegar al 2021, año del Bicentenario de nuestra independencia como
país desarrollado.
Tengamos también en cuenta que el
PPC, un partido de extrema derecha. Es decir conservador, está que le hace
ojitos a PPK. Cuando a Lourdes Flores Nano, lideresa del PPC, y ex candidata a
la presidencia de la república le preguntan: ¿Pedro Pablo Kuczynski podría ser
una opción? Ella responde: “Como no. Su
partido no deja de ser un proyecto personal, pero un diálogo con él no debe
cerrarse”. La República 28 de junio 2015.
Por su parte –siendo una
necesidad histórica para ponerle un contrapeso a la contienda electoral- la izquierda
ni suena ni truena, parece estar asustada por el vendaval aplastante
neoliberal. A pesar que hay ciertos sectores que pugnan por hacer presencia
política y forjar la unidad. Tal es el
caso de Verónica Mendoza, que impulsa el Frente Amplio, y parece bien que últimamente
haya invitado a sumarse a ese movimiento a Sergio Tejada (disidente
nacionalista) Y César Villanueva (ex presidente del Consejo de Ministros). Es
necesario y hasta vital que la izquierda
abra y ocupe un espacio importante en el quehacer político nacional. Debe abrir
el debate y la polémica sobre el futuro de nuestro país.
(*) Periodista. Analista político
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