Por: Enrique Soto Roca (*)
Si bien es cierto que el Perú está
padeciendo desde el año 2012 un proceso de desaceleración, producto principalmente
del enfriamiento económico internacional; reflejado en la caída de los precios
de los minerales y nuestras exportaciones tradicionales. El boom económico que
tuvimos de diez años de crecimiento continuo, desde el 2002 hasta el 2013, con
una tasa promedio de 6% anual ha terminado. Este año creceremos un 3%
aproximadamente.
¿Esto significa que estamos en un
periodo de vacas flacas? ¿Qué hay que ajustarnos los cinturones y ser
profundamente austeros? ¿Qué hay que bajar sueldos, despedir trabajadores y no
incrementar ni un centavo a la Remuneración Mínima Vital (RMV)?. Nuestra
respuesta es no, y lo sostenemos con argumentos.
Es cierto, que el boom ha
terminado, pero no es cierto que hemos parado de crecer, sino que hemos
disminuido nuestra tasa de crecimiento, por eso decimos que estamos viviendo
una economía desacelerada. De lo que estaban acostumbrados a ganar (ganancia
neta), nuestros empresarios, por ejemplo, de un millón de dólares en un mes
–quizá me quede corto- hoy perciben sólo 700 mil y/o 500 mil dólares mensuales
de rentabilidad, debido que ya terminó los diez años de bonanza, en la que
acumularon desmedidamente, y hoy tendrían condiciones para invertir y
reinvertir, pero no lo quieren hacer, por varias razones, entre una de ellas, por
encontramos en un periodo electoral. En los próximos meses tendremos un nuevo
presidente, y no se sabe quién será. Además, quieren –como siempre va exigir el
capital- mejores condiciones, para obtener mejores ganancias, esto es normal
dentro del sistema. No pidamos peras al olmo. Pero sepamos negociar con
dignidad y patriotismo defendiendo siempre los intereses de la nación. Lo que
criticamos al gobierno, y siempre lo hemos dicho, es su incapacidad para hacer
una buena gestión. Su mediocridad en tomar medidas acertadas y audaces. Su
falta de reflejos en el quehacer político y su falta absoluta, total en
liderazgo y comunicación. Recibió un país en crecida, algo debió hacer al menos
para mantenernos y no caer. Estos cinco años perdidos, debieron ser
determinantes para acabar con la pobreza, para que todos los peruanos tengamos
acceso al agua potable y alcantarillado, así como ningún niño y niña en edad
escolar se quede sin estudiar. Esto es básico y lo pudo haber realizado este
gobierno, pero no lo hizo. Lo que sí realizó, y para eso tuvieron decisión y
audacia, aumentar el 100% el sueldo de los ministros, hoy cobran 30 mil nuevos
soles mensuales. Sin embargo, hacen una serie de evaluaciones y estudios
técnicos para incrementar en un 14% (105 nuevos soles), tal como lo piden los
trabajadores la RMV, y hasta estos momentos, desde hace más de cuatro meses, no
toman decisión.
Por otro lado, por qué sostenemos
que no existen las tal vacas flacas, porque nuestros indicadores
macroeconómicos nos dan una relativa estabilidad. Tenemos una inflación
controlada. Tenemos un tipo de cambio gobernado por el BCR, claro que esto nos
cuesta unos millones de dólares y una leve disminución de nuestras Reservas
Internaciones Netas (RIN), que sobrepasan los 60 mil millones de dólares, un
30% aproximadamente de nuestro Producto Bruto Interno (PBI) que llega a los 200
mil millones de dólares. Así mismo, tenemos un acumulado del Fondo de
Estabilización Fiscal (FEF), que se creó en 1999, compuesto por superávit del
gobierno de cada año. Hoy la caja equivale al 8% del PBI. Es decir, 16 mil
millones de dólares. Juntando las RIN y el FEF, tenemos un dineral, como algún
analista económico dijo: ¡Pólvora suficiente para explotar la economía!
En tal sentido, eso de ajustarse
los cinturones como recomendaba el FMI hace muchos años, sin resultados
positivos, es un engaña muchachos. La austeridad no es el camino, contrae el
consumo, conduce a la recesión, fenómeno económico que estrangula las economías
de las naciones. Sino veamos en qué situación se halla Europa. Esto no avala el
consumo desmedido, como lo sucedido en EE.UU. que lo llevó a la catástrofe del
2008, sino un consumo responsable, equilibrado y respaldado.
Tengamos en cuenta que nuestro
consumo local no se ha contraído drásticamente, sí ha bajado algunos puntos,
pero no es dramático ni hay por qué alarmarse. Por lo que es necesario
repotenciarlo, ¿cómo lo haríamos? No hay otra forma de poner más monedas en el bolsillo
de la gente, y esto de manera inmediata, una de las medidas, sería
incrementando ligeramente la RMV con criterio y responsabilidad –el trabajador
peruano es consiente y responsable-. Por eso, ha planteado ante el Consejo
Nacional del Trabajo, en el que también participan empleadores y gobierno un
incremento justo y equilibrado de 14%, equivalente a 105 nuevos soles. Es
decir, la RMV ya no sería de 750 como ahora sino de 855 nuevos soles. Esto sí
es posible. De dinamizaría la economía.
Tengamos en cuenta también, que
el trabajador, y más aún aquel que percibe un sueldo básico, no acumula. Gana
para sobrevivir. Ellos, en el periodo de bonanza se la pasaron trabajando y
viéndola pasar solamente. Seamos justos, esto es verdaderamente un acto de
inclusión social. Ya que nosotros los peruanos tenemos un problema muy serio
que debemos resolver en los próximos años. Es el proceso de redistribución de
la riqueza y los ingresos de la nación, allí nace la injusticia, que se refleja
en violencia social, pobreza, falta de educación y atención a la salud. Esto
debe acabar para siempre en los próximos cinco años. Los peruanos debemos de
reencontrarnos, y nosotros mismo decidir hacia dónde vamos, qué modelo de país
queremos construir para nuestros hijos, para las futuras generaciones, y no
dejarnos imponer modelos trasnochados por caudillos advenedizos, que haciéndose
pasar por líderes políticos deciden por nosotros.
Cómo va a ser posible, según
denuncia Luis Castillo, asesor de la CGTP, que hasta la tarde del lunes 27 de
julio, el Ejecutivo había decidido incrementar la RMV en 10%, es decir a 825
nuevos soles y fueron los gremios empresariales quienes alegaron que tal
incremento afectaría los niveles de inversión, lo que habría hecho desistir al
presidente de anunciar el alza en su mensaje por Fiestas Patrias. Esto no puede
ser ¡quién manda en este país!, de ser cierta esta versión, por primera vez
Ollanta hubiera realizado un acto de valentía, y no se hubiera dejado intimidar
de manera vil.
Esta denuncia, parece verás, ya
que según el vocero del nacionalismo, Josué Gutiérrez, dijo que hay una gran
posibilidad que uno de los más importantes anuncios del presidente Humala en su
mensaje a la Nación sea el del aumento del sueldo mínimo de 750 a 850 nuevos
soles. “Ese tema ya ha sido evaluado en el Ministerio de Trabajo y por el
titular de ese sector. El aumento del sueldo mínimo es parte de nuestra agenda”
dijo. Diario La República 27 de julio 2015.
Esperamos que en el más breve
tiempo, este tema de mucho significado para nuestros trabajadores sea resuelto.
Y no intimidemos a la población con el fantasma que este incremento ocasionará
despidos, más bien digamos la verdad, como que dinamizará la economía, porque
si no soltamos nuevos soles y los ponemos en el bolsillo de la población,
podríamos entrar en recesión. Así como sino apuramos las inversiones públicas y
privadas de envergadura.
(*)Periodista. Analista político
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