miércoles, 24 de julio de 2019

TÍA MARÍA

Por: Enrique Soto

No hay diálogo con “el traidor de Vizcarra”, mientras no se cancele la licencia de construcción otorgada a la empresa Southern, para el Proyecto minero Tía María, ha sentenciado, el gobernador Elmer Cáceres, de la región Arequipa.
En esa perspectiva, el proyecto minero, que podría significar un relanzamiento de la inversión privada, con inyección de grandes capitales, dentro de una economía paralizada, se ha convertido en una papa caliente, con pronóstico reservado.

Este lunes 15, se inició en el Valle de Tambo, un paro indefinido, con el lema: “Agro Sí, Mina No”; con el propósito “no negociable”, de lograr la cancelación de la licencia de Construcción del Proyecto Minero Tía María, por parte de la empresa Southern; a pesar que esta ha manifestado que no iniciará dicha construcción otorgada por el estado peruano, mientras no se logre la licencia social, que significa la aprobación de la población.

Sin embargo, la situación empieza a calentarse, movido principalmente por intereses políticos, pretendiendo obtener algunos gananciales, con proyección a las elecciones generales del 2021.

Por su parte, cabe mencionar, que el gobierno cometió un grave error, dejándose presionar por el sector empresarial, representado en la Confiep, al otorgar la licencia de construcción, sin antes hacer “la consulta previa”, y lograr obtener la “licencia social”, a través del convencimiento y la utilización del diálogo, como debe ser en un gobierno democrático.

Ahora la situación de ha complicado. Utilizar la fuerza, para lograr el cometido se haga realidad la inversión privada, no es lo mas adecuado, ni lo mas prudente. Por mas que se quiera argumentar, el uso del principio de autoridad. Dicha disposición sería sumamente peligrosa. Recordemos lo que sucedió en el 2015, donde hubieron varios muertos. A pesar que el Ministro del Interior, Carlos Morán, ha manifestado a Vizcarra, que esas muertes no se van a volver a repetir. Que ahora actúan con estrategia y mas profesionalismo.

Tampoco es hora de los insultos, para ver quien saca mas provecho del conflicto. En tal sentido, las frases vertidas por el gobernador Cáceres, son desproporcionadas y en nada ayudan a resolver el enfrentamiento. Por el contrario, lo agudiza y alienta. Creemos que es el momento de corregir la postura, buscándole solución a la encrucijada.

Tal como está la situación, antes que se recaliente y se funda el motor (hablando metafóricamente), es necesario, por no decir urgente, que se instaure el diálogo, sin mas condiciones y prerrogativas. Sentarse a conversar es un asunto de gente civilizada dentro de un estado democrático, donde nos escuchemos e intercambiemos ideas.

Ya marcó la pauta la empresa Southern, manifestando que no iniciará la construcción del proyecto, si no logra la licencia social, que no es otra cosa que el consentimiento de la población.

¿Hay necesidad que se revise minuciosamente el Estudio de Impacto Ambiental, con el que se le otorgó la Licencia de Construcción? Pues hagámoslo. Todos estamos de acuerdo que no queremos un desarrollo minero tradicional, como se venía haciendo en décadas pasadas, que dejaban las áreas donde operaban hecho un basural. Eso no se quiere reeditar. Y se exige estándares internacionales, de producción minera, supervisada y fiscalizada.

Cuidar el medio ambiente, se ha vuelto una necesidad de sobrevivencia humana. Y en ello debemos ser intolerantes. Pero impedir, la inversión minera limpia, donde halla la posibilidad de hacerla, podría convertirse en algo que atente contra el desarrollo económico del país, cuando estamos padeciendo un proceso de desaceleración económico. Y las proyecciones de crecimiento para este año, cada mes retroceden. De 4.5% que pronosticaron el BCR y el MEF, a principios de año, ahora dudan y ubican el crecimiento 3% y 3.5%. Algo alarmante, que no resuelve la pobreza y alienta el desempleo.

La situación económica que estamos padeciendo en el país, no amerita manipular políticamente un conflicto como el que se está presentando. Seamos responsables. No arrastremos a la población a enfrentamientos, donde al final de las batallas, todos vamos a ser perdedores.

Ganar y ganar, es la nueva alternativa, de los tiempos actuales. Por eso no tenemos otra salida que sentarnos a dialogar. Negociemos: Qué me das, qué te doy y busquemos soluciones. El país entero, estará muy agradecido, si se supera este enfrentamiento, y se encuentre un acuerdo satisfactorio. Hagamos todos los esfuerzos necesarios para hallar una salida. La violencia a nada bueno nos conducirá. Seamos realistas hagamos lo imposible.

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