Por: Enrique Soto Roca (*)
A un año y dos meses de poner
término a su gestión, el gobierno nacionalista de Ollanta Humala parece irse
quedando sin capital político. Tía María, fenómeno social que ha convulsionado
Arequipa y todo el sur del país y el caso Martín Belaúnde Lossio, vinculado con
actos de corrupción ha puesto a la pareja presidencial contra las cuerdas.
CAE POPULARIDAD
La popularidad de la pareja
presidencial ha caído estrepitosamente el mes pasado, según encuesta realizada
por la compañía de investigación de mercado, Gfk, a nivel nacional. Ollanta Humala
con respecto a su aprobación se ubica en 16%, ocho puntos menos que en el mes anterior, mientras que su
desaprobación se incrementó de 72% a 77%. Es decir, tres cuartas partes del
país no lo aceptan. Asimismo, Nadine Heredia, cayó en su popularidad de 27% que
tenía en abril, a registrar un 18% en mayo. El Presidente del Consejo de
Ministros, Pedro Cateriano, no se quedó al margen de esta sanción ciudadana, su
aprobación se ubicó en 18% frente a una desaprobación del 47%.
Como podemos darnos cuenta la
situación política del gobierno es sumamente crítica, ya que registra un
desgaste acelerado en su gestión en los últimos meses, que lo va arrinconando
hacia una inestabilidad, bastante preocupante. Por eso, el ex presidente y
líder de Perú Posible, Alejandro Toledo, propuso un cónclave de ex presidentes
y líderes de partidos con Ollanta Humala para buscar soluciones a los problemas
que afronta el país, ya que a su juicio esta cita sería necesaria “para impedir
la interrupción del sistema democrático”. Expresión sumamente alarmante que se
puede leer de muchas maneras.
Sin embargo, lo que se corrobora
es la precariedad a la que está llegando este régimen, con una increíble falta
e iniciativa para resolver los problemas más cruciales. Dando a entender que no sabe qué hacer, ni
cómo actuar ante los desafíos que a diario se le presentan y parecen
acorralarlo. Desde los conflictos
sociales, que empiezan a brotar por doquier, hasta la inseguridad ciudadana que
se expande como un reguero de pólvora, no existiendo una política de gobierno
para contenerlos. Los extorsionadores están haciendo de las suyas obligando a
ciudadanos solventes, con negocio, a dar altas sumas de dinero, si quieren
seguir viviendo.
La situación se pone color de
hormiga, frente a un gobierno incapaz para hacerle frente. Por su parte, la oposición
política se mueve con gran apremio con el principal afán de sacarle el mayor
provecho a la coyuntura. Las relaciones que se habían equilibrado con el
nombramiento del nuevo Presidente del Consejo de Ministros, se han vuelto a
resquebrajar, siendo muy probable que el Congreso de la República, no le
otorgue al Ejecutivo, facultades legislativas que está solicitando, para normar
sobre asuntos económicos, seguridad ciudadana y conflictos sociales,
generándose enfrentamiento entre estos dos poderes del estado. Se descarta,
desde nuestro particular punto de vista, el cierre del Congreso, porque no hay
ambiente psicosocial que apunte hacia ello.
COMUNICACIÓN Y DIÁLOGO
Esta forma de hacer política
tiene que ser superada, si queremos avanzar en la consolidación institucional
dentro de un sistema democrático. El enfrentamiento constante y permanente
entre el oficialismo y la oposición nos desgasta y no es nada constructivo. En
tal sentido, es necesario y urgente buscar el entendimiento a través de la
comunicación y el diálogo sostenido.
Por otra parte, la situación de
desgaste político acelerado que padece el régimen, lo ubica como un gobierno al
garete. Sin norte, que avanza según soplan los vientos, sin imponerse la
inteligencia y la razón. La situación se complica cuando la protesta no sólo es
en Tía María, sino en todo Arequipa, expandiéndose a todo el sur del país, para
luego convertirse en una protesta nacional, manifestándose en todo el
territorio. Esto es grave, ya que compromete a más de 30 millones de ciudadanos
que constituimos esta comunidad.
Después del paro regional del sur
del país realizado con éxito la semana pasada, estos han pedido a la Central General
de Trabajadores del Perú (CGTP) que convoquen a un paro nacional para obligar
al gobierno a atender las necesidades más urgentes que padece el pueblo
peruano. Sin embargo, la central sindical, está tomando las cosas con pinzas,
actuando con sumo cuidado, para que no se mezcle la lucha política con las
reivindicaciones laborales, que podrían hacerle perder el control del liderazgo
y hegemonía.
¿DESBORDE POPULAR?
Por eso la CGTP, para medir
fuerzas y garantizar el control de las acciones que pueda tomar, ha empezado a
promover una movilización a nivel nacional, llamada también “Jornada Nacional
de lucha”. Asimismo promueve un “Paro Andino”, en algunas regiones de nuestra
serranía. Como podemos darnos cuenta esta situación es muy delicada, ya que las
organizaciones gremiales han empezado a calentar motores a nivel nacional y de
ser efectivas estas protestas, podríamos estar asistiendo a un “desborde
popular”, tomando el concepto del historiador y antropólogo Matos Mar.
Por su parte, el Sutep, Sindicato
Único de Trabajadores de la Educación Peruana, viene promoviendo un paro de 24
horas. Atizando la hoguera. Asimismo, un nuevo sector de transportistas viene
haciendo lo mismo. Sería letal que el transporte se paralice, ya que es un
sector estratégico. Todo esto de salir tal como lo tienen planeado pondría en
graves aprietos al régimen, afectando la gobernabilidad, ya que se desataría
una ola de protestas y enfrentamientos a nivel nacional, que el gobierno no
estaría en capacidad de contener y controlar, ni utilizando a las fuerzas
policiales en pleno, podría garantizar el orden, ya que estas han dado muestras
de incapacidad operativa al no poder contener la avalancha delincuencial
desatada en todo el país, y de manera agresiva y virulenta en Lima, donde viven
10 millones de ciudadanos, un tercio de la población a nivel nacional.
Como podemos apreciar, tener un
gobierno al garete es sumamente peligroso y delicado. Por lo que es necesario
institucionalizar el diálogo a nivel nacional y utilizar sabiamente esta
herramienta para resolver cuanto problema social, político y económico se
presente en el país.
Es de sabio conversar y de
ignorantes violentarse. Con una actitud dialogante todos saldremos ganando. Las
instituciones democráticas, pilar del desarrollo se fortalecerán.
(*)Periodista. Analista político
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