Por: Enrique Soto (*)
Ha llegado el momento de ponernos las pilas para empezar a construir aceleradamente y de manera sostenida el país desarrollado que siempre hemos anhelado. Estamos en la hora propicia y en el lugar indicado para iniciar el "Perú de éxito", soñado por muchas generaciones.
Teniendo en consideración, la posibilidad, que la crisis internacional sea prolongada y una eventual caída de los precios de nuestros minerales, así como una retirada de flujo de capitales de inversión, pueda afectar nuestro crecimiento económico, estamos en mejor disposición que cualquier país de la región para contrarrestar la embestida. Para ello contamos con Reservas Internacionales que alcanzan la fabulosa cifra de 55 mil millones de dólares, además de un Fondo de Estabilización Fiscal de 6 mil millones de dólares, sin mencionar que generamos anualmente un superávit fiscal de 2% del PBI, equivalente a 3,100 millones de dólares y además contamos con una línea de crédito internacional de parte de los organismos financieros multilaterales (FMI,BID,BM) de alrededor de 2 mil millones de dólares americanos. Es decir, nuestra solvencia y capacidad económica y financiera para cualquier eventualidad es consistente. Por lo que nuestra situación es bastante ventajosa para iniciar una revolución democrática por el cambio y elevarnos en los próximos diez años en un país desarrollado. Siempre y cuando iniciemos desde ahora, la gran transformación con una buena hoja de ruta que nos guíe certeramente hacia ese magno objetivo, sueño frustrado de muchas generaciones desde hace 200 años, que estamos próximos a cumplir en el 2021, con la celebración del Bicentenario de nuestra Independencia Nacional.
¿Y qué debemos hacer para que ese anhelado sueño frustrado se cumpla en nuestro país y se restituya el orgullo nacional en las futuras generaciones? Consideramos que es necesario hacer lo que vienen sosteniendo y planteando analistas y estudiosos de la realidad nacional, como lo propuesto por el economista Virgilio Roel Pineda: "El estado debe priorizar el gasto (inversión) en educación y tecnología" (diario La República 25/03/2012).
En tal sentido, es necesario ponerle suma atención a este sector. Elevar nuestra competitividad educativa y promover la investigación científica y tecnológica es la clave para garantizar el desarrollo, proveyendo al mercado recursos humanos altamente calificados, que hoy son escasos. Sin desarrollo tecnológico no se puede garantizar el desarrollo industrial, pilar que debe sostener en el futuro el crecimiento económico. Asimismo, es de suma urgencia restructurar el andamiaje educativo actual, defenestrando todo lo inservible, renovando nuestras fuentes organizacionales llenas de conocimiento y sabiduría, y sobretodo estructuras orgánicas que promuevan el aprendizaje y la investigación. Todo lo que se oponga debe ser purgado.
Por otra parte, es necesario resaltar los alcances realizados por el analista Mirko Lauer, en su columna El Observador (La República 01/04/2012), quien sostiene que "sería bueno tener en cuenta lo que ha legado un gobierno realmente progresista" -refiriéndose a la hermana república de Brasil.
¿Qué es lo que ha hecho Brasil en los sucesivos gobiernos de Lula y Rousseff, conduciendo 195 millones de habitantes" para lograr -según Lauer- pasar, entre el 2005 y el 2011, a casi un tercio de la población, del sector D/E al sector C, y del sector C al sector A/B?
Dejando solo al 1% de los hogares del país en el sector E. Algo digno de ser tomado en cuenta, según el analista. Esto fue posible porque contó con cuatro palancas que fueron decisivas:
Por otra parte, es necesario resaltar los alcances realizados por el analista Mirko Lauer, en su columna El Observador (La República 01/04/2012), quien sostiene que "sería bueno tener en cuenta lo que ha legado un gobierno realmente progresista" -refiriéndose a la hermana república de Brasil.
¿Qué es lo que ha hecho Brasil en los sucesivos gobiernos de Lula y Rousseff, conduciendo 195 millones de habitantes" para lograr -según Lauer- pasar, entre el 2005 y el 2011, a casi un tercio de la población, del sector D/E al sector C, y del sector C al sector A/B?
Dejando solo al 1% de los hogares del país en el sector E. Algo digno de ser tomado en cuenta, según el analista. Esto fue posible porque contó con cuatro palancas que fueron decisivas:
- La revalorización anual del salario, teniendo en cuenta el crecimiento del PBI más la inflación.
- Un sistema de jubilación, que incluye a los campesinos que no cotizaron.
- Programas sociales, sobre todo: Bolsa-Familia.
- El crecimiento económico con baja inflación, preservando el poder adquisitivo y la generación de empleo.
Asimismo, quienes soñamos con un país grande y próspero, compartimos las ideas de quienes luchan denodadamente con la corrupción, lacra que se ha institucionalizado en el país y que obstruye el crecimiento.
Otra situación que merece atención, y que el actual gobierno, no tiene claro como enfrentarla, es la delincuencia. Es decir, la seguridad ciudadana. No existe un Plan de Operaciones para contrarrestar y acabar con este flagelo.
Para alcanzar el desarrollo sostenido, además de lo manifestado líneas arriba, es necesario poner énfasis a la creación de nuestra infraestructura. Teniendo en consideración que tenemos un retraso en esta materia de aproximadamente 30 mil millones de dólares, a partir de lo que casi nada se hizo en los últimos 20 años. En tal sentido, tenemos que pensar en megaproyectos. Lima se ha convertido en una metrópoli de 8 millones de habitantes, que generan caos y desconcierto en cuanto a transporte, es por ello la necesidad de formular grandes proyectos estratégicos de movilización masiva, -como corredores subterráneos de dos o tres niveles. El parque automotor debe ser modernizado aceleradamente. En los próximos años no deberían circular unidades con más de cinco años de antigüedad, así como se debería utilizar combustible ecológico, asfaltar todas las vías principales, secundarias y terciarias, que permitan conectar a todo el país, para permitir la fluidez de la economía. Un país interconectado es garantía de desarrollo. Crear represas para apoyar a la agricultura, crear hidroeléctricas de manera masiva, aprovechando la caída de las aguas de los ríos y contribuyendo de esta forma a garantizar el desarrollo energético, que adolecemos y que nos puede frustrar el crecimiento industrial al que apuntamos.
Además, debemos crear de manera responsable - sin generar falsas expectativas en la población- colegios y hospitales, utilizando en su implementación tecnología de punta. Tenemos que contar con instrumentos necesarios para que nuestros médicos y maestros puedan brindar una atención de alta calidad.
¿DE
DÓNDE SACAREMOS EL DINERO?
Creemos que existe suficiente dinero para concretizar este reto en los próximos dos quinquenios. Una parte la tenemos avanzada, pero no en la necesidad que requerimos para desarrollarnos e industrializarnos. Esta primera etapa la hemos venido realizando utilizando solo el Presupuesto General de la República, dentro del marco legal establecido. Hoy tenemos que ser más audaces e invertir de manera acelerada el 10% de nuestras Reservas Internacionales, que son significativas. De darse esta decisión contaríamos de manera inmediata con una línea de financiamiento para los próximos cinco años de 5 mil millones de dólares. Además, podríamos incorporar 2 mil millones del Fondo de Estabilización Fiscal, más el superávit fiscal de 3,100 millones que generamos actualmente. Con todo ello y sin endeudarnos, ni perder fuerza en el ahorro, a través del RIN. Contaríamos con cerca de 10 mil millones de dólares para expandir agresivamente nuestra infraestructura y consolidar nuestro desarrollo. Sin tener en cuenta que esta fabulosa cantidad de dinero bien podría negociarse con la empresa privada, a través de las Asociaciones Públicas Privadas - protegidas de acuerdo a ley-. Ya que el desarrollo vertiginoso que se pretende realizar a través de esta propuesta beneficiaría a los tres sectores que constituyen el Triángulo Virtuoso: Estado, Empresa Privada y Sociedad Civil. Sólo de esta forma estaríamos avanzando a paso firme hacia la consolidación de nuestro crecimiento macroeconómico y lo haríamos estable y sostenible para los próximos 50 años. De nosotros depende que esta bonanza económica nacional que estamos viviendo sea permanente y sostenible en el tiempo y no se vuelva, como en años anteriores, en efímero espejismo, que sólo lo vimos pasar y volvimos a nuestra pobreza, como lo fue la época del boom del guano y el salitre.
Ahora o nunca, ¡el futuro es nuestro!, decían los luchadores sociales con mucha emoción. Pero, sin embargo, murieron en pobreza. Nosotros tenemos la oportunidad de hacerlo realidad.
(*) Periodista
Ahora o nunca, ¡el futuro es nuestro!, decían los luchadores sociales con mucha emoción. Pero, sin embargo, murieron en pobreza. Nosotros tenemos la oportunidad de hacerlo realidad.
(*) Periodista
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