viernes, 12 de enero de 2018

¡QUE SE VIENE EN EL 2018!

Por: Enrique Soto 

¡Incertidumbre! Gritan algunas voces –llenas de angustia-, preocupadas en demasía por el devenir político, y principalmente por el quehacer económico de los próximos meses, en medio de una trifulca a muerte promovido por nuestros políticos  tradicionales, inmersos en una batalla campal por disputarse el poder, y con ello poder controlar el país, para seguir usufructuándolo.

Pero, ¿qué es lo que realmente está sucediendo en el Perú en los últimos meses? ¿Fue un error garrafal elegir a PPK como presidente de la República en el 2016? ¿Qué significa el hecho de que PPK no haya sido vacado por insolvencia moral hace algunas semanas? ¿Qué significa el hecho que Alberto Fujimori, no cumpla su condena por haber cometido delitos de lesa humanidad y corrupción, de 25 años y en un hecho sin precedentes –a la velocidad de un rayo-, sea indultado, sin justificación sólida y sostenida?


Primero, hay que sostener con responsabilidad, lo que se ve venir en el quehacer económico, que es lo que mas le interesa a la ciudadanía.

Escuetamente, y de manera resumida anunciamos que no van a ver mayores males que desestabilicen, nuestra estabilidad macroeconómica. El crecimiento económico mundial, que se prevé, supere el 3%, nos ayudará en esa perspectiva. Sin lugar a dudas. Es más, el  crecimiento de la demanda en los últimos meses del año 2017, superior al mes de diciembre del 2016, nos anuncia una perspectiva de buen movimiento en el consumo en el primer semestre del presente año. Asimismo, el crecimiento de la inversión privada el año pasado de 0.5, -algo que no sucedía en los tres últimos años-, es un buen augurio para alentar las esperanzas que este año creceremos por encima del 4%. Sin descuidar de mantener en raya al déficit fiscal, que se ha puesto un límite de 3% del PBI. La inflación está controlada. Y está por debajo del rango meta, que es 1%.

 Lo que sí es sumamente importante es reactivar la Inversión Pública. Y esto solamente va hacer posible si le ponemos atención a las grandes inversiones como son la reconstrucción de daños ocasionados por el fenómeno del Niño Costero. Las obras necesarias para el desarrollo de los Juegos Panamericanos y la construcción de la Línea 2 del Metro de Lima. Sin mencionar otras obras de gran envergadura como la construcción de Aeropuerto Internacional de Chincheros en el Cusco, y la ampliación y modernización del Aeropuerto Internacional Jorge Chávez, que está colapsando.

 En tal sentido, para lograr mayores objetivos y metas en el quehacer económico nacional, como crecer a un 6%, y/o superar la recaudación de 14% del PBI y subir a un 20% y/o 22% es necesario superar los líos internos que políticamente estamos padeciendo, a partir de un choque de poderes, en el que ni el Poder Judicial se ha quedado al margen, quien también entró en la contienda con la remoción al juez Carhuancho, símbolo de la lucha contra la corrupción. La defensa del estado de derecho, que esgrime el presidente del Poder Judicial son leguleyadas. En ese  sentido es necesario analizar con profundidad lo que en el campo político, está sucediendo. Y tomar las medidas de solución necesarias políticamente, para superar esta crisis de gobernabilidad que está padeciendo la población peruana.

Mientras escribo esta reflexión, los familiares de las víctimas de los afectados por la guerra interna, que sufrió el país durante el gobierno fujimontesinista, través de sus grupos paramilitares (llámese Colina), en coordinación con las organizaciones sociales y defensa de los derechos humanos, realizaron una marcha, protestando contra el indulto que el presidente PPK le ha otorgado al ex presidente mas corrupto  de la historia republicana, Alberto Fujimori. Quien fue favorecido con dicha gracia a cambio que el actual presidente  no sea vacado por el pleno del Congreso de la República. Fue un “toma y daca”, en el que cayeron ingenuamente muchos congresistas, incluyendo los diez votos de la bancada Nuevo Perú que monitorea Verónika Mendoza: ¡Qué falta de olfato político!

Por otro lado, creo que el pueblo peruano que eligió a PPK como presidente en el 2016 –que no fue desafortunamente la mejor decisión- pero lo hizo porque era el mal menor, y decidió correr el riesgo. Sabía que era un lobista. Pero no había otra alternativa. Así funciona la democracia representativa en el país. Elegir del menú que nos ofrecen, aunque no nos guste. Hoy sabemos que es un hombre que  no debe seguir al frente del gobierno. Por lo que se le está planteando una nueva vacancia. Lo mas digno sería que renuncie y se retire a sus cuarteles de invierno, ya que su nuevo gabinete que ha juramentado a nadie convence y será fusible. Creo que este gabinete “de la reconciliación” ha nacido muerto. No queda otra cosa que instalar un gobierno de transición y convocar a nuevas elecciones que incluya la elaboración de una nueva Constitución, ya que la de 1993 es espuria.

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