lunes, 7 de marzo de 2016

¿ADIÓS A LA DEMOCRACIA?

Por: Enrique Soto Roca

“Este es un golpe a la democracia y es un fraude anticipado”, ha manifestado Julio Guzmán, candidato a la presidencia de la república por Todos Por el Perú (TPP), ante la inminente posibilidad de que el Jurado Nacional de Elecciones (JNE), presidido por Francisco Távara, lo inhabilite como postulante de manera definitiva, impidiéndole seguir en campaña, ante la admisión de la tacha presentada.

Lo mismo viene ocurriendo con César Acuña, candidato presidencial por Alianza para el Progreso (APP). Quien igualmente tiene la amenaza, por parte del JNE, de salir de carrera, por haber trasgredido supuestamente la Ley de Partidos Políticos, modificada por el Congreso de manera reciente, después que el presidente de la república convocara a estos comicios.

Estando a un mes, aproximadamente, de la realización de las elecciones, estos acontecimientos, dan mucho que decir de la idoneidad, responsabilidad y transparencia como se está llevando a cabo este proceso, por parte del JNE. Este no es un acto cualquiera, vamos a elegir al nuevo Presidente Constitucional de la República, y  a la Representación Nacional (expresada en 130 nuevos congresistas), que conducirán el país los próximos 5 años.

En tal sentido, lo dicho por Julio Guzmán, de ver todo esto como un golpe a la democracia y un fraude anticipado, creemos que es parte de un acto de desesperación comprensible. Ya que a cualquier candidato que esté, a pocos días de las elecciones, en un crecimiento constante y vertiginoso, se le diga que va a ser sacado de competencia, por cuestiones netamente administrativas, lo enfadaría. Por lo que consideramos que, a estas alturas del partido, no es recurrente retirar a nadie de la competencia, por asuntos que no sean graves como nacionalidad, edad, y/o sentencia condenatoria firme y definitiva emitida por el Poder Judicial. Afirmándose de esta manera nuestra vocación democrática participativa, que ha ningún ciudadano se le puede negar. Téngase en cuenta que no somos ni admiradores ni simpatizantes de Julio Guzmán ni de César Acuña,  simples defensores de los más elementales principios democráticos, que en estos momentos los vemos vulnerables.


Creemos  firmemente en la democracia, y en el respeto irrestricto al Estado de Derecho. Pero, asimismo, creemos en la tolerancia y ecuanimidad que deben tener las autoridades antes de emitir resoluciones definitivas, para que sean justas, y no den pie a que el pueblo presienta que se están cocinando cosas indebidas con el afán de favorecer a algunos de los competidores. Eso no ayudaría a consolidar institucionalidad democrática.

Por otra parte, creemos que la mayoría del pueblo peruano no estamos dispuestos a volver al pasado interrumpiendo esta democracia, que vivimos de manera continua desde hace 15 años. Y no olvidemos que nos costó muchísimo recuperarla, después de haber caído en las garras de un  grupo político indeseable, el más corrupto y mafioso de la historia republicana, como diría el escritor Mario Vargas Llosa, denominado Fujimontesinismo. Esas horas  perversas de nuestra historia no queremos volver a reeditarlas. En tal sentido, tengamos muy en cuenta, que este proceso electoral no es un acto cualquiera, es un mega evento súper extraordinario, ya que por primera vez, vamos a elegir por cuarta vez consecutiva, en las urnas, a nuestro nuevo Presidente Constitucional de la República, en un acto trascendental, algo que no ha ocurrido desde hace 50 años. Es decir, es un acto histórico.

Sin embargo, creemos que estos hechos vienen sucediendo, porque se aproximan grandes cambios en el quehacer político nacional. Los políticos tradicionales, que influenciaron y hegemonizaron el país en los últimos 30 años, se sienten desplazados, y todavía mantienen cierto control sobre alguna instituciones estratégicas, que tienen que ser reformadas radicalmente, para darle soporte y estabilidad a la democracia pujante que se erige. Estos cambios que se vienen como un tsunami, nada ni nadie los va a poder contener, en el normal curso y desenvolvimiento del devenir histórico de los pueblos. Es así como irán apareciendo nuevos movimientos políticos y nuevos líderes renovados que representarán la Gran Transformación, y el modelo económico neoliberal que nos ha gobernado en los últimos 25 años, tendrá que ser revisado de manera obligatoria, ya que la situación económica internacional ha cambiado profundamente. Si China ha virado estratégicamente en su devenir económico, que es un gigante, por qué nosotros, que somos muchísimos más pequeños no podemos virar, para mejorar nuestra economía y reactivar nuestro crecimiento, que lo tenemos desacelerado, teniendo condiciones materiales y financieras acumuladas para revertirlo, y no lo hacemos por desidia.

Creemos, finalmente, que estos impases no resueltos en estos comicios, deben ser atendidos de manera inmediata. Tengamos en cuenta que el próximo 10 de marzo, se inicia- de acuerdo a lo programado- la impresión de las cédulas de votación, para ese entonces todos los candidatos deben estar oficialmente reconocidos e inscritos. Sería una injusticia enorme que no figuren como candidatos a la presidencia de la república Julio Guzmán y Cesar Acuña, ya que ello desluciría  el ambiente democrático, creando suspicacias sobre la plena participación ciudadana, que el proceso debe tener. No nos olvidemos que ellos representan al 30%  del electorado. No promovamos rencores y enfrentamientos inútiles. El pueblo peruano está cansado de todo ello, y lo que ahora busca es progreso y desarrollo. Por eso, no cree que haya llegado un “Adiós A la Democracia” .Ya que está seguro, que esta va a continuar  heroicamente y pujante, hasta convertirse en una institución sólida con raíces profundas en nuestro país.

miércoles, 2 de marzo de 2016

ELECCCIONES PRESIDENCIALES

Por: Enrique Soto Roca

Aproximadamente 20 millones de peruanos acudiremos obligatoriamente a las urnas el próximo 10 de abril para elegir al nuevo Presidente Constitucional de la República, y a los 130 nuevos parlamentarios que nos representarán en el Congreso Nacional; cumpliendo de tal manera con nuestro deber –aunque no lo sintamos profundamente- para darle estabilidad y continuidad al alicaído y anémico sistema democrático, que por cuarta vez de manera consecutiva –situación que no se ha visto a lo largo de los últimos 50 años- nos va a permitir elegir a nuestras autoridades que conducirán el destino del país en los próximos cinco años, en las ánforas.

Los candidatos que aspiran ocupar el sillón de  Pizarro, a 40 días aproximadamente de la realización de la primera vuelta electoral, han empezado a extremar su accionar proselitista, poniendo un poco de pólvora en sus continuos discursos; asimismo se observa, de manera preocupante, un ambiente electoral caldeado, que en momentos amenaza poner en peligro la estabilidad y continuidad democrática del país. Situación que pone en alerta a todos los que creemos en ella, y no se va a permitir por ningún motivo que esta sea interrumpida, ya que ha costado a todo el pueblo peruano mucho esfuerzo y sacrificio recuperarla.

Las amenazas de muerte que ha recibido el Presidente del Jurado Nacional de Elecciones (JNE), Francisco Távara; así como los atentados violentos perpetrados contra los locales principales de campaña de Partido Aprista y del Frente Amplio, donde una turba de desadaptados causaron destrozos lanzando piedras y otros artefactos contundentes, empaña el proceso electoral, poniendo en una situación de grave riesgo la estabilidad y continuidad democrática. Esto tiene que ser controlado de manera inmediata por el accionar efectivo de la policía nacional y el sistema de inteligencia, instituciones encargadas de garantizar la tranquilidad pública, así como el normal desenvolvimiento del proceso electoral convocado. Por lo que se hace urgente identificar de donde provienen estos hechos delincuenciales, que podrían empañar la transparencia de estos comicios.

Este ambiente caliente -socialmente hablando- que se está experimentando en este proceso, es necesario enfriarlo. En tal sentido, es conveniente que los candidatos se calmen un poco, disminuyendo y/o controlando su desesperación por alcanzar sus objetivos, a pesar que el factor tiempo les juega en contra. Así como dominen sus ataques compulsivos contra sus competidores profiriendo palabras agresivas y frases insultantes, y contrariamente expresen de manera sencilla y coherente propuestas atinadas sobre los principales problemas que aquejan a la mayoría de ciudadanos de a pie. Esto revitalizará la tranquilidad pública, dando mayor pulcritud al proceso. Esperamos que los competidores hagan sus mayores esfuerzos por que esto se implemente, ya que el pueblo está cansado de enfrentamientos estériles, y lo que hoy exige son buenas propuestas y buenos planes de gobierno que eleven al país –en los próximos cinco años- por la senda del progreso y desarrollo, acabando para siempre con la pobreza, la injusticia y la desigualdad social que corroen la dignidad de nuestros pueblos.

Por otro lado, si no suceden mayores situaciones extraordinarias y de gran impacto parece que lo que sucederá el 10 de abril, ya se anuncia. Según los resultados de las encuestadoras, Keiko Fujimori, de Fuerza Popular, a pesar que sigue manteniendo el primer lugar de preferencias, con un 33%, registra caídas de manera continua que la debilitan. Se ubica en el segundo lugar Julio Guzmán, de Todos por el Perú, con un 18%, habiendo crecido en menos de dos meses como un aluvión. El tercer lugar lo ocupa Cesar Acuña, de Alianza para el Progreso, con 7%, registrando una caída libre estrepitosa, que anuncia la extinción para siempre de sus sueños de ser Presidente del Perú. En el cuarto lugar, se asienta Pedro Pablo Kuczynski, con 6.8%, no parando de bajar de manera continua, por lo que se avizora que muy difícilmente llegará a una segunda vuelta. En el quinto lugar se ubica Alan García de Alianza Popular, con un 6.4%, siendo bastante preocupante la situación para los compañeros y sus aliados, que fueron muy golpeados con el “baguazo” y los “narcoindultos”, algo que no lo pudieron revertir, a pesar que muy tardíamente Alan sostuvo que fue un error que nunca lo volvería hacer, pero los hechos ya estaban consumados.

Teniendo en cuenta, a los cinco primeros, de los 17 aspirantes, ya que uno abandonó la contienda, consideramos que si Julio Guzmán no es sacado de carrera, ya que en política todo puede pasar, estará compitiendo en segunda vuelta con Keiko Fujimori, y será un competidor encarnizado. Sin embargo, en el supuesto que salga elegido presidente, su triunfo no garantiza el éxito del país, ya que nos dará más de lo mismo, porque es considerado un tecnócrata ilustrado, que apareció de manera improvisada, metiéndose por la ventana al escenario político electoral. Alcanzó el éxito personal logrando seducir a la juventud. Mas no cuenta con una experiencia mínima que garantice un buen gobierno, ni cuenta con una formación ideología y doctrinaria que lo sostenga. Volveremos a votar por el mal menor. Esa parece ser nuestra condena.

Sin embargo, creemos que puede abrirse una esperanza en el futuro incierto de nuestras naciones. Verónika Mendoza (FA) y Alfredo Barnechea (AP), vienen cabalgando con mucha fuerza desde atrás, pisándole los talones al carismático, y dos veces presidente de la república, Alan García. A pesar que debido al factor tiempo, tan corto que les queda, no es posible, desde nuestra modesta opinión, que uno de ellos pase a la segunda vuelta, pero si se afirmarán con un poder solvente, constituyendo un fuerte conglomerado social que le dará la fuerza suficiente como para realizar una brillante fiscalización, presionando de manera constante al nuevo gobierno que se instale el próximo 28 de julio, exigiendo eficiencia en la gestión. Verónika desde la izquierda y Alfredo desde el centro, presionarán al nuevo  gobierno a realizar algunas correcciones urgentes y necesarias al Modelo Económico Neoliberal imperante, que desde nuestro punto de vista ya no da más, si queremos reactivar la economía nacional, sacándola del enfriamiento.