Por: Enrique Soto (*)
La inversión en la Industria Minera
en el Perú empieza a despertar, después de una parsimonia, con la presentación
y aprobación, en el mes de diciembre del año pasado, de la iniciativa privada
de inversión del Proyecto Minero “El Algarrobo” TG3, propuesto por la Empresa
de Minas Buenaventura SAA; por parte de la Agencia de Promoción de la Inversión
Privada (Proinversión) y el Ministerio de Energía y Minas, por un valor
ascendente a 2,753 millones de dólares. La concesión otorgada está ubicada en
la localidad de Tambo Grande, en la Región norteña de Piura.
Este evento, de inversión privada, en
el quehacer minero, va a significar un gran impulso en el crecimiento económico
para el sector este año 2025, que recién empieza. Que redundará positivamente
en toda la nación. Más aún, cuando su enfoque está orientado -sin lugar a
dudas- a beneficiar significativamente a las comunidades de su influencia. Centrándose,
en su primera etapa, en la gestión social. Buscando llegar a acuerdos con la
población para el desarrollo de un proyecto hídrico, con la construcción de
infraestructura fija. Luego, en una segunda etapa, se iniciará la exploración,
la elaboración de Estudios de Factibilidad, Estudios de Impacto Ambiental y la
ingeniería de construcción minera, correspondientes a la parte comercial.
GESTIÓN SOCIAL MINERA OPORTUNA
La iniciativa privada denominada:
“Gestión Social, Diseño y Ejecución de Proyectos de Infraestructura Hidráulica,
Construcción, Implementación y Explotación de la las Concesiones Mineras
Integrantes del Yacimiento TG-3 El Algarrobo”, desarrollará en los próximos
diez años, una mina polimetálica, donde se explotará cobre, zinc y plata. Proyectándose
iniciar en los primeros años una extracción de 5 mil toneladas diarias, que
podrían incrementarse, en los años siguientes, hasta 15 mil toneladas.
Durante el desarrollo de la
exploración y explotación minera El Proyecto El Algarrobo, ha considerado la
formación de Comités de Monitoreo Participativo, integrado por representantes
locales. Encargados de supervisar aspectos ambientales, como la calidad del
agua; y luego, comunicar los resultados del trabajo realizado a la comunidad.
Asimismo, se ha incluido, la creación
de un Fondo Social, para gestionar los aportes derivados de los compromisos
contractuales, asumidos por el inversionista. Implementándose Programas
Sociales que beneficiarán progresivamente a las comunidades de la zona de
influencia. Además, de percibir los ingresos correspondientes -de acuerdo a
Ley- de Canon y Regalías.
También, se ha tenido en cuenta, en
el proyecto, la planificación de ingeniería para el cierre de la mina, al
finalizar la operación de explotación, garantizándose la rehabilitación del
área impactada durante el proceso de producción.
“El proyecto minero El Algarrobo
permitirá poner en valor el potencial minero que tiene la región Piura”, ha
sostenido el Ministro de Energía y Minas, Jorge Montero Cornejo.
“Nuestra empresa tendrá una relación
permanente con la comunidad. Nosotros ya hemos trabajado con la comunidad de
Tambogrande. Tenemos una propiedad minera hace más de 20 años en la zona”,
sostuvo Roque Benavides, Presidente de la Compañía de Minas Buenaventura. Una
de las más importantes empresas peruanas, que tenemos en el país, con más de 70
años de vida institucional, en la Industria Minera, desde que fue fundada por
Alberto Benavides de la Quintana. Uno de los pioneros de la actividad
extractiva en el Perú.
HACER UNA BUENA MINERÍA
Como podemos darnos cuenta, existe un
esfuerzo profesional por querer hacer una buena minería en el país. Con
criterios trasparentes, que involucren y permitan participar en el quehacer
extractivo a las comunidades, que bien rezagadas aún se hallan. Creemos, con
esta actitud, expuesta por el Proyecto minero El Algarrobo, que se está
avanzando por buen camino, con mucha madurez y responsabilidad; de manera
sostenida y cuidando el medio ambiente. Generando bienestar a las poblaciones
de influencia minera, para que sientan los beneficios compartidos por esta actividad
económica. Solo, de esa manera lograremos su total apoyo e identificación con
el sector, logrando disminuir ostensiblemente los conflictos sociales en el
quehacer minero. Ahuyentando y desapareciendo, para siempre, a los mineros
ilegales.
Sin embargo, hay que tener en
consideración, aprendiendo de la historia, que, en la localidad de Tambogrande,
se tuvo serios problemas, con la actividad minera a inicios de presente siglo
XXI. Entre los años 1999 y 2003, que no hay que olvidar y tener siempre
presente, para poder superar rápidamente, cualquier revés que se pueda
presentar en el camino.
El 2003, durante el gobierno de
Alejandro Toledo, se canceló el inicio de explotación minera en el distrito de
Tambogrande, en la concesión conocida como TG1. Localizada debajo del poblado
del mismo nombre. En esa oportunidad la empresa canadiense Manhattan Minerals
Corporation pretendió explotar oro en esa región. No pudiendo lograr su
cometido. Tuvo que retirarse.
En esta oportunidad, tal como lo ha
planteado la empresa Buenaventura, a Proinversión, a través de la iniciativa
privada de inversión minera, en su proyecto El Algarrobo, esta excluye el TG1 -materia
de controversia- y solo se enfocaría en los yacimientos localizados al sur, en
unas zonas menos sensibles, y aptas para la exploración y explotación minera.
VISIÓN ESTRATÉGICA ACERTADA
Esta visión estratégica acertada,
permitirá el desarrollo de la industria minera en la región, logrando convivir
y asistirse mutuamente en convivencia pacífica, la agricultura con la minería.
De tal forma, que las comunidades beneficiadas puedan alcanzar el progreso y
desarrollo, elevando su calidad de vida.
Creemos, sinceramente, que este nuevo
enfoque, de praxis minera, en la zona norte del país, aplicando un modelo de
gestión de desarrollo integral, permitirá tener, sin lugar a dudas, el apoyo de
toda la población involucrada. Estando convencidos que estas formas de
proyectos mineros deben ser replicados en otras regiones del país. Teniendo,
siempre presente, la reproducción del elemento hídrico, que tranquilamente se
puede resolver construyendo grandes presas y reservorios, para abastecer los sembríos
y ensanchar la frontera agrícola. Viviendo en colaboración mutua, la
agricultura y la minería, en vez de estar en inútiles enfrentamientos. Autodestruyéndose.
Finalmente, sostenemos, que la
estrategia expuesta en el proyecto El Algarrobo, apunta a desarrollar en primer
lugar un acuerdo con las comunidades, a través de proyectos de abastecimiento
de agua, para luego desarrollar los estudios, la exploración y el desarrollo de
la mina. Despertando la confianza en las comunidades.
(*) Periodista
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