(REFLEXIÓN)
Nada bueno se
consigue en la vida avanzando por un camino fácil. Lo grande, lo hermoso, lo
bello se logra con mucho esfuerzo y mucha dificultad. Y ello, solo es posible
con determinación, atrevimiento y audacia. El gran poeta de la antigüedad,
Virgilio, anunció en uno de sus cantos épicos a la vida de los hombres: “La fortuna
sonríe a los audaces”. Y vaya que tuvo razón. Han pasado mas de dos mil años, y
la frase sigue resonando en los oídos de los hombres ambiciosos, sedientos de
superación, bienestar y gloria. Y hoy, mas que nunca, se ha llegado a la
conclusión- después de constantes experiencias de luchas y sacrificios hasta el
heroísmo- que la victoria se construye, con esfuerzo y dedicación.
Nada es imposible
cuando alguien se propone, con ardiente deseo, conseguir algo en la vida.
Cuando nos proponemos con determinación alcanzar una meta, y le ponemos toda
nuestra energía, que se manifiesta en el derramamiento de sangre, sudor y lágrimas;
lo que ofreció el gran político inglés, Winston Churchill, al pueblo anglosajón,
cuando aceptó la tarea encomendada por la nación, de enfrentar y vencer a los
nazis, en la Segunda Guerra Mundial. Ese ejemplo, de coraje, valentía y
heroísmo, debemos hacerlo nuestro, en el diario vivir, con el propósito de ser
mejores.
Todo emprendedor,
que está decidido a enfrentar la adversidad y vencer, debe tener siempre
presente lo mencionado líneas arriba. Comprendiendo claramente que la tarea que
nos proponemos para sacar adelante nuestros proyectos de negocios no es nada
fácil, en un mundo, altamente competitivo. Pero, tampoco imposible de lograr
nuestras metas y objetivos trazados. Todo es cuestión de tenacidad. Los sueños
se hacen realidad, solo a partir de tener una voluntad de hierro, capaz de
permanecer batallando con firmeza y decisión hasta el final.
Ahora vamos a
tratar de explicarnos: ¿Por qué decimos, la victoria se construye? Una pregunta
interesante, que merece ser contestada con precisión y profundidad. Ya que es
el punto central de nuestra reflexión. Y, la vamos a contestar de manera
sencilla y didáctica. Nuestra vida, desde que se inicia, cuando llegamos a este
mundo, hasta que concluye, cuando partimos con la muerte, está llena de
incertidumbre, que con el transcurrir de los años, y en la medida que vamos
madurando y aprendiendo, vamos comprendiendo nuestra existencia, y vamos interrogándonos
sobre nuestra permanencia en este mundo. Empezando a plantearnos metas y
objetivos a futuro. Avanzando un poco mas, queriendo elevar nuestro entendimiento
y capacidad intelectual, nos proponemos elaborar un plan de vida; es decir, un
modelo de vida que queremos desarrollar por el resto de nuestra existencia. En
un afán de alcanzar la Verdad, la Belleza la Justicia y la Perfección. Valores
altamente loables. Esa preocupación es, sin darnos cuenta, el inicio de la
construcción de la victoria de nuestra vida. De nuestra existencia.
Equivalente- tomando otro ejemplo, mas pragmático- a cuando uno ha decidido
construir una casa, donde vivir cómodamente con su familia. Con la diferencia
que esta obra es mas concreta, mas material, menos abstracta. Pero igual es una
meta, un objetivo. Empezamos comprando un terreno, mandamos elaborar planos de construcción
y edificación, empezamos hacer bases sólidas, de acuerdo al tamaño de la casa
que deseamos. Luego, levantamos el primer piso, el segundo piso, y el tercer
piso, de ser necesario; vienen los acabados, y finalmente tenemos la casa lista
para vivir cómodamente. En todo este movimiento económico y social hemos
realizado un esfuerzo, hemos hecho sacrificios, nos hemos privado de muchas
otras necesidades que deseábamos, con el propósito de alcanzar nuestro
objetivo. Pero al final, lo logramos, y nuestro espíritu se regocija, nuestro
pecho se hincha de alegría y placer. Nos
sentimos realizados. Es una victoria, es un triunfo, es una meta alcanzada. Nosotros
la hemos construido. Y, así seguiremos construyendo, todo lo que se nos plazca,
con esfuerzo, constancia, dedicación y audacia. Porque creemos que es posible, porque
creemos en nuestras potencialidades humanas, en nuestras habilidades, en
nuestras capacidades, en fin, creemos en nosotros mismos. Y nos damos cuenta,
con cristalina racionalidad, que nada cae del cielo, ni viene por arte de
magia, sino es creación y esfuerzo humano. Dándonos cuenta que todo es posible
alcanzar si es que en verdad nos lo proponemos de veras. Con hartas ganas. Con
mucho entusiasmo y optimismo. Con la seguridad absoluta que nuestro trabajo, perseverante,
siempre traerá resultados positivos, y siempre nos traerá nuevas victorias.
Construidas cada vez mejor, y mucho mas grandes.
Por ello,
insistimos que la victoria se construye, como ha quedado demostrado, líneas
arriba, con mayor claridad, con la construcción de la casa, un objetivo, que
tiene un valor incalculable para una familia. Por eso se habla siempre del
“sueño de la casa propia”. Una meta, que toda familia anhela. con todo su
corazón.
En tal sentido, es
sumamente importante, prepararnos todos los días, con ese propósito de alcanzar
siempre la victoria, estando convencidos, que la victoria se construye, como la
edificación de una casa. Y conforme vayamos siendo mas diestros en la construcción
de la victoria, nuestras metas serán cada vez mas grandes, en la medida que crezcan
nuestras capacidades y potencialidades, que son infinitas: “El límite es el
cielo”. Un día, si nos esforzamos como Dios manda, alcanzaremos la gloria, y el
reconocimiento social, por nuestra dedicación al trabajo, contribuyendo, con el
crecimiento y desarrollo de la humanidad.
En esa perspectiva, amigo emprendedor, no desmayes, ni desistas en tus metas y objetivos. Por alcanzar tus sueños mas anhelados. Pelea por ellos, hasta “vencer o morir”. Como dijo, el gran macedonio- hijo de Filipo- Alejandro Magno, cuando se propuso conquistar el Oriente. Sin temores. Con plena convicción que los vas a lograr en algún momento. Persevera, de manera incansable hasta que lo logres. Si fracasas en el primer intento, insiste, vuelve hacerlo, hasta lograrlo. Una y mil veces. Y aprendamos del gran filósofo alemán Friedrich Nietzche, que en su “Así Hablo Zarathustra” nos dice: “¡Animo, a pesar de todo! ¿Qué importa el fracaso? ¡Cuántas cosas son posibles todavía! ¡Aprender a reíros de vosotros mismos, como hay que reír!” Esa verdad, es absoluta, indeleble; y, nos debe ayudar muchísimo a resistir las fuertes embestidas de los vientos huracanados, que amenazan hacernos naufragar. Tener mano firme, en esos momentos, es indispensable. Serenidad y convicción en nuestros sagrados propósitos, que nos hemos planteado audazmente alcanzar en la vida. Actuando con la seguridad de que los vamos alcanzar. Cuando tengamos ganas de bailar, es que estamos muy cerca de nuestras metas. Siempre, hasta en los peores momentos, pensemos en seguir adelante, aún en medio de mil dificultades que nos acechan.
El emprendimiento,
es una actividad económica y social para hombres y mujeres valientes, decididos
a darlo todo, por alcanzar sus mas anhelados sueños. Hacer realidad sus
proyectos de negocios, por los que luchas diariamente, mañana, tarde y noche. Y
trabajan de “sol a sol y de luna a luna”. Esos hombres y mujeres deben desear
producir la humanidad. Ellos son los adalides, que van a cambiar al mundo, en
el quehacer empresarial moderno y globalizado. Porque son soñadores, y desean
ardientemente un mundo mejor, lleno de bienestar, de justicia, de belleza y de gloria.
Son una generación de pro-hombres y mujeres, que han decidido transformar el
mundo. Y hacerlo cada vez mejor. Una casa para todos. Donde vivamos en paz, en
armonía, compitiendo con honestidad y trasparencia. Donde se exija de cada quien,
según su capacidad, y se le dé a cada quien según su necesidad.
El Nuevo
Emprendedor, debe nacer con una nueva visión de mundo. Mas cooperativa y
solidaria. Capaz de implementar organizaciones laborales mas humanitarias, que
se constituyan en una comunidad familiar. Trabajando en equipo, como unidades
altamente productivas, en armonía social y con el medio ambiente. Es decir,
transformando totalmente la realidad que hoy vivimos, donde el mercantilismo, y
el auge del capitalismo, sediento de acumulación, genera periódicamente
inestabilidad económica y financiera global, que se resuelven a través de
cruentas guerras, y violencia sin límites, como la que estamos padeciendo en
estos momentos, con el enfrentamiento bélico entre Rusia y Ucrania, que no hay
cuando acabar. Esta forma de vivir, tenemos, los emprendedores la obligación de
erradicarla para siempre de este mundo. Quizá, parezca un sueño. Pero, estamos
en la obligación de hacerlo realidad, si que remos, preservar la vida humana en
el planeta.
El reto lo tenemos
claro, debemos asumirlo con entereza y valor. Y estando convencidos que la
victoria se construye, debemos empezar a construir esta nueva forma de vida que
exige la humanidad. Con mucha paciencia, amor y decisión. Actuando con
determinación y audacia. Seguros que todo nuestro trabajo en esa dirección no
será en vano. Y que tarde o temprano dará sus frutos.
Con ese estado de ánimo
que nos caracteriza, impulsados por nuestro abundante optimismo y entusiasmo,
debemos perseverar en sacar adelante todos los proyectos y emprendimientos que
tengamos en mente. Luchando tenazmente contra la adversidad que siempre va
aparecer en nuestro camino. Pero, nosotros siempre estaremos preparados para
enfrentarla, contrarrestarla y vencerla. Ya que tenemos un espíritu de lucha
invencible. Capaz de soportar las mas duras batallas.
Termino esta breve
reflexión, invocando a todos los emprendedores, que estemos siempre atentos, en
el mercado, a las oportunidades de negocios. Ya que allí radica el éxito de los
emprendimientos. No dejar pasar ni una
sola oportunidad.
Y nunca, nunca,
nunca nos demos por vencidos. ¡Siempre Adelante!
(El Director)