Por: Enrique Soto (*)
Desde el punto de vista macroeconómico, el Perú está viviendo una extraordinaria oportunidad de crecimiento continuo, para poder convertirse en los próximos años en un país desarrollado. Dejarla pasar o tomarla depende de la forma audaz y oportuna como actúen nuestros actuales gobernantes para dar inicio sabiamente a un proceso de industrialización nacional.
Ningún país en el mundo ha sido capaz de desarrollar y consolidar su economía sin haber promovido su respectiva industrialización. Si solo exportamos materia prima eternamente, sin ponerle valor agregado, y no realizamos transformaciones que eleven la calidad de nuestros productos, no podremos salir de manera sostenida de ser un país subdesarrollado.
¡Es hora de industrializar el país!
Con mucha euforia y apasionamiento, que despiertan grandes expectativas, vemos que el crecimiento de la economía nacional para este año 2012 se ha vuelto a ajustar en positivo de 5.5%, estimado para diciembre a 5.7%. El ministro de Economía, Luis Miguel Castilla, asegura que llegará al 6%. Aspecto formidable que nos permite seguir sosteniendo que empezar la industrialización con fuerza y de manera agresiva en nuestro país es una necesidad inmediata.
CONDICIONES NECESARIAS PARA EL DESARROLLO
Sin embargo, para que ello resulte, es necesario crear en paralelo las condiciones adecuadas para que fluya, como mejorar la distribución de la riqueza entre todos los peruanos, disminuyendo considerablemente los conflictos sociales, que tienen esa injusticia como causa de fondo.