MARTÍN VIZCARRA Y
PEDRO OLAECHEA
Por: Enrique Soto (*)
Con el propósito de
encontrar una salida negociada, a la situación de crisis política e
ingobernabilidad que padece el país, promovida por el fujimorismo, con su
mayoría absoluta, desde el Congreso, esta semana se reunirán en palacio de
gobierno, el presidente Martín Vizcarra y Pedro Olaechea, en su condición de
presidente del parlamento.
Este encuentro ha generado
expectativas en algunos sectores de la población, pero quienes somos escépticos,
en base a un seguimiento, que le estamos haciendo a los sucesos políticos del
país, consideramos, que dicha reunión no servirá de nada. Y más aún creemos que
es parte de la estrategia dilatoria, que viene desarrollando el fujimorismo,
para que no haya una reforma constitucional que garantice un adelanto de
elecciones, con referéndum. En tal sentido, el presidente Vizcarra, debe de
estar advertido de esta maniobra política, al haber aceptado dicha reunión.
Lo que pretende el
fujimorismo, con su mayoría en el Congreso, es salirse con la suya, para así
encubrir a los corruptos y evitar que vayan a la cárcel. Por eso va a impedir a
toda costa, que no haya adelanto de elecciones, promoviendo bajo la mesa, con
sus aliados incondicionales, vacar al presidente, llegar a acuerdos con la
vicepresidenta, Mercedes Aráoz, y así tener el poder hegemónico de todo el
estado. Ya que la lucha contra la corrupción emprendida por Vizcarra “caiga
quien caiga” es una amenaza peligrosa a su supervivencia. El fujimorismo tiende
a desaparecer.
Al ser vacado Vizcarra, y
en caso no se llegue a un acuerdo satisfactorio con Mercedes Aráoz, pondrían a
Pedro Olaechea, como presidente de transición, y en el periodo que dure su
mandato, este tendría la tarea obligatoria de lavar los trapos sucios, tratando
de impedir que los delincuentes vayan a la cárcel.
Por eso, sostenemos, no pedir
peras al olmo.
Ellos no piensan en el
bienestar común, en el bien del país, en el bien de la república, que estamos a
portas de celebrar el bicentenario. Ellos piensan en sus bolsillos, en sus
intereses particulares y de grupo. En tal sentido, hay que tener en claro la
situación para la toma de decisiones. Vizcarra, tiene una gran tarea por
delante, si quiere ser registrado por la historia. Tiene que actuar con mano
firme, e impedir que le adelanten la iniciativa. “Camarón que se duerme, se lo
lleva la corriente”, dice el dicho popular, y es bien cierto.
Por eso es de suma
importancia, seguir apuntando la propuesta, con mayor determinación, sobre el
adelanto de elecciones generales, con referéndum, protegida con una reforma
constitucional, promovida por el ejecutivo, y que ahora debe hacerla suya, la
comunidad organizada en colectivos sociales. Eso es democracia, participativa,
donde el pueblo manda, y promueve sus reformas de gobierno.
Esta crisis política, la estamos
padeciendo, desde el 2016, cuando el fujimorismo, perdió la presidencia de la
república, y hasta ahora no quiere aceptarlo. Ya nos advirtió Keiko Fujimori,
cuando anunció: “Gobernaremos desde el Congreso”, dando realce a su mayoría
absoluta. Esto es una aberración jurídica. El parlamento no gobierna. Solo
legisla y fiscaliza. No es ejecutivo. No maneja presupuesto. Pero ellos no
quieren entender, y siguen con la sangre en el ojo.
Dentro de esa realidad, el
Ejecutivo, debe evitar, con la Constitución en la mano, que el presidente
Vizcarra, sea vacado. Eso no se lo debemos permitir. Por eso sostenemos, con
firmeza y precisión, que antes que ello ocurra, el Congreso de la República,
debe ser cerrado, convocando inmediatamente a nuevas elecciones.
La situación está
sumamente difícil y no da para más.
En los próximos treinta
días, esta debe estar finiquitada. Ya que la economía ha empezado a
languidecer. Las inversiones se han empezado a contraer; el consumo interno ha
empezado a disminuir, así como el desempleo está aumentando, producto de la
incertidumbre. Ya se está anunciando que este año no creceremos un 3.5% como se
creía a inicios, solo creceremos 2.5%, ya que también estamos siendo golpeados
por la crisis global, generada por el enfrentamiento comercial de EE.UU. con
China.
Por lo expuesto, en estos
momentos, solo hay dos alternativas para resolver la crisis política que
padecemos: El primero; adelanto de elecciones generales, vía referéndum (previa
reforma constitucional) o segundo; cerrar el Congreso de la República, y
convocar inmediatamente a nuevas elecciones. Y esto último es lo que mas exige,
a gritos, el pueblo peruano mayoritariamente. ¡Hagámosle caso! Eso es
democracia.
(*) Periodista