Por: Enrique Soto
La izquierda
peruana, organizada en el Frente Amplio, y con una representación nacional de
20 parlamentarios en el Congreso de la República, tiene un tremendo desafío que
cumplir en el presente quinquenio; que debe empezar a ser reflejado desplegando
un esfuerzo sincero por consolidar la unidad, en un amplio espacio político de
izquierda diverso. Así como, siendo la segunda fuerza política del país, en el
Parlamento Nacional, debe luchar, de manera denodada y con estrategia, por empezar
a liderar una oposición constructiva, en el quehacer político nacional; desarrollando
una lucha sin cuartel, de manera principal, contra la corrupción, y defendiendo
los sagrados intereses de la clase trabajadora; así como, exigiendo al gobierno,
mejores condiciones de vida para los sectores populares que padecen la pobreza.
Esta proyección
política, para los próximos cinco años, que debe ser trabajada por la
izquierda, agrupada en el Frente Amplio, es un reto inconmensurable de carácter
histórico; que como se ha dicho deberá empezar afirmando y consolidando la
unidad, sueño de mas de treinta años de amplios sectores populares, que creen
en la gran trasformación del país, con profundos cambios, dentro de una
democracia robustecida, donde exista la participación ciudadana en la toma de
decisiones en el quehacer político. Y esto solo se va a lograr, si se supera
las diferencias, que existen en las diversas organizaciones que constituyen el Frente Amplio.
En tal sentido, creemos
sinceramente, que la decisión de Sembrar y otras organizaciones políticas
agrupadas en el Frente, de querer legalizar su inscripción ante el Jurado
Nacional de Elecciones es legítima, como legitima es la decisión de Tierra y
Libertad de analizar, debatir y tomar decisiones en su próximo congreso, antes
de fin de año, para ver cómo van a seguir desarrollándose, y consolidando el
Frente. Esta situación, no tiene por qué generar una alarma, de gran envergadura,
promovida por grupos de poder económico, que controlan muchos medios masivos de
comunicación, quienes afirman que la izquierda se rompe. Ya quisieran que ello
suceda para que se queden solos, en el espacio político nacional, sin ninguna
competencia. Y así poder seguir saqueando el país. Sin embargo, esa situación
apocalíptica, está bien lejos del conglomerado de la izquierda peruana. “Lo que hay es un gran debate, intenso y
natural”-ha dicho VeróniKa Mendoza, representante de Sembrar (La República
2/10/16).Y sobre un supuesto enfrentamiento con Tierra y Libertad, y su líder
Marco Arana, Verónika Mendoza manifestó -en entrevista exclusiva- que “hay algunos sectores relacionados con el
poder económico que buscan debilitar el Frente Amplio y la alternativa de
cambio que representa, agudizando y magnificando supuestas contradicciones
donde solo hay debates internos”. Mas adelante señaló, que se han
reafirmado en su compromiso de permanecer juntos.
Por su parte, el
congresista, Marco Arana, líder de Tierra y Libertad, quien puso el partido a
disposición del Frente Amplio, para que la izquierda peruana agrupada, pueda postular
en las últimas elecciones presidenciales, llevando a Verónika Mendoza como
candidata, ha señalado que: “La debilidad
en los partidos es tan grande que cuando hay debate se piensa que habrá ruptura
y que obedece a intereses mezquinos, porque hay partidos que tienen
propietarios. Eso no pasa en Tierra y Libertad, ni en el Frente Amplio. En
Tierra y Libertad no hay dueño. Hay debate. Los mecanismos son democráticos. Esa
misma propuesta la trasladamos al Frente Amplio.”(La República 10/7/16).
En otro momento,
Arana explica, que el Frente Amplio es
construcción reciente. Hasta ahora no tiene reglamento, sino pactos. Luego,
aclara que el Frente, está conformado por partidos, organizaciones y
ciudadanos. Y es tajante en señalar: “No está
en discusión la unidad del Frente, sino como se construye”. Agregando una
interrogante, se pregunta: ¿Cómo hacemos que (el Frente) se amplíe? “Ese es el debate- señala Arana-.Hemos recibido un mandato de construir una
fuerza alternativa de izquierda después de mas de veinte años que no ha sido
posible”.
Como podemos darnos
cuenta la unidad, de la diversidad, en el Frente Amplio, está transitando por
un proceso de consolidación, que se sustenta en un profundo debate, que permita
arribar a decisiones de largo aliento, no inmediatistas o cortoplacistas, como
estamos acostumbrados. Esto, pensamos, ha quedado establecido y esclarecido,
por sus dos connotados líderes, representantes de las dos organizaciones mas
importantes del conglomerado, de las que se decía estaban en un enfrentamiento
encarnizado, como son el congresista Marco Arana, líder y fundador de Tierra y
Libertad y Verónika Mendoza, representante del Movimiento Sembrar, candidata a
la Presidencia de la República, en la últimas elecciones. En tal sentido es
menester, seguir impulsando este debate para que la unidad se fortalezca. Un
debate alturado, democrático, con aporte de ideas y propuestas coherentes, se
hace necesario en un escenario político donde el intercambio de ideas ha sucumbido, siendo reemplazado por la
grita, la calumnia, el insulto y el vituperio.
Por otro lado, es
de singular importancia, para que el Frente Amplio avance sólidamente, en lo
que va del quinquenio, y pueda participar activamente, haciendo protagonismo
histórico, en la próximas elecciones Regionales y Municipales que se llevarán a
cabo el 2018, y pueda garantizar una buena campaña política que lo encumbre con
el Poder el 2021,se esfuerce en el Parlamento, por liderar la oposición, desarrollando
una propuesta estratégica, que permita movilizar a la ciudadanía –en caso sea
necesario- en salvaguarda de los derechos populares básicos, que se ofreció en
campaña. Como son el derecho al trabajo, el derecho a la salud y la educación, que han estado tan venida a menos
en los últimos años, a pesar del crecimiento continuo que tuvimos diez años
continuos, este no logró llegar al bolsillo de los pobres. Es mas la izquierda
peruana, desde el Parlamento Nacional, debe ser la abanderada de la lucha
contra la corrupción, sacándole el jugo a su actividad fiscalizadora. “Guerra a
muerte a la corrupción” debe ser la consigna, que ningún grupo político lo
podrá levantar con tanta fuerza –por sus compromisos que tiene con grupos de
poder económico- como lo puede hacer la izquierda. Esa debe ser una de sus
principales banderas de lucha de los nuevos congresistas del Frente Amplio, si
no quieren ser contagiados por ese burocratismo palaciego que termina asfixiándolos
y absorbiéndolos.
Hagamos que el
Frente Amplio, despierte la conciencia de un pueblo emprendedor, que quiere ver
al país renovado, desarrollado y moderno. Que despierte la confianza en una
nueva generación de políticos que aspiran conducir el país con transparencia, dignidad
y lealtad. Para de esa forma erradicar la pobreza que envilece a los ciudadanos
de los sectores populares, que no son atendidos oportunamente por un Estado que
debe velar por su existencia. Hagamos que la confianza que el pueblo depositó
en las urnas eligiendo congresistas de izquierda, sea enaltecida por el
ejercicio de una noble representación, a favor de los que menos tienen.