jueves, 4 de junio de 2020

ECONOMÍA EN PICADA

Por: Enrique Soto

Un informe económico emitido por el Área de Estudios Económicos del Banco de Crédito del Perú, a través de su gerente, Carlos Prieto, manifiesta que, debido al impacto de la pandemia del Covid-19, el Producto Bruto Interno (PBI), del país, para el presente año 2020, caerá en -11%, trayendo consigo mayor desempleo y un gran incremento de la pobreza.


Esta proyección económica, siendo realistas y en honor a la verdad, podría quedar corta, teniendo en consideración la gravedad del problema creado por la infección. El mercado está siendo afectado tremendamente, sumergiéndolo en un estado de parálisis total, donde pocos compran y casi nadie vende, salvo productos y servicios esenciales, que permitan a la gente seguir viviendo.

En tal sentido, podemos afirmar, que la situación que estamos viviendo es incierta, y desde el punto de vista económico, de gran preocupación para toda la ciudadanía. Ya que no sabemos cuándo va a terminar esta guerra contra el virus, para poder iniciar realmente, como debe ser, con gran rigor, la reconstrucción del desastre económico que nos provocó la pandemia; no solo a nosotros, sino a todo el planeta.

Sin embargo, no solo debemos enfrascarnos, en una lucha tenaz, por contener al virus, sino que también  debemos impedir, en paralelo, que la economía y el mercado sean desbastados. En tal sentido, como dice el informe del BCP, hay que evaluar nuevas medidas de política económica (las que se están implementando no son suficientes, ni están dando buenos resultados). Acelerando la Inversión Publica y la Reconstrucción con Cambios.

En tal sentido, la disposición, de 20% del PBI, para contener el mal que agobia a mas del 70% del pueblo peruano, que empieza a sufrir hambre y desesperación por la escasez, es insuficiente, debiéndose promover, de manera inmediata, mayor inyección de liquidez, para contener y superar el flagelo que vienen siendo víctimas los sectores mas pobres, vulnerables y desposeídos.

Tenemos indicadores macroeconómicos que refrendan capacidad de incrementar el gasto para salvar vidas. Tenemos capacidad de endeudamiento, y estamos bien posesionados y mejor vistos en el sistema financiero internacional, siendo agentes de créditos. Asimismo, podemos decir que tenemos solidas reservas internacionales (RIN), que sobrepasan los 67 mil millones de dólares. Es decir, hay condiciones para evitar que la gente empiece a morir de hambre.

La crisis económica que estamos empezando a padecer va a ser de consecuencia catastrófica. En estos tres meses, que llevamos confinados, cumpliendo una cuarentena, el pueblo peruano ha sentido los embates del mal: Un millón 200 mil desempleados, se van registrando, y caídas mensuales le PBI de entre el 10% y 15%. Una contracción del consumo espantosa, que anuncia la venida de una recesión demoledora, que estamos obligados a contenerla y superarla. Por eso, el apoyo del Estado a micro y pequeña empresa con crédito, a baja tasa de interés, se convierte en determinante, para oxigenar la economía del mercado, manteniéndolo con vida.

Consideramos, asimismo, necesario hacer una revisión del modelo económico, para evitar el acaparamiento, la subida brutal de precios de productos y servicios (teniendo como fundamento el libre mercado) y el monopolio. Algo que ya está sucediendo. Siendo necesario, en esos aspectos, una sana, sabia e inteligente intervención del Estado, superando el convencionalismo de que el mercado se regula solo, producto de la oferta y la demanda. Esa creencia en estos momentos, de gravedad social, no funciona.

Esperemos, con suma preocupación, que esta grave situación económica que estamos padeciendo, producto de la pandemia de Covid-19, no sea empeorada por las luchas interinstitucionales y grupos de poder, por lograr hegemonía y control político, en un periodo de proximidad de elecciones generales en el país. Eso sería catastrófico, que socavaría las débiles estructuras de nuestra institucionalidad democrática, algo que no lo debemos permitir.

Por tal motivo, es de suma importancia, en estos momentos cruciales para la vida republicana de sobrevivencia, que el Ejecutivo y el Congreso de la República, superen asperezas, y logren mayor entendimiento, a favor de las grandes mayorías que hoy sufren y padecen con esta pandemia que amenaza su existencia.