martes, 31 de enero de 2017

¿EN QUÉ MOMENTO SE JODIÓ EL PERÚ?

Por: Enrique Soto

La pregunta histórica que lanzó Mario Vargas Llosa, a cerca del país: “¿En qué momento se había jodido el Perú?”, a través de su singular personaje, Santiago Zavala, periodista del diario  La Crónica, en su universal novela “Conversación en la Catedral”, nos hace repensar en lo profundo de la realidad nacional, cada vez que se presentan crisis gigantescas de pronóstico reservado, que amenazan hundir en un mar turbulento, la institucionalidad democrática, que recién empieza a constituirse, como la  escandalosa aparición del caso Odebrecht, que ha puesto a dos generaciones de políticos en salmuera y, a los tres últimos gobiernos en la picota.

Después de haber creído que habíamos superado un nefasto periodo de corrupción estructural promovida por la dictadura Fujimontesinista en una década de oprobio e ignominia, volvimos a ser sorprendidos por este flagelo en los tres últimos quinquenios, según testimonio de la propia empresa, que señala que en este periodo otorgó a las autoridades peruanas, para ser favorecida con licitaciones alrededor de 29 millones de dólares. Suma que, según algunos analistas, no está sincerada, teniéndose en cuenta que la Firma, se benefició con más de 3 mil millones de dólares en obras, sobrevaluadas a su precio real, en mas del cien por ciento. Obteniendo jugosas ganancias.

Este escándalo de corrupción que remece las estructuras del poder en el país, es de dimensiones incalculables. La situación recién comienza. Sin embargo, es de suma importancia analizar y comentar la coyuntura, para ayudar de alguna forma a comprender lo que está pasando, ya que lo sucedido afecta severamente, la caja fiscal y a la nación en su conjunto, y a todos los más de 30 millones de ciudadanos  peruanos.
 Al toro por las astas

En tal sentido, creemos que la plaga que se ha presentado debe ser combatida con mayor  intensidad y rapidez. Cosa que no se está haciendo, de manera decidida, a pesar de contar con abundante información al respecto, y con los recursos económicos suficientes y necesarios como para profundizar investigación en casos que lo amerite. El Ministerio Público, está actuando con muchos reparos y con una timidez generacional, que impide agarrar al toro por las astas, impidiendo la impunidad. En tal sentido, el dicho a voces que se hará justicia, “caiga quien caiga”, se está convirtiendo en un saludo a la bandera.

La verdad tiene que salir a flote, sancionándose como debe ser –dentro del Estado de derecho, y respetando el debido proceso-a los responsables del grave daño causado al país afectando sus intereses económicos principalmente, y todo lo que ello significa para su desarrollo y bienestar.

La clase política se halla en una situación de emergencia. Como nunca antes, la población mayoritariamente, sospecha a estas alturas de todas las tiendas políticas y de sus operadores, habiéndoles retirado su confianza. Estas circunstancias no son nada buenas para el futuro. Ya que sin confianza casi nada se puede realizar de manera sostenida. Menos en una sociedad como la nuestra que tiene instituciones endebles, fláccidas y de poca efectividad. En tal sentido, es bastante probable que este estado de cosas haga desaparecer a  toda una generación de políticos, que al no estar en condiciones de defender los intereses nacionales, inclinándose mas por la defensa de los interés particulares, familiares y de grupo van a ser expulsados por mandato del pueblo organizado.

¿Dónde está el gobierno central?

Nos preocupa sobremanera la forma como viene actuando el gobierno central, con respecto a este grave problema, con tibieza y de manera timorata, hace rato que las cuentas de la empresa corruptora, debieron de ser paralizadas, exigiendo de manera inmediata una indemnización, cuantificada en función del daño causado, cancelándosele para siempre cualquier vinculo contractual con nuestro país. Así como actuar con rapidez, investigando a las empresas asociadas nacionales, con las que se hicieron alianzas para sacar adelante las licitaciones. Tengamos en cuenta que el representante de Odebrecht en el Perú, Jorge Barata, se ha puesto en estado de derecho en Brasil, y recién va a empezar a delatar a los funcionarios beneficiados, al incluirse en un proceso penal en su país de colaboración eficaz, para amortiguar el golpe. Los nombres saltarán como naipes sobre la mesa de negociaciones, según las necesidades y los intereses de los actuantes, que no necesariamente son equivalentes a los del Estado peruano.

Todos los gobiernos implicados-según los delatores, en Brasil- han dicho yo no fui. El primero en manifestarse fue el ex- Presidente, Alan García, quien no se halla en el país, dijo desde España: “Muy bien que la Fiscalía de la Nación los mande a la cárcel. Ratas como esas ensucian grandes obras que sirven al pueblo”. Toledo, por su parte, un día antes, de hacerse público su implicancia, abandonó el país. Humala y Nadine, se demoraron un poco, y ahora gestionan su salida. Nadie quiere quedarse en el Perú. Lo que sucede es  que las papas han empezado a quemar, y, por tanto, todo puede ocurrir. Parecen calcular que las cosas son mas fáciles manejarlas desde afuera que estando aquí adentro.

Rebelión en el Apra

En ese zarandeo, las bases del partido de la estrella se han declarado en rebelión, ya que la incómoda situación nacional, salpicada por la corrupción de la empresa brasileña, los halló a los “compañeros” en un proceso de profunda crisis institucional, en la que se pugna por el cambio y la renovación dirigencial, en donde el control del partido de Alfonso Ugarte es un punto estratégico de poder. Tal es así que siendo ya  en cuatro oportunidades que se postergaba el congreso de Apra  para la renovación dirigencial, Enrique Cornejo decide confrontar a Alan García, acusándolo de que era él, el promotor de la oposición para que no llegase a ser el nuevo secretario general del partido, y arremetió diciendo que el partido estaba secuestrado, en estas circunstancias, se destapa, que hombres de confianza de Enrique Cornejo, uno era su vice ministro, Jorge Cuba Hidalgo, cuando era responsable de la cartera de Trasportes y Comunicaciones en el gobierno de Alan, estaba implicado en la corrupción, habiendo recibido tres millones de dólares de Odebrech, para que le den la licitación de la Línea Uno del tren. El Apra, controlado por García, aprovecha muy bien la coyuntura, para promover que Cornejo sea suspendido en su militancia y sea procesado por la Comisión de Ética del partido. Allí se encendió la hoguera, que amenaza convertir en una bola de fuego, que acabaran en cenizas a toda la organización política que fundara Haya de la Torre. Y solo quedará la grita: ¡El Apra nunca muere!

Salvar el país

Por ello decimos que la delicada situación por la que atraviesa el país a partir  del fenómeno de corrupción promovido por la empresa Odebrecht es alarmante, y compromete seriamente a las diferentes instituciones del Estado, llámese Ministerio Público, Poder Judicial, Congreso de la República, Gobierno Central, obligándolo a hacer su trabajo verdaderamente como lo exige el velar por la defensa de los intereses de la nación y de su comunidad  de manera conjunta. Realizando investigaciones rápidas y certeras, y tomando decisiones valientes y oportunas para que los delincuentes no se nos escapen. Asimismo, comprometer el trabajo de las empresas nacionales que  trabajaron asociadas con la empresa corruptora, para que pudieran alcanzar información importante que permita esclarecer de manera acelerada los hechos, sería vista como un acto de patriotismo.

Por último, en este enredo en que han metido al país, ex gobernantes y políticos mafiosos, el rol que deben desempeñar las tiendas políticas es de suma importancia, y de gran trascendencia, principalmente, y eso queremos destacar ,la Nueva Izquierda, representada formalmente por el Frente Amplio; así como los sectores democráticos y patrióticos que aman el país, deben luchar denodadamente porque se investigue  a fondo a los responsables de este latrocinio, y se les sancione severamente, de acuerdo al marco normativo, salvaguardando sus derechos humanos, sin envilecimientos.

En tal sentido, es necesario un pronunciamiento claro, coherente y conciso, que dé muestras de pulcritud y honradez en la gestión pública, que se ponga de manifiesto que no hay aprovechamiento alguno. Manifestando abiertamente que no se escoltará, ni se blindará a nadie, y los rumores que corren, que la gestión de Susana Villarán, cuando fue Alcaldesa de Lima, estuvo comprometida en actos de corrupción con la empresa brasileña, deben ser aclarados a tiempo .Nadie debe estar exento de investigación, cuando haya dudas. Ya que la gestión pública debe de desarrollarse siempre de cara a la ciudadanía. Ya es tiempo de rendir cuentas al pueblo organizado, y de trasparentar las gestiones, si en verdad queremos avanzar sostenidamente en un ambiente democrático y de plenas libertades políticas y económicas.