lunes, 10 de octubre de 2016

EL FRENTE AMPLIO: UN RETO HISTÓRICO

Por: Enrique Soto

La izquierda peruana, organizada en el Frente Amplio, y con una representación nacional de 20 parlamentarios en el Congreso de la República, tiene un tremendo desafío que cumplir en el presente quinquenio; que debe empezar a ser reflejado desplegando un esfuerzo sincero por consolidar la unidad, en un amplio espacio político de izquierda diverso. Así como, siendo la segunda fuerza política del país, en el Parlamento Nacional, debe luchar, de manera denodada y con estrategia, por empezar a liderar una oposición constructiva, en el quehacer político nacional; desarrollando una lucha sin cuartel, de manera principal, contra la corrupción, y defendiendo los sagrados intereses de la clase trabajadora; así como, exigiendo al gobierno, mejores condiciones de vida para los sectores populares que padecen la pobreza.
Esta proyección política, para los próximos cinco años, que debe ser trabajada por la izquierda, agrupada en el Frente Amplio, es un reto inconmensurable de carácter histórico; que como se ha dicho deberá empezar afirmando y consolidando la unidad, sueño de mas de treinta años de amplios sectores populares, que creen en la gran trasformación del país, con profundos cambios, dentro de una democracia robustecida, donde exista la participación ciudadana en la toma de decisiones en el quehacer político. Y esto solo se va a lograr, si se supera las diferencias, que existen en las diversas organizaciones que constituyen el  Frente Amplio.

En tal sentido, creemos sinceramente, que la decisión de Sembrar y otras organizaciones políticas agrupadas en el Frente, de querer legalizar su inscripción ante el Jurado Nacional de Elecciones es legítima, como legitima es la decisión de Tierra y Libertad de analizar, debatir y tomar decisiones en su próximo congreso, antes de fin de año, para ver cómo van a seguir desarrollándose, y consolidando el Frente. Esta situación, no tiene por qué generar una alarma, de gran envergadura, promovida por grupos de poder económico, que controlan muchos medios masivos de comunicación, quienes afirman que la izquierda se rompe. Ya quisieran que ello suceda para que se queden solos, en el espacio político nacional, sin ninguna competencia. Y así poder seguir saqueando el país. Sin embargo, esa situación apocalíptica, está bien lejos del conglomerado de la izquierda peruana. “Lo que hay es un gran debate, intenso y natural”-ha dicho VeróniKa Mendoza, representante de Sembrar (La República 2/10/16).Y sobre un supuesto enfrentamiento con Tierra y Libertad, y su líder Marco Arana, Verónika Mendoza manifestó -en entrevista exclusiva- que “hay algunos sectores relacionados con el poder económico que buscan debilitar el Frente Amplio y la alternativa de cambio que representa, agudizando y magnificando supuestas contradicciones donde solo hay debates internos”. Mas adelante señaló, que se han reafirmado en su compromiso de permanecer juntos.

Por su parte, el congresista, Marco Arana, líder de Tierra y Libertad, quien puso el partido a disposición del Frente Amplio, para que la izquierda peruana agrupada, pueda postular en las últimas elecciones presidenciales, llevando a Verónika Mendoza como candidata, ha señalado que: “La debilidad en los partidos es tan grande que cuando hay debate se piensa que habrá ruptura y que obedece a intereses mezquinos, porque hay partidos que tienen propietarios. Eso no pasa en Tierra y Libertad, ni en el Frente Amplio. En Tierra y Libertad no hay dueño. Hay debate. Los mecanismos son democráticos. Esa misma propuesta la trasladamos al Frente Amplio.”(La República 10/7/16).

En otro momento, Arana explica,  que el Frente Amplio es construcción reciente. Hasta ahora no tiene reglamento, sino pactos. Luego, aclara que el Frente, está conformado por partidos, organizaciones y ciudadanos. Y es tajante en señalar: “No está en discusión la unidad del Frente, sino como se construye”. Agregando una interrogante, se pregunta: ¿Cómo hacemos que (el Frente) se amplíe? “Ese es el debate- señala Arana-.Hemos recibido un mandato de construir una fuerza alternativa de izquierda después de mas de veinte años que no ha sido posible”.

Como podemos darnos cuenta la unidad, de la diversidad, en el Frente Amplio, está transitando por un proceso de consolidación, que se sustenta en un profundo debate, que permita arribar a decisiones de largo aliento, no inmediatistas o cortoplacistas, como estamos acostumbrados. Esto, pensamos, ha quedado establecido y esclarecido, por sus dos connotados líderes, representantes de las dos organizaciones mas importantes del conglomerado, de las que se decía estaban en un enfrentamiento encarnizado, como son el congresista Marco Arana, líder y fundador de Tierra y Libertad y Verónika Mendoza, representante del Movimiento Sembrar, candidata a la Presidencia de la República, en la últimas elecciones. En tal sentido es menester, seguir impulsando este debate para que la unidad se fortalezca. Un debate alturado, democrático, con aporte de ideas y propuestas coherentes, se hace necesario en un escenario político donde el intercambio de ideas  ha sucumbido, siendo reemplazado por la grita, la calumnia, el insulto y el vituperio.

Por otro lado, es de singular importancia, para que el Frente Amplio avance sólidamente, en lo que va del quinquenio, y pueda participar activamente, haciendo protagonismo histórico, en la próximas elecciones Regionales y Municipales que se llevarán a cabo el 2018, y pueda garantizar una buena campaña política que lo encumbre con el Poder el 2021,se esfuerce en el Parlamento, por liderar la oposición, desarrollando una propuesta estratégica, que permita movilizar a la ciudadanía –en caso sea necesario- en salvaguarda de los derechos populares básicos, que se ofreció en campaña. Como son el derecho al trabajo, el derecho a la salud y  la educación, que han estado tan venida a menos en los últimos años, a pesar del crecimiento continuo que tuvimos diez años continuos, este no logró llegar al bolsillo de los pobres. Es mas la izquierda peruana, desde el Parlamento Nacional, debe ser la abanderada de la lucha contra la corrupción, sacándole el jugo a su actividad fiscalizadora. “Guerra a muerte a la corrupción” debe ser la consigna, que ningún grupo político lo podrá levantar con tanta fuerza –por sus compromisos que tiene con grupos de poder económico- como lo puede hacer la izquierda. Esa debe ser una de sus principales banderas de lucha de los nuevos congresistas del Frente Amplio, si no quieren ser contagiados por ese burocratismo palaciego que termina asfixiándolos y absorbiéndolos.

Hagamos que el Frente Amplio, despierte la conciencia de un pueblo emprendedor, que quiere ver al país renovado, desarrollado y moderno. Que despierte la confianza en una nueva generación de políticos que aspiran conducir el país con transparencia, dignidad y lealtad. Para de esa forma erradicar la pobreza que envilece a los ciudadanos de los sectores populares, que no son atendidos oportunamente por un Estado que debe velar por su existencia. Hagamos que la confianza que el pueblo depositó en las urnas eligiendo congresistas de izquierda, sea enaltecida por el ejercicio de una noble representación, a favor de los que menos tienen.