miércoles, 30 de septiembre de 2015

CUANDO EL PERÚ CONVERSA

Por: Enrique Soto Roca

Los seres humanos para entenderse mejor, superar diferencias y conflictos, muchas veces deciden dialogar. Comprendiendo sabiamente que intercambiando ideas, impresiones y puntos de vista, pueden evitarse enfrentamientos inútiles, en la cual todos saldrían perjudicados. Habiendo comprendido esta verdad absoluta, el gobierno nacionalista, a través de su Presidente del Consejo de Ministros, Pedro Cateriano, ha decidido implementar una serie de conversaciones con los principales líderes políticos, representantes de partidos, con el propósito de disminuir el ruido político que tanto daño viene haciendo a la gobernabilidad, en un  periodo de desaceleración económica, violencia criminal de delincuencia común y un proceso electoral de continuos enfrentamientos, que ponen en jaque la estabilidad democrática institucional.

 En la medida que el escenario político está polarizado, muchos se preguntan: ¿Será sincero, este diálogo, que se viene implementando en nuestro país? ¿Se logrará amenguar el desgobierno que venimos padeciendo en los últimos meses? o ¿Sólo será un saludo a la bandera, y un querer vender una imagen de ser responsables ante la platea? La situación, que estamos viviendo en esta coyuntura, es bastante delicada, debido a que estamos ad portas de un proceso electoral, en el que todos quieren jalar agua para su molino, y poco les interesa el crecimiento económico y/o la estabilidad política del país.


En medio de estos sinsabores que produce el enfrentamiento político, el diálogo, promovido por el gobierno, se ha iniciado y avanzan las conversaciones, de manera presurosa. Pedro Cateriano, inicialmente se reunió con Pedro Pablo Kuczynski, de Peruanos por el Kambio; luego con Keiko Fujimori, de Fuerza Popular; en otro momento ha visitado a Luis Bedoya Reyes, del Partido Popular Cristiano; el domingo estuvo conversando con Alejandro Toledo, de Perú Posible; también se entrevistó con el líder del Partido Aprista Alan García. Con todos ellos ha conversado de temas similares, que son de profunda preocupación ciudadana, como el enfriamiento de la economía, la inseguridad ciudadana, las consecuencias que podría traer el Fenómeno el Niño, que dicen va a ser tenebroso. Asimismo, se ha conversado como se va a desarrollar las elecciones que se avecinan, garantizando Cateriano, total transparencia en los comicios.

De manera particular, Keiko Fujimori, ha incidido en el cuidado que hay que tener con respecto a los integrantes de los grupos subversivos que están saliendo en libertad ya que podrían volver a las andanzas violentistas, como Peter Cárdenas y Alberto Gálvez Olaechea, ex dirigentes del MRTA. El gobierno ha respondido diciendo que los servicios de inteligencia se encargarán que ello no suceda.

Por su parte, Kuczynski, ha manifestado en el diálogo sostenido con Cateriano, que la primera dama Nadine Heredia, debe renunciar a su cargo de presidenta del Partido Nacionalista, mientras duren las investigaciones sobre posibles actos de corrupción y lavado de activos por el cual se le acusa, eso permitiría transparentar los actos de gobierno, y no se percibiría que la estuvieran protegiendo.

Por otro lado, Alejandro Toledo, ha propuesto al gobierno en la conversación sostenida, que para contener la arremetida de las bandas delincuenciales que asaltan y roban por doquier, es urgente que salgan a las calles las Fuerzas Armadas, ya que son instituciones militares con mayor capacidad de fuego, para contrarrestar el delito. De igual opinión ha sido Alan García, por lo que los sectores políticos que no están de acuerdo con esta medida, los han tildado de populistas que sólo buscan con estas declaraciones a traer el voto. Además, García, después de haber conversado cordialmente con el representante del gobierno, ha señalado a la prensa que él “no confía absolutamente en Humala y en la pareja presidencial”, asimismo dijo que espera que Cateriano pueda garantizar una elección limpia con neutralidad del gobierno. Señaló finalmente que “es gravísimo lo sucedido con el tema de las agendas, afortunadamente –sostuvo- subsiste independencia en el Poder Judicial y en el Ministerio Público”.

Como podemos apreciar, el diálogo que se viene sosteniendo con las fuerzas políticas del país, no parece profundo, ni muy sincero, más parece construido para las tribunas, como una forma de trasmitir a la ciudadanía, de parte de la clase política, una imagen de cordura y responsabilidad, pero sin mayor trascendencia de acuerdos históricos que estabilicen el país y/o permitan dar solución a los graves problemas estructurales que padecemos. Y eso porque nuestros políticos no están pensando en cómo hacer que el país prospere, crezca, se desarrolle y llegue a ser uno del primer mundo, sino en cómo llegar al poder para asaltar las arcas fiscales. Mientras esto subsista, poco o casi nada lograremos, con estas formas de diálogo que se promueven. Y eso no significa que conversar no tenga sentido, todo depende de la forma como esta se lleve a cabo. Cosa distinta sería si el gobierno llamara a conversar a todos los sectores políticos: chicos, medianos y grandes, así como a todas las tendencias: derecha, centro e izquierda. De esa forma se podría apreciar una interlocución válida. No sólo con los grandes. No sólo con la derecha. De esa forma no tiene sentido. Si en verdad el gobierno desea darle más relevancia a esta iniciativa convocaría a los representantes de las fuerzas sociales y populares organizadas, a los gremios de trabajadores, a los emprendedores, a los empresarios: chicos, medianos y grandes. Allí sí tendría sentido. Es más, esta iniciativa de diálogo, no sólo debe aparecer cuando hay desgobierno y/o inestabilidad política, y amenaza de que la barca puede naufragar, sino que este instrumento, de una democracia madura, debe institucionalizarse, para que sea activada de manera permanente. Si esto fuera así, cuantos conflictos  nos hubiéramos librado. “El Baguazo”, “Conga”, “Tía María” no existirían en nuestra historia. En estos momentos tenemos una prueba de fuego que resolver mediante el diálogo, el problema suscitado en Las Bambas que ya vienen registrando cuatro fallecidos. Esto no debe suceder en nuestro país.

Conversar, dialogar, es una necesidad humana para entendernos mejor. En el quehacer político es una herramienta de singular importancia. ¿Cómo están superando sus diferencias EE.UU. y Cuba?: conversando. Mientras no dialogaban, seguían enfrentados apuntándose cada uno con el fusil en la cabeza. ¿Cómo están superando sus enfrentamientos el gobierno de Colombia y las Fuerzas Armadas Revolucionarias Colombianas (FARC?): conversando. No hay otro camino civilizado, en democracia, que el diálogo. Pero con mucha disposición y sinceridad. Sin trampas. Lo que sucede es que los políticos tradicionales utilizan mucho la astucia y el engaño, por eso que las conversaciones fracasan. Es que han aprendido demasiado y en extremo los postulados de Nicolás Macchiavello, revelados en “El Príncipe”.  Algo que contradice los principios.

Enfatizamos, finalmente, que en el quehacer político nacional, si queremos superar el desgobierno y la inestabilidad política e institucional, es necesario promover y consolidar el mecanismo de diálogo, institucionalizándolo, como única vía para resolver conflictos y diferencias, evitando la violencia y el enfrentamiento absurdo, en el cual siempre todos salimos perdiendo. Y este debe implementarse y desarrollarse con mucha transparencia, debiendo ser conducida por los mejores. Es decir, por las personas más idóneas.

lunes, 28 de septiembre de 2015

HIPÓDROMO ELECTORAL

“CORREN LAS APUESTAS”
Por: Enrique Soto Roca

La coyuntura electoral empieza a sentirse con intensidad. El campo de batalla comienza a calentarse y emitir sus primeras lenguas de fuego. Porque los comicios que se avecinan para elegir al nuevo Presidente de la República, así como a los nuevos congresistas, que nos representarán por un quinquenio más, no se está desarrollando con altura, dentro de un nivel adecuado que una democracia exige, sino más parece un festival hípico, dentro de un bullanguero hipódromo, donde corren fuertes las apuestas, tratando de ubicar al “Santorín” del momento, que haga disfrutar al pueblo de la egolatría lúdica.

Esta es una realidad vergonzosa, y por tanto de suma preocupación. Después de quince años, de vivir en una incipiente democracia, casi nada hemos avanzado políticamente. Los partidos y la clase dirigente –si acaso la tenemos- han entrado en un proceso de descomposición, han perdido legitimidad y credibilidad. Ya nadie cree en ellos. Sin embargo, se siguen autoproclamando y llamando representantes del pueblo. Algo irónico, que sólo pasa en nuestro quehacer político.


Dentro de este panorama lleno de incertidumbre, donde el ciudadano de a pie no sabe qué futuro le espera, sin embargo, está obligado a elegir al menos malo, ya que se le exige ir a las urnas, sino quiere ser sancionado. Esta es una democracia compulsiva, sin principios que debe ser reinventada.

Participar activamente, emitiendo un voto, en este escenario es sumamente delicado y complicado para la ciudadanía, que no tiene mucho que escoger, sino más de lo mismo, donde el poder del dinero y el caudillismo estructural se imponen y deciden el futuro. En este riesgoso teatro de carrera lúdica, donde se escucha los vítores de las portátiles que agitan la contienda, nos sorprende sobremanera que Keiko Fujimori, hija de Alberto Fujimori, dictador, violador de derechos humanos y el gobernante más corrupto que hayamos tenido en nuestra historia republicana. Educada en la escuela política de Vladimiro Montesinos por diez años, ejerciendo el cargo de primera dama, está en estos momentos liderando las encuestas. Esto significa que poco o casi nada hemos aprendido en democracia sobre el quehacer político.

Es necesario tener muy presente, que nos costó muchísimo, traernos abajo la dictadura  fujimontesinista, que tenía proyectado perpetrarse en el poder por treinta años, pero gracias a la valiente decisión y movilización del pueblo peruano, esos oscuros objetivos fueron derrotados. Al verse descubiertos, ambos huyeron, abandonaron el país, pero la justicia popular se impuso, los procesamos y hoy están presos. Sin embargo, sus huestes, se han recompuesto, y amenazan nuevamente tomar el poder. Si no es así, Keiko, está en la obligación moral, como ciudadana peruana, de deslindar políticamente con su padre y de su nefasto asesor Vladimiro Montesinos. Tiene que demostrar cabalmente, que los lazos políticos que los unían, están totalmente rotos.  De lo contrario muchas dudas se tejerán en su entorno.

Por otro lado, Pedro Pablo Kuczynski (PPK) corre de manera desesperada por llegar a la casa de Pizarro, entendemos que su ansiedad, es por la edad. Lo que nos llama la atención sobre manera, es que tuvo oportunidad de hacer realidad sus sueños e ideales que hoy profesa para mejorar el país, cuando fue ministro de estado en varios gobiernos, no los hizo ¿por qué será? Es una interrogante que todos nos hacemos, por lo que dudamos de su sinceridad. Es que, los políticos tradicionales han convertido al pueblo en desconfiado e incrédulo. Ahora todos los ciudadanos parecen decir, como Santo Tomás de Aquino “ver para creer”.

En este abanico incierto de opciones que nos pone la escena electoral, en esta carrera hípica, el aprismo se haya convulsionado en torno a la figura de Alan García. Dicen algunas voces de Alfonso Ugarte, que los compañeros han empezado a desconfiar del éxito de su candidato, ya que tiene tres meses consecutivos en bajada, según las encuestas más serias a nivel nacional, de lo que tenía 10% de aprobación, ahora sólo registra 6%. Sigue manteniendo el tercer lugar, pero se haya nerviosamente muy cerca del cuarto que lo ocupa Alejandro Toledo con un 4%. Los compañeros temen que su líder caiga estrepitosamente al cuarto lugar. Esta situación los dejaría mal parados. En tal sentido, ha empezado a promoverse al interior de los seguidores de Haya de la Torre, una nueva corriente denominada “ala honesta”, que tendría como objetivo reemplazar el liderazgo de García, levantando la figura de Enrique Cornejo, quien destacó haciendo un buen papel como candidato a la alcaldía de Lima, en las elecciones pasadas. Esto lo haría merecedor de ser el reemplazo de García como líder al aprismo. Sin embargo, la situación no es tan fácil, las pugnas dentro del partido recién empiezan. Se cree que Alan no aceptará que Cornejo lo reemplace, y buscará un candidato independiente para que corra por la estrella, de allí sus coqueteos con Lourdes Flores Nano del PPC. Dentro de esta realidad, los apristas viven una coyuntura muy delicada, de harta incertidumbre que se les agrava, cuando saben que en las próximas elecciones  van a tener que afrontar, la imagen de corruptos, que se les ha creado con los “narcoindultos”, y de incapaces y mafiosos con el llamado “Baguazo” y los “petroaudios”. Esta situación no va a ser tan fácil de escabullir, a pesar de su histórica experiencia que tienen sorteando obstáculos políticos. Finalmente, decimos, que el cuarto lugar se vuelve codicioso, porque consideramos que uno de los cuatro primeros que lleguen al mes de enero será elegido. Por lo que, el que ocupa el cuarto lugar en este momento no quiere soltarlo, pero varios pujan por sacarlo. Creemos sinceramente que Toledo no tiene opción de ser elegido nuevamente presidente. Su imagen está muy mellada por el escandaloso caso “Ecoteva”, sus constantes contradicciones, que lo exponen como un mentiroso compulsivo. En tal sentido, ese espacio en cualquier momento será ocupado por uno de los candidatos considerados chicos. La pelea por esa ubicación la darán César Acuña, Daniel Urresti, Humberto Lay entre otros que pudieran aparecer. El cuarto puesto va a ser una ubicación bien reñida, que bien puede servir como un trampolín para llegar a la presidencia. En este escenario, de ovación, vítores, marchas y contramarchas de portátiles orquestadas, el hipódromo electoral funciona, las apuestas empezarán a correr con mayor furor, ya que la propuesta y el plan de gobierno fueron olvidados, la función lúdica debe continuar, esa es nuestra alicaída democracia que estamos obligados a reinventarla, por el bien del país y de todos sus ciudadanos.

martes, 15 de septiembre de 2015

LA AVENTURA DE THOMAS PIKETTY

“EL CAPITAL EN EL SIGLO XXI”

Por: Enrique Soto Roca

Thomas Piketty, economista europeo, nacido en Francia en 1971, ha escrito y publicado en el 2013 “El Capital en el siglo XXI”, resultado de una investigación de más de quince años, según manifiesta el propio autor, a través de la cual navega en la turbulencia de la historia política y económica mundial, desde hace tres siglos, para entender y comprender la injusta desigualdad de la distribución de la riqueza en el mundo.

La obra fue traducida y publicada en castellano en el año 2014. Es decir, al año siguiente de su publicación en francés. Su amplia difusión en el mundo ha revolucionado la economía política con sus nuevos conceptos e interpretaciones, así como sus conclusiones. A pesar que Piketty advierte: “estoy vacunado de por vida contra los convencionales y perezosos discursos anticapitalistas” la polémica desatada a partir de esta obra monumental es explosiva.

La desigualdad en el reparto de la riqueza

El documento de más de 600 páginas, estructurado en cuatro partes y dieciséis capítulos, explica sesudamente a lo largo del devenir histórico de los últimos tres siglos (XVIII, XIX y XX) respecto a la política económica en el mundo, sobre cómo se manejó distribución de la riqueza, donde hubo tanta desigualdad en el reparto. En la tercera parte: “La estructura de las desigualdades”, analiza profundamente las perspectivas de la evolución de la distribución mundial de la riqueza durante las dos primeras décadas del siglo XXI. Luego, en la última parte del libro plantea como regular el capital en el S. XXI, previo análisis del doloroso problema de la deuda pública.

Consideramos, que el libro, es una contribución faraónica a reivindicar las grandes injusticias cometidas contra los más desposeídos a lo largo de los últimos tres siglos de desarrollo capitalista en el mundo.

“Desde la década de 1970 la desigualdad creció significativamente en los países ricos, sobre todo en os EE.UU., donde en la década del 2000-2010 la concentración de los ingresos recuperó –incluso rebasó ligeramente- el nivel record de la década de 1910-1920” –sostiene el autor. Para más adelante afirmar que “el fuerte desarrollo de los países pobres y emergentes –y sobre todo de China- potencialmente es una poderosa fuerza de reducción de la desigualdad en todo el mundo”.


El mercado no se regula solo

“En el fondo no tenemos ninguna razón para creer en el carácter auto equilibrado del crecimiento. Ya es tiempo de reubicar el tema de la desigualdad en el centro del análisis económico” sostiene Piketty con preocupación. Dándonos a entender que no es tan cierto, lo que sostiene los neoliberales actualmente que el mercado se regula solo, y que dejemos a su libre albedrío la oferta y la demanda, que realicen su trabajo de manera natural. Algo totalmente absurdo, si no hay una regulación y/o un direccionamiento por parte del estado, para controlar y administrar las crisis que se presentan.

Por otro lado, Piketty, levanta la revolución francesa (1789), señalando que, “que ésta no creo una sociedad justa e ideal, pero al menos tuvo el mérito de elaborar un incomparable observatorio de las fortunas”. Luego se mofa de la economía, tal como la ven los economistas tradicionales, diciendo: “la disciplina económica aún no ha abandonado su pasión infantil por las matemáticas y las especulaciones puramente teóricas”. Es decir, entendemos, por su visión fría de ver el quehacer económico como una actividad tecnocrática, sin ninguna seriedad de hacer un análisis correcto de interpretación de la realidad, cuyo diagnóstico no será acertado, por estar sesgado y fuera de contexto, ya que no son vistos y analizados en su total dimensión, teniendo en cuenta los aportes de otras disciplinas, como, la historia, la sociología, la antropología, la política, entre otras.

En otro momento, el autor de “El Capital en el siglo XXI”, pone de manifiesto su vulnerabilidad como ser humano, señalando: “soy muy consiente de mi total incapacidad para predecir la forma que adquirirá el capital en 2063 [dentro de 50 años] o en 2113 [dentro de 100 años]. La historia de los ingresos y de la riqueza siempre es profundamente política, caótica e imprevisible”. Luego, asiente que es importante “tratar de sacar de la experiencia de los siglos pasados algunas modestas claves para el porvenir”. Dándonos a entender que hay que aprender las lecciones que nos da la historia, madre sabia que nos guía a través de la evolución de todos los tiempos. Comprender la historia, es interpretar el pasado, analizar el presente y proyectar, lo más acertado posible, el futuro. Nos podemos equivocar, pero para ello está la inteligencia humana para corregir, y hacerlo a tiempo. Luego, Piketty, pone los puntos sobre las íes para que no haya ninguna mala interpretación y/o ningún mal entendido sobre su trabajo intelectual realizado, señalando: “que quede claro –dice-: mi propósito aquí [se refiere al trabajo presentado]no es abrir un proceso de los trabajadores en contra de los propietarios, sino mas bien ayudar a cada uno a tener una mejor perspectiva”.

Sacar lecciones del pasado

En la parte introductoria de su obra, Piketty, sostiene que a través de este libro que escribe intenta dar respuesta a dos preguntas fundamentales que él mismo se formula:
1.       ¿Acaso la dinámica de la acumulación del capital privado conduce inevitablemente a una concentración cada vez mayor de la riqueza y del poder en una cuantas manos, como lo creyó Marx en el siglo XIX?
2.       ¿Qué se sabe en realidad en la evolución de la distribución de los ingresos y de la riqueza desde el siglo XVIII, y qué lecciones podemos extraer para el siglo XXI?
Preguntas que las responde puntualmente, a lo largo de todo el libro, con sólidos argumentos, abundando en cifras y datos estadísticos de diferentes fuentes reunidas en sus investigaciones de muchos años;  principalmente de Francia y del Reino Unido, así como de Alemania y EE.UU. A pesar de no estar de acuerdo con la postura marxista,  considera que Carlos Marx hizo una brillante contribución para poder entender, en parte, el devenir y desarrollo capitalista, pero le faltó ahondar en fuentes de investigación, ya que el apocalipsis que profetizó no llegó a cumplirse, señalando que él (Marx) estaba más sumergido –junto con Friedrich Engels- en el quehacer político e ideológico, que les permite publicar “El manifiesto comunista” , con su frase clásica, conocida universalmente “una gran fantasma recorre Europa”. Sin embargo, reconoce que “el capitalismo produce mecánicamente desigualdades insostenibles, arbitrarias, que cuestionan de modo radical los valores meritocráticos en los que se fundamentan nuestras sociedades democráticas“.

Tratando de explicarnos las desigualdades en la distribución de la riqueza en el mundo, a lo largo de tres siglos, el autor, sostiene que “desde la década de 1800-1810 a la de 1850-1860 los salarios de los obreros se estancaron en niveles muy bajos. El último tercio del siglo XIX es cuando ocurrió un incremento significativo del poder  adquisitivo de los salarios”. Esto quiere decir desde nuestro punto de vista que recién en el año 1870 aproximadamente, la clase trabajadora ve crecer sus ingresos, incrementándose la canasta familiar de subsistencia. Este hecho, grafica las injusticias cometidas por el sistema en contra del reparto más justo y equitativo de l  riquezas, expresada en la producción total. Esto sucedía según las investigaciones realizadas por Piketty, en diferentes partes del mundo. Es decir, era algo globalizado.

A pesar que Carlos Marx, sostuvo que dentro del sistema capitalista “no es posible ningún equilibrio socioeconómico o político estable”,Piketty señala que según la teoría de Kuznets, la desigualdad de ingresos se ve destinada a disminuir en las fases avanzadas del desarrollo capitalista, sin importar las políticas seguidas o las características del país, y luego tiende a estabilizarse en un nivel aceptable. Sin embargo, Piketty la cuestiona y contradice por carecer de fundamento sólido, ya que es una teoría que tiene como base la experiencia de un solo país (EE.UU.), y comprende un periodo muy reducido de análisis: 35 años (1913-1948), motivo suficiente para no ser una teoría globalizada, que pueda darse en cualquier parte del mundo. Es decir, no tiene sustento científico, sólo se ve como una forma de querer justificar el supuesto libre albedrío del mercado  dentro del desarrollo capitalista, que supuestamente se regula solo, sin intervención del estado.

Por otra parte, el autor, sostiene que “la distribución de la riqueza es una de las cuestiones más controversiales y debatidas en la actualidad” entendiéndose, desde nuestro punto de vista que es de suma importancia darle la atención debida, para evitar estallidos sociales y/o crisis financieras serias que atenten contra el normal desarrollo y crecimiento económico de las naciones, ya que el mundo se ha convertido en una aldea globalizada.

En otro momento, en su profundo análisis científico, plantea el sueño, la utopía de cualquier investigador social, preocupado por el futuro de la humanidad, preguntándose: “¿cómo debería organizarse la distribución capital-trabajo en una sociedad ideal y cómo realizarla?”. Pregunta, que merece, una meditación profunda, que logre ponerse por encima de las grandes contradicciones que genera el sistema, alcanzando una respuesta acertada que satisfaga a todos los seres que habitamos este planeta.

¡Somos 7050 millones de habitantes!

Hay que tener en consideración que esta investigación, de gran valía, alcanzada por el científico social francés Thomas Piketty, nos revela también, la evolución de la población a lo largo de 300 años, dato de mucha importancia, para proyectar nuestro crecimiento, previo estudio y análisis de la tendencia.

La población mundial en 2012, año en que se escribe este informe, llegaba a 7050 millones de habitantes, separando una distancia abismal comparada con la población que existía en 1700, que apenas llegaba a 600 millones de habitantes. Si este ritmo se mantuviera en los próximos tres siglos, la población mundial rebasaría los 70 mil millones de habitantes hacia el 2300. ¡Una locura! Sin embargo, parece que la tendencia no es esa, sino mas bien a punta a la disminución de la población. Los jóvenes de hoy no están interesados en procrear. Esto se ve con mayor énfasis en los países desarrollados.

Teniendo en consideración, que somos alrededor de 7050 millones de habitantes en el mundo, y teniendo un Producto Interno Bruto de aproximadamente 70 billones de euros por año –dice Piketty- el PIB por habitante equivaldría a 10,000 euros, teniendo un ingreso mensual promedio de 760 euros cada habitante. Es decir, si la distribución fuera igualitaria, cada habitante del planeta dispondría de un ingreso del orden de 760 euros por mes. La economía mundial tiene un crecimiento estimado superior a 3% por año, mientras que el crecimiento de la población es cercano al 1% por año.

¿Qué es el Capitalismo Patrimonial?

¿Qué es el Capitalismo Patrimonial?, Piketty, con mucha sencillez y gran estilo académico, nos explica que “el Capitalismo Patrimonial se pone de manifiesto cuando los puestos más altos de la economía no están bajo el control de individuos talentosos, sino de dinastías familiares”. Esto está muy en boga en los últimos años en los países desarrollados, y ha empezado a manifestarse, también, con mucha fuerza, en los países emergentes. Situación de mucho cuidado, ya que apunta a distorsionar el desarrollo de las naciones, favoreciendo el enriquecimiento familiar y de casta, profundizando las desigualdades, atentando contra el deseo de querer avanzar hacia una justa redistribución de la riqueza a nivel mundial.

En otro momento, el autor francés, nos narra que la gran depresión, desencadenada en octubre de 1929 por el colapso bursátil del Wall Street, golpeó a los países ricos con una brutalidad inigualada hasta ese momento: a partir de 1932, el desempleo afectó a la cuarta parte de la población activa tanto en EE.UU. como en Alemania, el Reino Unido y Francia. Esta crisis severa solo fue superada con la Segunda Guerra Mundial, y en nada se le parece, en cuanto a la magnitud del flagelo, a la crisis financiera ocurrida en el 2008, que es considerada como una gran recesión.

Sobre la crisis financiera del 2008 que sacudió el mundo, Piketty se pregunta puntualmente: ¿provocó el aumento de la desigualdad la crisis financiera? Luego se responde: “desde mi punto de vista –dice- no hay duda de que el alza de la desigualdad contribuyó a debilitar el sistema financiero estadounidense. Por una simple razón: el alza de la desigualdad tuvo como consecuencia un casi estancamiento del poder adquisitivo de las clases populares y medias en los EE.UU:, lo que solo incrementó la tendencia a un creciente endeudamiento de los hogares modestos; tanto más porque el mismo tiempo les eran propuestos créditos cada vez más fáciles y desregulados por los bancos e intermediarios financieros pocos escrupulosos y deseosos de encontrar buenos rendimientos para el enorme ahorro financiero inyectado al sistema por las clases más elevadas”. Como podemos darnos cuenta, las desigualdades promovidas por el propio sistema, generan crisis de gran envergadura, que desestabilizan el desarrollo capitalista. Son las contradicciones que el propio sistema promueve en su interior, tal como en su momento, explicó Carlos Marx. Claro, que en la actualidad, el sistema capitalista se ha perfeccionado, ha sobrevivido a un sin número de tormentas, sin haber naufragado. Es que, como sostiene Piketty: “el crecimiento moderno, basado en el incremento de la productividad y la difusión de los conocimientos, permitió evitar el apocalipsis marxista y equilibrar el proceso de acumulación del capital. Sin embargo, no modificó las estructuras profundas del capital, o al menos no redujo verdaderamente su importancia macroeconómica con respecto al trabajo”. Este reacomodo, ha permitido que el capitalismo siga sobreviviendo, pero no ha habido modificación sustancial en su esencia, que es la acumulación.

viernes, 11 de septiembre de 2015

¿HACIA DÓNDE VA LA DEMOCRACIA?

Por: Enrique Soto Roca

“La democracia no es solo elecciones: es trabajo ciudadano”, dice con mucho acierto Gustavo Rodríguez, columnista del diario El Comercio, dejando entrever la poca participación de la población en la actividad política, y que ésta solo se preocupa superficialmente cuando se avecina un proceso electoral, como el que vamos a asistir, para elegir a nuestro nuevo presidente y  nuevos congresistas, el próximo año 2016.

¿Por qué la ciudadanía no tiene interés en participar activamente en el quehacer político nacional? ¿Por qué la gran mayoría de ciudadanos no tienen el deseo que se profundice y consolide la democracia en el Perú? Son preguntas sustanciales que estamos en la obligación de respondernos, quienes de alguna manera estamos interesados en el estudio y análisis de la actividad política en nuestro país. Ciertamente, la situación planteada no es nada sencilla y bastante compleja, que tiene, haciendo un análisis exhaustivo, antecedentes y connotaciones históricas, de profundas incredulidades, desconfianzas y traiciones que no han sido superadas por la población hasta el momento.

En 1980, hace 35 años, retomamos la democracia, poniendo fin a las dictaduras militares. Y este proceso endeble, maltrecho y rotoso, apenas pudo avanzar –en medio de una violencia criminal interna, que más parecía una guerra civil- hasta el año 1992. Siendo quebrada nuevamente de manera abrupta un 5 de abril, cuando el fujimontesinismo, instalado en el poder, después de haber ganado las elecciones en 1990 decide, utilizando las Fuerzas Armadas, “disolver” el Parlamento. Se impone una vez más la dictadura, esta vez cívico militar, cayendo de bruces la democracia.  Esta no se vuelve a reincorporar hasta el año 2000, cuando el dictador, al verse acorralado por el pueblo organizado, en pie de lucha, huye al Japón, renunciado vía fax al cargo de Presidente de la República del Perú. Desde ese entonces, los peruanos hemos vuelto a sentir el quehacer democrático en nuestro país. Han pasado quince  años sin embargo, la democracia sigue siendo anémica, endeble y poco maciza,  eso principalmente porque no contamos con instituciones sólidas que los respalden, lo vigoricen, fortaleciéndole su accionar en el quehacer político nacional.

Los partidos políticos no han logrado erigirse como instituciones sólidas, dignas de respeto y admiración por parte de la ciudadanía. Esto debido a la falta de transparencia y solvencia moral. No inspiran confianza. Sus dirigentes son vistos como aves de rapiña por la población, que solo buscan su beneficio personal, familiar y/o de grupo, sin interesarles el bienestar común y el desarrollo nacional.

Los partidos políticos, como instituciones que deberían servir de nexos, entre la ciudadanía y el estado, están en crisis severa, incapaces de cumplir su rol. Deben estar encaminadas a reorganizarse, refundarse, de lo contrario avanzan hacia su desaparición, como algunos partidos tradicionales, llámese Partido Popular Cristiano (PPC) o Acción Popular (AP) por mencionar al algunos de ellos, que han sido incapaces de ponerse a la altura de los nuevos acontecimientos históricos globales y que hoy luchan por no extinguirse, tratando de entablar alianzas, de manera desesperada, para impedir sus funerales. Su mal comportamiento les está pasando la factura.

Por otro lado, la democracia incipiente que vivimos, no se profundiza ni logra consolidarse, porque, asimismo, carecemos de un Congreso transparente, decente, con solvencia moral. Creíble y confiable. Este no lo es. Está constituido por una gavilla de egocéntricos, incompetentes y mediocres –con algunas raras excepciones-, que ven en el erario nacional un botín de guerra, que están dispuestos a levantárselo cueste lo que cueste. La reputación del Parlamento Nacional se ha venido por los suelos, el 80% de la población cree que está conformado por mafiosos. Para poder revertir esta grave situación que padece el país, este primer poder del estado, llamado Congreso de la República,  debe ser reformado profundamente, una de las opciones, es volviendo a reinstalar la Bicameral, eligiendo a verdaderos diputados y senadores, como auténticos padres de la patria. Capaces de fiscalizar de manera correcta el buen uso de los recursos económicos de la nación,  así como de dictaminar leyes que empujen al país por el sendero del desarrollo y la prosperidad, que tanto desea la ciudadanía.

Por otro lado, consideramos que ningún congresista debería ser reelegido, para de esa forma imponer democráticamente la alternancia en el poder, dando oportunidad a otros ciudadanos, que también desean servir al país. Creemos que hay mucha gente capaz, honesta y decente que quiere involucrarse en el quehacer político asumiendo responsabilidades y queriendo dar cuenta de sus actos de manera transparente. La actividad legislativa es una forma de ejercer ciudadanía participativa. Hay muchos jóvenes y adultos que aman al país, y quieren ardientemente contribuir en su desarrollo, porque son conscientes de sus potencialidades. Ellos deben ser llamados, para que trabajen por el bien común.

Democracia es sinónimo de justicia. En tal sentido, esta no podrá ser consolidada si la ciudadanía es vapuleada cuando busca, sin alcanzar, justicia. Y cuando la institución que está encargada de realizar esta delicada actividad es vista como una de las peores; como la más corrupta de todas las instituciones tutelares de la patria. El Poder Judicial, como poder del estado, como institución que debe conducirse con imparcialidad y decoro, está por los suelos; su reputación no tiene de donde sostenerse. La ciudadanía cree que es una institución que está llena de alimañas, que debe ser fumigada, para ser desinfectada de toda la escoria que la habita y que la ha tomado por asalto. Nadie cree en ella, por lo tanto, ningún ciudadano decente está convencido en ir a solicitar justicia, porque sabe que no la va hallar.  Asimismo, saben que allí la justicia se mide por el grado de capacidad económica que tengas. La solvencia moral, la dignidad, no tienen en ese lugar ninguna importancia, ya algún impúdico lo dijo: “todo se compra, todo se vende”. Es la ley del mercado.

lunes, 7 de septiembre de 2015

¿CÓMO SALIR DEL ENFRIAMIENTO ECONÓMICO?

Por: Enrique Soto (*)

La economía peruana continúa en un  proceso de desaceleración, no habiendo hasta el momento, de parte del gobierno, disposición para implementar medidas económicas cíclicas y contracíclicas para salir del entrampamiento que nos encontramos desde el 2013. Parece que, ya no le interesa la recuperación económica del país, al fin y al cabo, ellos se marchan en pocos meses, dejándonos una bomba de tiempo, para que el próximo gobierno que se instale, esté en la obligación política, económica y técnica de desactivarla.

La situación económica nacional es delicada, las proyecciones para este año, y para el 2016, son bastantes desalentadoras, hasta podría decirse pesimistas, en comparación a los más de 10 años de crecimiento continuo que experimentamos. Las proyecciones oficiales, de finales del año pasado para este 2015, de parte del gobierno, así como del Fondo Monetario Internacional (FMI), del Banco Mundial (BM) y del Centro de Estudios Económicos para América Latina (CEPAL), parecen haber fracasado. Ya que entre una y otra proyectaban un crecimiento para este año del Producto Bruto Interno (PBI) del país de 3.5% y 4.5%, algo que parece, a estas alturas, inalcanzables.


Esta polémica realidad nacional, en materia económica, ha servido para que el Instituto  de Economía y Desarrollo Empresarial (IEDEP) de la Cámara de Comercio de Lima (CCL), pongan los puntos sobre las íes sosteniendo públicamente, que según sus análisis macroeconómicos, ellos estiman que el PBI nacional crecería a penas 2.7% en el presente año, y se proyectan hasta el 2016, anunciando un crecimiento para ese año de solo 3%, y no de 5 y 6% como consideran algunos funcionarios de gobierno, especialistas en materia económica.

César Peñaranda, director ejecutivo del IEDEP, sostuvo, en la presentación de las “Perspectivas para el planeamiento 2016” realizada por la CCL que la economía peruana continúa en un proceso de desaceleración y las proyecciones para el bienio 2015-2016 estarán supeditadas a la evolución de las expectativas de las inversiones y al consumo, como también a las exportaciones, así como al impacto del Fenómeno El Niño, que afectará –según dijo- al sector primario, construcción y comercio.

Como podemos darnos cuenta la situación del país es delicada, dejando sin piso el excesivo optimismo que manifestaba el ministro de Economía Alonso Segura cuando aseguraba que en el segundo semestre de este año se vería un repunte de la economía, en base al inicio de las grandes obras de infraestructura, esto se convirtió en un sueño. Es que ¿quedaron chicas las grandes inversiones, como la línea 2 del Metro de Lima y el Gasoducto del Sur, entre otras, o es qué estas avanzan a paso de tortuga? Creemos sinceramente que la situación de enfriamiento económico que padecemos no fue ni es atendida con acierto por este gobierno nacionalista que recibió en el 2011 una economía en crecida. No actuó oportunamente, con agresividad, cuando la situación lo requería. La incapacidad y la soberbia los llevaron a cometer errores garrafales en materia económica. Hoy no tienen la voluntad política de acometer con fuerza para revertir este frenazo, porque se consideran fuera del gobierno, y sin ninguna responsabilidad. Más preocupados están en defenderse de las denuncias de corrupción, que como una avalancha de lodo se cierne sobre sus cabezas. Sin embargo, estamos en la obligación de exigirles, asuman su responsabilidad de gobernantes, y no dejen el barco al garete.

En tal sentido, el ministerio de Economía y Finanzas MEF, con el propósito de contener esta avalancha de desaceleración económica, debe de profundizar la promoción de la inversión pública y privada, bastión del crecimiento económico, para motivar el consumo interno, base de una economía de mercado. Hay que tener en cuenta que la inversión privada está contraída desde el año pasado, se cree que este año siga igual; sino se implementan medidas motivadoras. Los empresarios no quieren invertir porque consideran que hay mucha incertidumbre, que promueve la desconfianza. Este es el bloque de hielo que el gobierno central tiene que romper empezando a impulsar las inversiones público-privadas, como las concesiones y las obras por impuesto, mecanismos efectivos de inversión.

Asimismo, creemos necesario darle mayor impulso a la inversión pública, exigiendo a los gobiernos regionales y locales que cumplan con sus metas presupuestadas. La inversión pública es decisiva para avanzar aceleradamente en el retraso histórico que tenemos en infraestructura, por eso se habla de una brecha de más de 60 mil millones de dólares en infraestructura. Es urgente promover e implementar grandes obras, para de esa manera impulsar el desarrollo nacional. Puertos, aeropuertos, carreteras, colegios, hospitales, es necesario construir y renovar para acercarnos más a la prosperidad. En tal sentido, tenemos que elevar la productividad y constituir un país más competitivo.

No debemos esperar el próximo gobierno para empezar a construir el país desarrollado que deseamos,   por lo que se hace necesario, ahora, implementar medidas y acciones que logren reactivar la economía y sacarla del enfriamiento en el que se haya. En tal sentido, creemos también necesario, incrementar significativamente la Remuneración Mínima Vital (RMV),  tal como lo ha manifestado un candidato, que también ofrece bajar el Impuesto General a las Ventas (IGV) de 18% a 15%, así como el Impuesto a la Renta (IR) a las micro y pequeñas empresas (MYPES) a 10% de 30% como es lo que se paga ahora.

Por otro lado, hay que tener en cuenta, el contexto internacional, que de una u otra manera golpea nuestra alicaída economía. La desaceleración china, reflejada en la caída de las bolsas del mundo recientemente, es un punto de gran importancia que hay que tener en consideración. Esta  situación afecta a todo el mundo. EE.UU., Europa, Japón se vieron golpeados con la caída de la Bolsa de Shanghai, la mayor de China. Hoy, felizmente empieza a recuperarse. A nosotros nos puso de vuelta y media, ya que el dólar empezó una crecida que parecía ingobernable, fue necesario que el Banco Central de Reserva (BCR) intervenga en el mercado cambiario vendiendo 81 millones de dólares, estas intervenciones periódicas nos hacen perder Reservas Internacionales netas (RIN), que han caído en aproximado de 9 mil millones de dólares a raíz de estas operaciones, por lo que el BCR está analizando otra medida, como incrementar las tasas de interés, para que el inversos se sienta en adquirir nuevos soles. Además, hay que tener en consideración que somos un país primario exportador, en tal sentido de todas maneras la desaceleración china nos afecta, ya que es uno de los principales compradores de nuestros productos, como nos afecta la caída de los precios de los commodities. En tal sentido, es necesario promover la industrialización en nuestro país, poniéndole valor agregado a nuestros productos primarios, situación que este gobierno no lo tiene en sus planes. Asimismo es necesario fortalecer nuestra pequeña y microempresa promoviendo su desarrollo tratando de impulsar el mercado interno, y el consumo nacional.

Hay que tener en cuenta que la economía mundial no se haya en muy buena condiciones a pesar que los EE.UU. han empezado a recuperarse de su mega crisis financiera. Sin embargo, Europa, todavía la ve negras, su recesión es preocupante.

Creemos finalmente, que estamos en condiciones desde el punto de vista económico, de revertir esta situación de desaceleración y/o enfriamiento de nuestra economía que padecemos, lo que nos hace falta es decisión política. Es decir, ver hacia el futuro, a largo plazo, el país que deseamos construir, levantar una visión estratégica de desarrollo nacional.  Nuestros políticos y gobernantes actuales se enfrascan en ver la coyuntura, el corto plazo. Que les de dividendos y rentabilidad política inmediata. Piensan, como ganar las elecciones. Cómo conseguir la mayor votación posible. Así no se va a construir un país desarrollado, sin un proyecto histórico, que resuma las necesidades de toda la ciudadanía, poniendo especial énfasis en educación, para construir el recurso humano necesario que permita forjar el hombre del futuro. No podemos dejar de señalar que en los últimos 25 años hemos avanzado considerablemente. Pero podemos avanzar mucho más. No debemos frenar nuestro desarrollo y prosperidad, hasta llegar a ser un país desarrollado con ciencia y tecnología.
(*) Periodista.Analista político 

viernes, 4 de septiembre de 2015

¡RECUPERACIÓN ECONÓMICA!

Por: Enrique Soto(*)

“La cifra de junio (un crecimiento repentino de 3.87% mostró la economía peruana ese mes) confirma la recuperación del país”, sostiene orgulloso y optimista el ministro de economía Alonso Segura. ¿Será cierta realmente esta afirmación? ¿Se habrá iniciado, por fin, el proceso de reactivación económica? ¿La desaceleración y el enfriamiento económico empezarán a ser cosa del pasado? ¿En qué razones se fundamenta –aparte de una cifra volátil de un mes de crecimiento económico- el ministro Segura, para que sostenga, con total convencimiento, que esta confirma la recuperación del país.

El proceso de desaceleración económica que padecemos, desde el segundo semestre del 2013, es sumamente complicado y complejo, como para asegurar, a rajatabla, con el impulso positivo de un mes de crecimiento, que ya estamos caminando en un proceso de recuperación definitiva del enfriamiento en el que nos encontrábamos. Eso lo podemos aceptar de un político que con el afán de ganar votos en un proceso electoral dice cualquier cosa, pero no de un alto funcionario del quehacer económico nacional, menos de un ministro de estado, titular de la cartera de economía, mientras no abunde en razones suficientes, que confirme tamaña declaración.


Se dijo oficialmente que este semestre sería el repunte de la economía, con el inicio de la realización de las grandes obras de infraestructura, como la línea dos del Metro de Lima y el Gasoducto del Sur, sin embargo, estamos empezando a finalizar el tercer trimestre del 2015 y el impacto no se siente, y el deseo oficial de alcanzar este año un crecimiento de 4.5% parece ser un sueño inalcanzable. Ya los analistas económicos más optimistas pronostican un crecimiento de solo 3 a 3.5%. Otros, menos del 3%, debido al impacto que podemos recibir del proceso de desaceleración de China, y la endeble recuperación financiera de EE.UU. , en la medida que somos un país primario exportador. De otro lado, consideramos que nada importante y significativo se hace por parte del gobierno como para revertir con eficacia la frenada económica que padecemos. No se implementan a tiempo, medidas cíclicas y contracíclicas audaces que contrarresten el enfriamiento, estimulando la inversión a gran escala de la actividad pública y privada, así como promoviendo la demanda interna, incrementando sueldos y salarios progresivamente. Ya quedó demostrado mundialmente que la austeridad en materia económica no es buena consejera. Cuando se tiene dificultades en el frente externo, como en nuestro caso, con la caída de los precios de los minerales, rápidamente tenemos que promover el frente interno, es decir, promover  el mercado de consumo hacia adentro. Eso no se hizo ni se hace con agresividad.

Lo que ha sucedido en el mes de junio es positivo, pero hay que tomarlo con cautela y evitar ser triunfalistas, porque ese solo hecho no garantiza que la economía del país haya empezado a recuperarse. Para que ello suceda, tenemos que garantizar y promover la inversión privada que se haya contraída, debido a la falta de confianza de los inversores.

El mismo ministro de economía, Alonso Segura, lo ha señalado en otro momento, que el crecimiento de junio es aún frágil, existiendo múltiples riesgos externo e internos. En tal sentido, indicó que es imprescindible consolidar las expectativas de los agentes económicos, así como asegurar la ejecución del impulso del gasto público, y profundizar las reformas orientadas a apuntalar la productividad, sobre todo en infraestructura, capital humano y destrabe de las inversiones.

Hay que tener en consideración que el crecimiento del mes de junio ha sido gracias al buen comportamiento de la producción minera e hidrocarburos, así como la agricultura, ya que el sector pesca y construcción se han contraído,  y sólo la actividad comercio, telecomunicaciones, electricidad, servicios prestados a las empresas, entre otros mantuvieron su dinamismo. 

Asimismo, hay que poner especial atención al sector construcción, que disminuyó en 3.15%, por una menos ejecución presupuestal de los gobiernos locales y regionales, debido al cambio de autoridades. Esto se vio reflejado en el menor consumo de cemento, y una contracción en la venta de viviendas, aunque esto parece estar recuperándose, por una ligera rebaja en el precio de los inmuebles, que oscilan entre el 3 y 10% de sus precios anteriores.  Hay stock de departamentos, alrededor de 15,000 viviendas se encuentran disponibles y puestas en venta. Esta situación, no es muy alentadora, debido a que el sector construcción es estratégico, y ha actuado siempre como una locomotora que jala a los demás sectores, dinamizando la economía a nivel nacional. Esto tiene que ser superado para sostener que la economía realmente empieza a recuperarse de su estado de desaceleración. Además, hay que tener en cuenta, que puede venir en los próximos meses un Fenómeno El Niño agresivo, que puede afectar considerablemente al alicaído sector pesca, y principalmente a la agricultura, así como golpear la infraestructura. Debemos estar preparados para contrarrestar este tipo de desastres que afectan la estabilidad económica, impidiendo su avance y desarrollo. Por ello, nuestros gobernantes deben actuar con mucha sensatez e inteligencia, que se refleje en decisiones acertadas. Situación, que no la vemos en este gobierno, que empezó mal y parece que va a terminar peor. Un gobierno, económica, política y socialmente sin norte. No sabemos hacia dónde quiere llevarnos, y cuál es el modelo de sociedad y/o nación que desea construir. Ganó las elecciones en el 2011 porque tuvo la osadía de mentir. Ilusionó al pueblo con la ejecución de un proyecto denominado “La Gran Transformación”, y finalmente nos dio una “Hoja de Ruta”, sin una ruta clara y definida. Es decir, vulgarmente, nos estafó. Recibió un país con una economía en crecimiento, y nada hizo por mantener ese proceso. Es que Humala no estaba preparado para conducir un país como el que recibía, el encargo le quedó grande. No sabiendo que hacer, tomó la decisión proteccionista de aliarse con la gran empresa y el gran capital, mandando al tacho de basura la propuesta de campaña del desarrollo nacional. Por ello, con justa razón, Pedro Francke, profesor de la PUCP y magister en economía sostiene que: “No hay una política clara del presente gobierno para promover y desarrollar el mercado interno, además de fortalecer la industria nacional”. En tal sentido,  podemos decir que no hay país en el mundo que se haya desarrollado sin haber tenido sustento del desarrollo de su industria nacional, por ello no nos cansaremos de repetir la necesidad que tenemos de industrializar el país, ya que esto significa ponerle valor agregado a nuestros productos primarios. Es muy diferente exportar el cobre en bruto, que habiéndolo convertido en un tubo.

Finalmente, sostenemos, que solamente habrá recuperación económica y saldremos de este entrampamiento de desaceleración y enfriamiento cuando pisemos el acelerador de mayor dinamismo en la ejecución de los grandes proyectos de infraestructura, promoviendo con mayor fuerza –generando confianza- la inversión privada, incrementado sueldos y salarios para impulsar de esta manera una mejor distribución de la riqueza. Nuestro objetivo debe ser seguir creciendo en los próximos años, hasta convertirnos en un país desarrollado.  Los tiempos actuales apuntan al crecimiento de los países emergentes, ya que los países desarrollados están atravesando un proceso de agotamiento. Esta es nuestra oportunidad para emerger en el mundo. En nuestras manos está el futuro del país.
(*) Periodista. Analista político

miércoles, 2 de septiembre de 2015

¡DESCRÉDITO POLÍTICO!

Por: Enrique Soto Roca (*)

Según la última encuesta nacional de IPSOS, la aprobación de los principales candidatos a la presidencia de la República en las próximas elecciones cae estrepitosamente, a raíz de los informes emitidos por la policía brasilera a partir de la operación Lava Jato, esta empieza a repercutir en la política nacional, siendo los más afectados de manera inmediata Alan García, Alejandro Toledo y Ollanta Humala.

A partir de este escándalo regional, ningún político está a salvo de la evaluación negativa popular y del descrédito generalizado, llevándose la peor parte los que desean alcanzar la más alta magistratura del estado y lideran las encuestas. En tal sentido, los cuatro primeros con más opciones a ser presidente de la República, en las próximas elecciones, han caído en su aprobación entre 4 y 9%. Tal es así que Keiko Fujimori pasó de 25% a 21%, PPK bajó de 43% a 37%, Alan García cayó de 25% a 21% y Alejandro Toledo, el más golpeado descendió 9%, pasando de 27% a 18%. Esta fotografía del momento nos da la impresión que el ciudadano peruano, acentúa su descrédito en la clase política, y razones no le falta. Así mismo, esta instantánea nos permite ver que estos comicios que se avecinan serán muy reñidos, y el pueblo peruano irá a las urnas con gran desconfianza, ya que en los últimos 25 años no hay candidato que haya ganado las elecciones y les haya mentido. Ese es el referente.


Alberto Fujimori, padre de Keiko en 1990, cuando se enfrentaba a Mario Vargas Llosa, dijo que no aplicaría un “shock” a la economía peruana, y lo aplicó, haciendo saltar las lágrimas a millones amas de casa. Toledo anunció en campaña en el 2001 que de llegar a la presidencia bajaría el IGV de 18% a 16%. Sinembargo no lo hizo, muy por el contrario, con su ministro de economía PPK, lo subió de 18% a 19%, golpeando a los pequeños empresarios principalmente. Por su parte, Alan García nos vendió la idea que su gobierno acabaría con los “services”, acabando con la tercerización laboral, que maltrata al trabajador, así como revisaría de cabo a rabo el TLC con EE.UU.  Sin embargo, ya en el poder, no hizo ni lo uno ni lo otro. Igual sucedió con Ollanta Humala en el 2011, quien ilusionó el pueblo peruano con un proyecto de gobierno, denominado “La Gran Transformación”, llegando el momento se entregó a gobernar con las grandes empresas y el gran capital.

Frente a este panorama histórico de deslealtad y traiciones, ¿cómo no va a ser posible que el pueblo peruano se muestre escéptico en este proceso electoral, que empiece a acentuar su descrédito por la clase política? ¿Cómo desean que crean en sus candidatos cuando históricamente siempre fue engañado y utilizado?

Por ello, cuando PPK, recorre el país ofreciendo que bajará el IGV de 18% a 15%, y que en su gobierno, no habrá una sola familia que no tenga servicio de agua potable y alcantarillado, el pueblo peruano ya no se entusiasma y lo escucha con cautela. Es que éste señor además de tener doble nacionalidad -peruana y estadounidense-  habiendo ofrecido hace cinco años que anularía la nacionalidad norteamericana, hasta hoy no lo realiza, ha gobernado este país como ministro de estado en sucesivos gobiernos, y nunca hecho lo que ahora dice que va a realizar, cuando ya tuvo su oportunidad y no tuvo interés. ¿Cómo quiere que el pueblo peruano le crea? Lo primero que tiene que hacer es renunciar a su nacionalidad estadounidense, luego presentarse ante el pueblo peruano como candidato, para ver si le da su aprobación, para que corra en estas justas electorales, y pueda aspirar a la presidencia de la República en el 2016, antes no tiene autoridad moral para dirigirse al ciudadano peruano en busca del voto.

Por otra parte, la desesperación que tiene PPK, por llegar al sillón de Pizarro, es tan abundante, que no tiene reparo ni escrúpulos en conversar con Dios y con el diablo, asiendo subir a todo el mundo a su custer electoral. Tal es así que algunas veces se hace llamar de izquierda, y a sus seguidores les denomina camaradas, habiendo conversado en varias oportunidades con los camaradas de Patria Roja, para consolidar lazos y hacer alianzas; así mismo, ha  tocado las puertas de otras tiendas de izquierda, como la agrupación que lidera Susana Villarán, sin dejar de lado a Ciudadanos por el Cambio promovidos Salomón Lerner. Ahora está enamorando a todo el elenco que lo acompañó en el gabinete cuando era ministro de Alejandro Toledo. Viene sumando a Carlos Bruce, Rómulo Pizarro, Rudecindo Vega. Se espera la llegada de Juan Shepud. Y por la extrema derecha, quiere que se incorpore Luis Galarreta, ex congresista del PPC, sin dejar de lado sus deseos de conversar con Lourdes Flores Nano, para ver si hay una alianza con el PPC de manera oficial. Como podemos darnos cuenta no sabemos hacia dónde apunta Don Pepekausa. Hacia dónde nos quiere llevar como país, cuál es el modelo de desarrollo que nos ofrece. Sobre ello no hay nada claro, ya que hasta el momento no existe un programa de gobierno publicitado. Don PPK quiere ser presidente y punto, para qué, no lo sabemos. Esta situación es la que genera mucha desconfianza en los políticos más aún en aquellos que a última hora se aparecen en el escenario nacional ofreciendo el oro y el moro.