viernes, 31 de julio de 2015

ADIÓS A LA POLÍTICA. BIENVENIDA LA FELONÍA

Por: Enrique Soto (*)

La política peruana se ha convertido en un desmadre. Ha dejado de ser una ciencia para transformarse en una felonía. En el quehacer político nacional se transpira por sus poros podredumbre y corrupción, donde ninguna tienda política está a salvo de esta infamia, que frena el crecimiento y desarrollo de nuestros pueblos en un momento histórico decisivo en el que podemos avanzar si no existiera esta lacra.

La política se ha confundido con una asquerosa actividad delincuencial, donde el bienestar personal del “representante político” está por encima del bien común y el bienestar nacional. Por eso, Alvarez Rodrich, sostiene que estamos frente a “una clase política fallida, cuya renovación es urgente”. La República (26 de julio del 2015). Luego más adelante señala: “la política peruana se ha convertido en un centro de malandrines impresentables, desde la jerarquía superior hasta los principiantes en el oficio”. Esto expresa claramente lo mal que nos hallamos en esta actividad esencial que gobierna el destino de nuestros pueblos.


Por su parte, Daniel Abugattás, Congresista de la República, y uno de los principales promotores del nacionalismo, en sus primeros años de gobierno, olímpicamente se lava las manos como Pilatos, dando a entender: “yo no fui”. Cuando también él es responsable de esta debacle, y el hecho de decir, que abandona la política desilusionado, ya que, según sus propias palabras: “no le ve futuro a su partido ni a la clase política en general”. Sin embargo, esto no lo exime de responsabilidad, ni deja de hacerlo cómplice del pasivo que deja este gobierno, “su partido”.

Abugattás, por otro lado, tratando de salvar su pellejo, de este cataclismo de incapacidad y corrupción desbordante, afirma que “si me preguntan por (Ana) Jara o por (Daniel) Urresti, eso me suena como si me propusieran a Cantinflas o a Pinocho”. A ese nivel de bajezas ha llegado la política peruana, en el acuchillamiento por ostentar el poder.  Finalmente, dice Abugattás, que “el Perú no puede seguir con una clase política representada por el fujimorismo, Kuczynski, el toledismo, y el propio nacionalismo”. Parece muy tarde darse cuenta de esta vergonzante realidad, o es que lo hace tácticamente sabiendo que estamos a puertas de un proceso electoral, y eso de que me voy de la política es un engaña muchacho.

Como podemos darnos cuenta la actividad política en nuestro país apesta, hay que cubrirse la nariz, frente a cualquier “político”-salvo rarísimas ex cesiones- para no ser contagiados. Esto es dramático. Con razón, Claudia Cisneros señala que “la política está secuestrada por truhanes de saco y corbata”, y que es hora de recuperarla.

Lo malo es que todas las tiendas políticas –o casi todas- están comprometidas en estas malas acciones, desde la derecha pasando por el centro hasta la izquierda. Toledo está denunciado, y posiblemente sea sentenciado por corrupción, asociación ilícita para delinquir y lavado de activos. A Alan García, lo acusan de haber liberado a narcotraficantes, a través de indultos. Los famosos narco indultos. La pareja presidencial -así se le llama a la cabeza  que dirige el gobierno-, están con la soga al cuello en materia de corrupción, vinculados al hoy preso Martín Belaúnde Lossio y éste a su vez está vinculado a Orellana y al ex gobernador de Ancash César Álvarez, también presos. Tal es así que la Sra. Nadine Heredia, primera dama, está luchando denodadamente porque no le levanten su secreto bancario, ni puede hacer gala de transparencia. Por otro lado, Keiko Fujimori, tiene un pasado nefasto, vinculado a su padre Alberto Fujimori y Vladimiro Montesinos, quienes la educaron y protegieron.  Así mismo, la izquierda no se salva, Gregorio Santos, ex gobernador de Cajamarca, está privado de su libertad, se halla preso en el penal de Piedras Gordas, acusado de corrupción y asociación ilícita para delinquir.

Como podemos apreciar, nadie se salva de haber metido las manos de manera irregular en el Tesoro Público. Y haberse enriquecido a costas del erario nacional, sin haber hecho nada, o casi nada por el crecimiento económico y desarrollo nacional. Se olvidaron, para siempre del bien común y del bienestar general. Les importó un comino  la grandeza de la patria y su futuro, más les interesó el suyo propio, el de su grupo y su entorno familiar. Estos felones de la política peruana deben ser sancionados severamente, ya que nada bueno hicieron en beneficio del país. Esta clase política debe ser dada de baja. Purgarnos de esta contaminación debe ser urgente una necesidad histórica, si queremos salvar a la patria del abismo al cual éstos malhechores nos pueden precipitar.
(*) Periodista. Analista político 

domingo, 26 de julio de 2015

RUMBO AL BICENTENARIO

Por: Enrique Soto Roca (*)

Este 28 de julio celebramos el 195 aniversario de vida republicana independiente. La patria se llena de júbilo y nuestra bandera roja y blanca flamea en lo alto en todos los rincones del territorio. En costa, sierra y selva se oye, en todo momento, un solo grito: “¡Viva el Perú!”.

Es un momento trascendente, más allá de las efemérides, para reflexionar sobre nuestra historia, sobre lo que hicimos, lo que dejamos de hacer y lo que debemos hacer ahora y en el futuro. Estamos muy cerca de celebrar doscientos años de vida independiente, dos siglos de haber roto las cadenas del colonialismo, que tanto daño y sufrimiento causó a nuestros pueblos.

El 2021 debe servir para hacer un balance profundo, exhaustivo y rigoroso sobre nuestra independencia política, para lo cual debemos de prepararnos en estos seis años que nos queda.


Adiós a la dictadura, bienvenida la democracia

En 1980 empezamos una nueva etapa en el devenir histórico de nuestra patria. Después de cancelar un periodo de doce años de dictadura militar, inauguramos una incipiente democracia, que algunos sectores políticos no la aceptaron por considerarla una manifestación burguesa, que de nada serviría para resolver los problemas cruciales que padece la mayoría del pueblo peruano.

En tal sentido, surge Sendero Luminoso y el MRTA. La violencia política y terrorista empezó a ser pan de cada día. El pueblo peruano vivió cerca de veinte años acosado por dos fuegos cruzados, por un lado los que defendían el nuevo orden establecido y su incipiente y endeble democracia, y por otro lado, los que no aceptaban este nuevo régimen y querían derribarlo violentamente a cualquier costo. Al grito de “salvo el poder, todo es ilusión” hacían explotar dinamita por doquier, haciendo volar en pedazos a ciudadanos inocentes, en incruentos atentados terroristas. El pueblo vivía en zozobra, atemorizado, sin saber qué hacer.

Por su parte, los militares queriendo combatir el mal, lo empeoraban, todos eras sospechosos, y muchos inocentes eran desaparecidos, torturados y ejecutados extrajudicialmente.

La situación era incierta y la crisis económica que padecíamos nos hundía más. Vivíamos una recesión crónica, que el gobierno de Alan García, con el propósito de incrementar la demanda interna, la convirtió en una inflación desbordante. La crisis económica estaba fuera de control. El país era un caos. Nuestros mejores recursos humanos empezaron a abandonar el país en busca de mejores opciones en el mundo. Así, íbamos perdiendo a nuestros más valiosos talentos.

Es necesario recordar estas circunstancias para poderlas analizar profundamente y saber cómo hemos llegado hasta donde estamos.

El Autogolpe

En 1990 asume el gobierno Alberto Fujimori, después de haber derrotado en las urnas, en segunda vuelta, al escritor Mario Vargas Llosa. Entra con una concepción distinta de hacer política, en comparación a los regímenes anteriores. Inicia procesos de reestructuración del Estado,  y para detener la inflación galopante, dispara los precios de manera brutal: “el fujishock”, haciendo soltar las lágrimas de las amas de casa.

Con la captura de los líderes senderistas y de los altos dirigentes del MRTA, se empezó a tener cierto control de la situación, que fue aplaudida por la población.

El deterioro político del Congreso de la República, por su improductividad constante oposición a las medidas del régimen, fue aprovechado por Fujimori y su asesor Vladimiro Montesinos, para planificar su cierre e imponer una dictadura civil a través de un autogolpe. Es así como el 5 de febrero de 1992 las Fuerzas Armadas rodean el Congreso y lo toman por asalto. La operación resultó un éxito, el pueblo despolitizado apoyaba la medida, ya que consideraba a los congresistas como zánganos.

Ahí empezó la tragedia política, aunque se cuidaron de mantener una estabilidad económica. El país empezaba a recuperarse gradualmente, a pesar que la violencia política y terrorista no cesaba.

Amparados en su impunidad dictatorial, empezaron a hacer lo que les vino en gana. La imaginación y creatividad desbordante para hacer el mal del asesor Vladimiro Montesinos se puso en marcha aceleradamente. Se consideraron amos y dueños del erario nacional, y empezaron a tener en cuenta al Estado Peruano como su negocio, que tenía que brindarles alta rentabilidad.

Para acabar con el terrorismo no escatimaron esfuerzos para arrasar con los derechos humanos, violentaron el Estado de Derecho. Torturaron y ejecutaron inocentes. Implementaron los jueces sin rostro para condenar terroristas, saliéndose del marco legal. Renunciaron a los fueros internacionales. Nadie tenía derecho de fiscalizar su conducta política en la administración del Estado Peruano. Esto fue de la mano con la corrupción. La corrupción se volvió una política de Estado: “Todo se compra, todo se vende”, decía Vladimiro, más conocido como “el doctor”. El dinero del erario público se empezaron a levantar por costales. Se compraron todas las editoriales de la mayoría de medios de comunicación masiva así como se editaban pasquines diarios que colgaban en los quioscos de todo el país, para distraer la atención del ciudadano común y corriente en asuntos intrascendentes: “los psicosociales”. Es decir, se había organizado un aparato malvado, que movía los hilos desde el SIN para controlar el Estado y su nación en su conjunto, obteniendo buenos resultados durante una década. Diez años les duró el negocio del mal. Cuando quisieron continuar cinco años más, la pus brotó a borbotones. Apareció un video donde se veía que, en una sala del SIN, Vladimiro repartía a diestra y siniestra el dinero de todos los peruanos.

El régimen cayó. Hoy Vladimiro y Fujimori están presos, pero dejaron una escuela que ensucio el alma de la política peruana, y nos costará muchos años limpiarla y revertirla.

Recuperando la Democracia

Con la caída del régimen fujimontesinista se recupera nuevamente la endeble democracia y la precariedad institucional del Estado. Se instala un gobierno de transición que lo preside Valentín Paniagua. Mediante elecciones abiertas y directas, salen elegidos Alejandro Toledo: 2001-2006 y, luego, nuevamente es elegido en un segundo gobierno, Alan García: 2006-2011.

Recién en esta última fase se inició nuestro crecimiento económico sostenido y continuo durante diez años: 2003-2012, en un promedio de 6% anual. Esto significó que nuestras Reservas Internacionales Netas (RIN) hayan crecido por encima de los 60 mil millones de dólares, y hayamos acumulado en el Fondo de Estabilización Fiscal (FEF), creado en 1999, alrededor de 18 mil millones de dólares, que podrían ser utilizados en situaciones en donde necesitemos impulsar la economía.

Asimismo, la inversión extranjera directa creció de 3 mi millones de dólares en 1994 a 12 mil millones dólares durante el 2012. Nuestro Producto Bruto Interno (PBI) está alrededor de los 200 mil millones de dólares y nuestras exportaciones han crecido de manera considerable, pues se han triplicado.

Todo esto debido al boom de los precios internacionales de los minerales, que subieron considerablemente en los años de bonanza y crecimiento, ya que somos el tercer producto mundial de cobre, plata y zinc, y el sexto de oro.

Con Ollanta no pasa nada

Continuando con la reflexión por este 195 aniversario patrio de nuestra independencia, consideramos que este último gobierno de Ollanta Humala no ha realizado nada significativo para consolidar nuestra economía y, debido a su falta de capacidad para gobernar, estamos viendo que ésta se le va de las manos, no pudiendo controlar un proceso de desaceleración y/o enfriamiento económico.

Las medidas que promueve no son acertadas, por ser mediocres y poco audaces. Tenemos ingentes recursos económicos para acometer con fuerza y gran decisión, como incrementar significativamente la inversión pública, pisando el acelerador para que éstas se implementen rápidamente. Parece que las dos grandes obras de inversión que tenemos en pie, como la Línea 2 del Metro de Lima, con alrededor de 6 mil millones de dólares de inversión, y el Gaseoducto del Sur, con aproximadamente 4 mil millones de inversión, ya no son suficientes para reactivar la economía.  Esta inversión aproximada la tenemos que triplicar en los próximos dos años, debido a que tenemos un déficit de inversión de cerca de 60 mil millones de inversión en infraestructura.

Asimismo, debemos incrementar significativamente la Remuneración Mínima Vital (RMV), para dar impulso al consumo interno. Por otro parte, debemos abrir el mercado de capitales de manera agresiva a las micro y pequeña empresas, y dar impulso de esa forma a los emprendedores. Incrementar el presupuesto a los sectores educación y salud es vital pues se encuentran retraídos, creando así un mejor recurso humano, que incremente la productividad. Además, es necesario promover la investigación, para alentar la industrialización del país. Nuestros productos ya no tienen que ser exportados como simples materias primas, pongámosles valor agregado, de esa forma se incrementará la calidad y el precio.

Rumbo al 2021

Sirva pues este aniversario patrio, para meditar y ver la forma de cómo preparar al país y a nosotros mismos para llegar triunfadores al 2021. En estos seis años nuestro país tiene el reto de modernizarse y llegar como un país desarrollado a esa fecha. Esto solo va a ser posible si revertimos el proceso de desaceleración que estamos padeciendo. Somos líderes en la región, lo cual nos debe alentar a ser audaces en el manejo económico. Impulsemos lo que tenemos a mano y lo que sabemos hacer. Desarrollemos la minería con alta tecnología que no contamine el medio ambiente. Promovamos la agricultura a gran escala, con productos de gran impacto en la alimentación mundial, que son requeridos por el mercado internacional.  China e India son los nuevos y más grandes mercados del mundos, que se ubican en la cuenca del Pacifico, del cual nosotros somos parte. Saquémosle provecho a nuestra buena ubicación geopolítica.  Somos la puerta de entrada a Latinoamérica y de salida al Asia, el futuro de la humanidad. Asimismo, hay que promover el turismo y la gastronomía, evitando cometer errores descomunales, como los cometidos por este gobierno al no participar en la feria gastronómica más grande del mundo, realizada en Milán, con la concurrencia de cientos de países de todo el planeta. Esas equivocaciones son fatales, que las disculpas de un premier no las superan económicamente.  En economía de mercado, un error es aprovechado por la competencia. Asimismo, hay que impulsar el sector energético (gas natural y recursos renovables). Si dinamizamos todos estos sectores de manera estratégica, estaremos en los ojos del mundo y nos miraran con atención.

Valga pues, este aniversario patrio, para reflexionar a profundidad sobre el futuro de nuestro país, que nos permita celebrar dentro de seis años nuestros doscientos años de vida republicana independiente. Nunca más el colonialismo saqueador. “¡Viva el Perú, carajo!!:﷽﷽﷽﷽﷽﷽﷽﷽ Nunca mastores educaco de seis años nuestros doscientos años de vida republicana independiente. Nunca mastores educac”.
(*) Periodista. Analista político

SEGURIDAD PÚBLICA: SITUACIÓN LÍMITE

Por: Julio Garazatúa Vela (*)

La Seguridad Pública en el Perú se encuentra seriamente averiada. Una de las causas de ella es la inoperancia del “Sistema Nacional de Seguridad Ciudadana”, creado específicamente para contrarrestar en forma colegiada la inseguridad ciudadana en el país. Pero la realidad nos dice que ha fracasado en su objetivo, se ha convertido en un ente burocrático e inoperativo que se emplea solamente como instrumento político, para promocionar ofertas electorales de los candidatos a gobiernos nacionales, regionales y locales. Los resultados a través del tiempo así lo demuestran: desprotección total de la población; crecimiento desmedido de la delincuencia a nivel nacional; ineficacia de los gobiernos para contrarrestar los altos índices de criminalidad; desatención política del Estado y de sus Instituciones para tratar seria y técnicamente el problema de la  inseguridad; descoordinación, desorden y escasa participación de las entidades integrantes del sistema; poca efectividad en la implementación de las medidas de seguridad, etc.

Ahora bien, para reestructurar una respuesta acorde a la difícil  situación en la que nos encontramos, es necesario reconocer que hay negligencia en el tratamiento del problema, razón por la cual se  sugiere lo  siguiente: en primer lugar, desactivar el denominado “Sistema Nacional de Seguridad Ciudadana”, porque ha perdido credibilidad política y técnica en su intento de restablecer la seguridad ciudadana; tener en cuenta que la seguridad por su evolución técnica y su influencia social, se conecta con otras disciplinas sociales, y abarca nuevas áreas que hasta ayer no existían en nuestros mapas de referencia. En segundo lugar, la seguridad trasciende las actividades de las Instituciones Públicas, y aun de las entidades privadas. Supera las limitaciones impuestas por esquemas relacionados con el delito; lo cual exige nuevos enfoques interdisciplinarios e intersectoriales, para poder construir estrategias técnicamente elaboradas y exitosas en su ejecución, contra el crimen organizado y la delincuencia local y transnacional. En tercer lugar, esta nueva situación requiere mejorar la coordinación y la comunicación entre sectores y entidades relacionados al problema por resolver; y disponer a la brevedad de una legislación estricta y precisa que permita sancionar con  oportunidad los delitos que más afectan a la población.


Además, el tema de la seguridad pública debemos tratarlo desde tres aspectos básicos: el primero, se relaciona con el contexto socio-político en el que se desenvuelve, por ejemplo; los cambios más recientes en el marco legal e institucional, la evolución en las relaciones policía- población, Estado-policía y Estado-población; el crecimiento demográfico y su instalación descontrolada y no planificada en el territorio nacional; los escenarios económicos emergentes y las relaciones  Estado-empresa. El segundo, los marcos de referencia técnica a evaluar considerando la problemática propia y  las experiencias extranjeras en el tema. El tercero, la relación oferta-demanda de seguridad, tomando en cuenta las exigencias de la sociedad en su conjunto, los índices de delito, las posibilidades y limitaciones de los órganos de seguridad y justicia, y la presencia de órganos auxiliares de seguridad en el país: serenos municipales, empresas de seguridad privada, comités vecinales, rondas urbanas, etc.

Sin embargo, se sigue fallando en el planeamiento, organización y ejecución de estrategias multisectoriales  contra el delito, porque se carece de una “Política de Estado contra el Crimen” que incluya un “Sistema de prevención técnico criminal”; ello explica el constante incremento del delito, y la preocupante probabilidad de que estemos transitando por el camino equivocado en el tratamiento de este fenómeno. Ésta problemática se ha reiterado en incontables ocasiones, sin respuesta alguna, lo que evidencia una total indiferencia y desatención política por parte de los gobiernos de turno, y de las entidades responsables (Congreso de la República, Ministerio del Interior, Poder Judicial, Fiscalía de la Nación,  Ministerio de Justicia, etc.). Por un lado se pretende sorprender a la opinión pública, publicitando medidas consensuadas y colegiadas; pero en la práctica la actitud no cambia, cada quien hace lo que quiere y lo que puede; no existe liderazgo ni dirección política para enfrentar este fenómeno.

Tal es así, que existen algunos factores que alientan el auge de la delincuencia, pero que no reciben la atención debida de las Instituciones Públicas, salvo que la prensa los convierta en  asuntos mediáticos, por ejemplo: la creciente desintegración familiar, con el subsecuente “aprendizaje delincuencial” de los menores de edad en las calles; la constante frustración laboral y las bajas remuneraciones, que impiden acceder a un puesto de trabajo y obtener mejores niveles socio-económicos; la deficiente “desaprobación social” del delito; la “corrupción administrativa” generalizada y el constante “abuso de poder”; el incremento de la “delincuencia oculta” y de la impunidad del crimen organizado; la ausencia de disposiciones legales eficaces sobre el “producto del delito”; la casi inexistente detección anticipada del crimen, y la carencia de estrategias para frenar su incremento; la contradictoria difusión de mensajes de los medios de comunicación, por un lado, la escasa información sobre logros anticrimen y orientación sobre seguridad ciudadana, y por el otro, la masiva difusión de noticias sobre crimen, delito y violencia, entre otros.

Estos y otros factores, deben ser necesariamente tomados en cuenta en la elaboración de una “Política Nacional Contra el Crimen”, y en el  “Sistema de Prevención contra el Delito”, instrumentos que deben mantener continuidad (que trascienda a los gobiernos) y estar legal y políticamente respaldados; sin embargo, se continúa apoyándose únicamente en medidas coyunturales, como las supuestas “políticas de seguridad”, o  de “tratamiento penitenciario”, etc., que nadie conoce, por ende, nadie las implementa. De continuar con estos errores, podríamos agravar nuestros problemas de inseguridad, replicando experiencias nefastas que afrontan otros países, tales como: “justicia por mano propia”, “corrupción gubernamental”, “zonas liberadas por el crimen organizado”, “levantamientos populares”, etc. Ello, con el incomprendido y solitario esfuerzo de la policía nacional para contrarrestar el desorden y la delincuencia galopante, la cual ajena a los vaivenes políticos del momento, se ve obligada  por la “fuerza” y algunas veces cometiendo “excesos de función”, a restablecer una situación inestable que debió moderarse y controlarse oportunamente por la vía del “diálogo político” y de la “educación preventiva”.

Todo lo descrito acontece lamentablemente, cuando la inoperancia, la desaprensión y la corrupción, elevan las tasas de delincuencia a niveles socialmente intolerables, con la tácita aceptación e indiferencia de los “partidos y movimientos políticos” y de los Poderes del Estado; quienes se encuentran “entretenidos” en sus problemas partidarios y “acusaciones mutuas”, pensando quizás en asegurar “cuotas de poder” en las próximas elecciones. 
(*) Crnel. PNP (r)  

viernes, 3 de julio de 2015

¿INCERTIDUMBRE ECONÓMICA?

NO EXISTE CONFIANZA EN AGENTES ECONÓMICOS

Por: Enrique Soto Roca (*)

El próximo 28 de julio el presidente Ollanta Humala dará su quinto y último mensaje a la nación en medio de un mar de dificultades de carácter político y económico en el que está inmerso el país. ¿Cuál será su evaluación? ¿Qué nos dirá por última vez de manera oficial? ¿Hará un mea culpa de los errores e imprudencias graves cometidas por su gobierno, o sólo exaltará los aciertos pasajeros obtenidos ocasionalmente?

El mensaje por fiestas patrias, lo recibirá la ciudadanía, en medio de un clima electoral que ha empezado a calentarse con enfrentamientos calculados entre el poder ejecutivo y el legislativo, tratando con mucha maña de dañarse mutuamente la imagen ante todos los electores. Mientras tanto, la delincuencia descontrolada hace presa de la población indefensa; la economía sigue desacelerada, no existe confianza en los agentes económicos, que promueven la inversión privada directa, garantía inmediata de reactivación, así como la corrupción campea por doquier, poniendo en jaque la estabilidad democrática.



Facultades legislativas al  Ejecutivo

En medio de ésta vorágine, la oposición atrincherada en el Congreso cedió en otorgar facultades legislativas al ejecutivo por 90 días y no por 120 como era solicitada, después que logró el desafuero de un parlamentario protegido por el oficialismo y que había sido condenado por el Poder Judicial.

Las facultades fueron priorizadas en el ámbito de la reactivación económica y la lucha contra la delincuencia, temas neurálgicos que la ciudadanía exige sean resueltos de manera inmediata, para generar estabilidad institucional en el sistema.

Impulsar la inversión

A pesar que el INEI anunció el crecimiento del PBI de abril en 4.25%, la tasa de crecimiento más alta de los últimos doce meses, esto no es suficiente para sentirnos satisfechos y cantar victoria, creyendo a ciencia cierta que ya empezó la reactivación económica. Esto no es así. No caigamos en el optimismo desaforado, y seamos más profundos en el análisis para evitar serias frustraciones.

Este resultado se daría principalmente por el buen comportamiento de la producción del sector minería e hidrocarburos que habría crecido 9.3%  en ese mismo mes y se espera para el 2015, que solo la minería crezca 8%. Esperemos por el bien del país que esto suceda. Según el BCR, a través de sus estudios económicos resume que la proyección del crecimiento del PBI se basa en 3 pilares, uno es la recuperación de la actividad primaria, llámese minería, pesca o agricultura, entre otras y los otros dos son: la inversión pública y la inversión privada. Estos tres factores tienen que empezar a crecer de manera sostenida algo que todavía no sucede, por lo que la situación no está aún clara. Pero para que ello suceda es necesario tomar medidas, por lo que el gobierno debe implementar políticas audaces de reactivación económica y desarrollo nacional, como agilizar el despliegue de las inversiones como la relacionada con las obras por impuesto, así como desburocratizar y simplificar los trámites para facilitar la inversión privada.

¡Hagamos industria! 

En esa misma dirección es muy importante el desarrollo y la promoción de la industria. Ponerle valor agregado a nuestros productos primarios es sumamente importante. Su transformación es imprescindible, ya que eleva su calidad y precio. En tal sentido es trascendental lo planteado por el Ministerio de la Producción, en torno a la implementación de parques industriales. Y no solamente crearlos, sino darles de manera sostenida el impulso necesario, fortaleciendo el recurso humano vía capacitación y profesionalización y abriendo el mercado de capitales para que estos sectores emergentes tengan acceso.

La situación económica de desaceleración por la que estamos atravesando es bastante delicada. Y los estragos que esto produce ya empiezan a sentirse, en estos últimos meses ha crecido el desempleo. Sintiéndose con mayor fuerza en mayo y junio. Así como la inflación empieza aparecer de manera amenazante. Algunos precios han subido inescrupulosamente a partir de la especulación, como el gas y la gasolina, a pesar de ser productores en el primer caso y habiendo caído en un 50% los precios internacionales en el segundo caso. Esto a pesar de estar dentro de un libre mercado, habría que ver la manera de regularlo. Sin embargo, debemos señalar que es mejor una inflación controlada a una recesión.

Por otra parte, pone los pelos de  punta al ciudadano común, la  subida del tipo de cambio, a pesar que el BCR realiza esfuerzos descomunales por mantenerlo en raya, este logra escapársele. En tal sentido, la política de desdolarización nos parece acertada. Incentivar el crédito en soles es algo oportuno. Es de suma importancia controlar el tipo de cambio, ya que su incremento repercute en la inflación.

A pesar del optimismo puesto de manifiesto por Julio Velarde, presidente del BCR y Alonso Segura, Ministro de Economía, la situación no es tan alentadora en el sentido de que no se logra convencer a los agentes económicos que participan en la producción. Ellos expresan a través de sus acciones una gran desconfianza, por lo que la inversión privada ha caído considerablemente, y se irá recuperando gradualmente, muy lentamente dentro de nuestra modesta opinión, según como se mueva la marea, hay que tener en consideración que entramos, cada vez con mayor fuerza, a un proceso electoral, para elegir al nuevo presidente, y a la nueva representación nacional en el Congreso. Esta coyuntura siempre genera “compás de espera”. Por más que se diga que “en la arena política, no percibimos un riesgo significativo para las próximas elecciones presidenciales 2016, toda vez  que los potenciales candidatos con posibilidades para ganar, de acuerdo a las encuestas de opinión, mantendrían políticas económicas amigables con el mercado” Fernando Iberico. Gestión 18/6/2015. En política nada está dicho y todo puede suceder, aún en el último momento.

Promovamos el diálogo

Por ello es necesario promover y mantener una política de diálogo, que se había instalado con el nombramiento del nuevo Presidente del Consejo de Ministros, Pedro Cateriano, pero que en el camino parece querer deteriorarse. Eso debe ser recuperado. Habiéndose superado los impases –producto de una lucha democrática- las relaciones entre oficialismo y oposición deben normalizarse y coordinar acciones conjuntas, como los Poderes del Estado, en aras de criterios comunes en beneficio de las grandes mayorías.

La incertidumbre que existe en los inversionistas nacionales y/o extranjeros debe ser superada con actitudes racionales de gobierno que inspiren confianza y disminuyan el ruido político tal como lo solicitó el presidente de CONFIEP, que tanto daño hace a la reactivación económica.

Por otro lado, hay que tener cuidado en la confianza económica expresada por los consumidores en Lima de los sectores sociales C, D y E, según informe de Apoyo Consultoría, ya que ellos sostienen su economía doméstica en base a sistemas de crédito apoyado en tarjetas. Hay que ver hasta qué punto hay equilibrio entre sus ingresos y sus egresos. Si  no hay déficit acumulado, que en algún momento revienta y se vuelve un moroso insolvente. En los últimos meses la morosidad en créditos de consumo –cuyas tasas de intereses son altos- se ha incrementado significativamente, en tal sentido las financieras proyectan en los próximos meses condonar un 20% de las deudas de manera global para estabilizar el mercado, ya que su soporte son los altos intereses que cobran y muchas veces el usuario ni cuenta se da, o no  le da importancia del impacto que este tiene en su economía doméstica.