martes, 26 de mayo de 2015

¿QUIÉN SERÁ EL NUEVO PRESIDENTE?

Por: Enrique Soto Roca (*)

Debido a la falta de liderazgo e incapacidad por parte de nuestros gobernantes para resolver y enfrentar acertadamente los continuos actos de corrupción y violencia desbordada, el ciudadano de a pie se pregunta con insistencia, en medio de una campaña política electoral que ya empezó: ¿Quién será el nuevo presidente? Sin atreverse a responder tan desafiante interrogante.

Después de una lucha denodada y sin cuartel, que desarrolló nuestro pueblo, recuperamos la democracia en el 2001, instalando un gobierno de transición presidido por el ilustre ciudadano Valentín Paniagua. En 1990 caímos en manos de una mafia, que en 1992 se convirtió en una tiranía, que tuvo la audacia de “disolver” el Congreso de la República y modificar sustancialmente la Constitución Política del estado, promulgada a través de una Asamblea Constituyente. Fuimos vilmente engañados y traicionados, por una mafia corrupta, más conocida como el fujimontesinismo.



En el 2001, es ungido como nuevo presidente constitucional democráticamente elegido Alejandro Toledo. Renace la democracia en nuestro país y empieza el proceso de consolidación de nuestra economía, que había devastada. Siguiendo los cánones democráticos Alejandro Toledo se releva con Alan García, representante del PAP en el 2006, que por segunda vez llega a palacio con un espíritu de rectificación, ya que su primer gobierno fue un desastre, que es atribuido  a su falta de experiencia y a su juventud.

En el 2011, Alan García le pasa la posta al Comandante EP (r) Ollanta Humala, quien asume el mando y dirección del estado peruano, después de haber derrotado electoralmente a Keiko Fujimori en segunda vuelta. Volvimos a ser engañados.

Después de promocionarse en todo el país con una postura de centro izquierda, y de incorporar a grandes sectores progresistas en su movimiento, da un giro espectacular hacia el centro-derecha y desembarca a las huestes de izquierda que lo apoyaban una vez que llegó al poder. Es decir, después de promover y crear grandes expectativas en la población con su proyecto “La Gran Transformación”, que era popular, progresista y desarrollista, aparece con su “Hoja de Ruta”, una propuesta mediatizada y sin mayores alcances, en función de las grandes reformas que el país exigía. Todo esto hoy le pasa la factura. Conga y Tía María son producto de esta farsa. El desborde popular es producto de las insensateces de este gobierno que no fue coherente con la población que hoy le reclama. Estamos a un año aproximadamente, de cambio de mando, en la que todos los ciudadanos peruanos nos aprestamos a elegir al nuevo presidente. Empezamos a vivir un clima electoral y/a revivir todas las mentiras y demagogias que algunos candidatos nos manifiestan con el fin de lograr su objetivo. A quince años de experiencia democrática el ciudadano peruano, se ha vuelto más consiente a la hora de emitir su voto y por consiguiente actuará con más criterio y responsabilidad.

Sin embargo, por otra parte, queremos saber que opciones tenemos para elegir al nuevo presidente y cuál es su consistencia para ser reconocido como candidato, ya que reza la frase bíblica: “Muchos serán los llamados pero pocos los elegidos”.   Tener en cuenta que algunos consideran que el país se encamina hacia un narco estado, como el mejicano. Esto debido a los ingentes recursos económicos y financieros que este ilícito negocio mueve en el país y que puede comprar partidos políticos completos.

Según CPI, Keiko Fujimori, PPK y Alan García son los candidatos favoritos a través de la opinión pública, en las próximas elecciones presidenciales. Es decir más de lo mismo. En tres décadas de quehacer político nacional no hay renovación. Ni en la derecha, ni en la izquierda, menos en el centro. Los mismos caudillos de siempre enquistados en sus capillas. ¿En verdad, esto es todo lo que nos ofrece el menú electoral próximo? Sí y sólo sí nosotros lo aceptemos, hay otras opciones que podrían ir creciendo en la medida que los ciudadanos lo promovamos y luchemos denodadamente contra los grandes medios de comunicación masiva en un desafiante “boca a boca”, algo que parece imposible pero que puede dar sus frutos.

Sin embargo, es bueno aclarar: Keiko no presenta nada nuevo para atraer al elector salvo la excarcelación de su padre, preso por el delito de lesa humanidad. Alan García, aparte de poder consolidar el desarrollo económico, podría aprovechar estratégicamente, para relanzar el partido, ya que es uno de los más organizados que tenemos en el país. La actitud de haber hecho participar a todos los ciudadanos para elegir a los dirigentes regionales del partido es algo encomiable. PPK es un vocero conservador y de extrema derecha, que no va a dudar en dar mejoras al gran capital. Eso de declararse de centro izquierda, es una mentira más que los ciudadanos estamos acostumbrados a escuchar de los políticos tradicionales. No sé con qué criterio el Partido Comunista-Patria Roja se ha reunido con PPK, es que han creído eso de llamar a sus seguidores “camaradas”. PPK no es nuevo en gestión pública. Recordemos que fue ministro de estado hace más de 30 años.

Por otra parte, sostenemos que el panorama electoral que estamos viviendo no se muestra aún nítido. Aún tiene sus nubarrones y sus neblinazos. No sabemos el rol que van a jugar los seguidores de Humala organizados en el Partido Nacionalista, que están atravesando una de sus peores crisis intestinas, en la que no se sabe si Ana María Solórzano, Ana Jara y/o Daniel Urresti, los representarán como candidatos a la presidencia. Todos están moviéndose con premura en pos del poder, pero la pareja presidencial está minada, y son poquísimas las opciones de triunfo.

Los sectores minoritarios como Perú Posible tiene a un Alejandro Toledo en la picota. Semi muerto, por el caso Ecoteva. PPC no tiene mayor fuerza que en Lima, y aquí se reduce al distrito de San Isidro. No da más. El pastor Lay va a hacer un esfuerzo descomunal por lanzar su iglesia al ruedo electoral. Esperamos que Dios lo coja confesado. Y la izquierda puede ser una opción, siempre y cuando sea pragmática y menos ideologizada y lance un candidato de consenso y de manera unitaria impulse un Programa Único de Gobierno: Gregorio Santos, hoy preso en Piedras Gordas, Marco Arana y/o Verónica Mendoza, pueden ser candidatos de consenso.

Sin embargo, el proceso electoral amenaza ser desproporcionado, con una fuerte carga de polarización, donde el más fuerte tratará de imponerse en función de su poder financiero. En eso hay que tener mucho cuidado. De nosotros depende elegir al más apto.  
(*) Periodista. Analista Político

POLICIA NACIONAL: SIN BAJAR LA GUARDIA

Por: Julio Garazatúa Vela (*)

El diario El Comercio del 13 de Abril 2015, informa: “que un nuevo escándalo ha remecido la estructura de la institución policial”. Se trata de una “intervención incorrecta”, por parte de dos suboficiales que prestan servicios en el Escuadrón de Emergencia del distrito de Surquillo; quienes se llevaron un vehículo estacionado a pocos metros de la vivienda del dueño. Este hecho fue grabado por las cámaras de seguridad de la Municipalidad de San Isidro.

En la edición del 24 de Abril 2015, el diario La República resalta: que policía “siembra” arma punzocortante a manifestante que protestaba contra el Proyecto “Tía María” en la Región Arequipa (Islay). Refiere que mientras un grupo de policías escoltaba a un agricultor detenido, un agente policial se acerca al detenido y le coloca en la mano un objeto punzocortante.

El diario “SudaméricaHoy” informa: que el Inspector General del Ministerio del Interior manifiesta, que en el año 2014 fueron retirados de la Institución Policial por medida disciplinaria 214 policías (21 oficiales y 193 suboficiales); de ellos, 140 fueron recluidos en penales comunes y centros de detención policial, por estar involucrados en delitos diversos.


Estas y otras informaciones similares nos dicen, que el personal policial enfrenta un serio problema de inconducta personal y funcional; pero también nos dice, que es el momento de hacer cambios estructurales para no seguir manchando la imagen de la institución policial, ni mancillar la dignidad y el honor de los buenos policías que son la mayoría. Pero el cambio que se exige, no debe sustentarse solamente en los acostumbrados “pases al retiro” de cientos de oficiales de diversos grados, sin ningún criterio técnico, apelando a las “invitaciones por renovación” que la ley faculta; tampoco abusar de la reiteradas “reorganizaciones” policiales, que siempre han sido un fracaso, porque al parecer los gobiernos de turno lo emplean simplemente para acallar la coyuntura de inseguridad del momento.

Se ha perdido tiempo y gastado miles de soles sin resultado alguno en estos llamados procesos de “reorganización “de la Policía Nacional, porque se continúa fallando en la base misma del cambio: el perfil del policía. El hombre es la pieza fundamental en toda organización, más aún cuando se trata de una institución cuya historia está íntimamente ligada a la historia del Estado y de la sociedad peruana. El policía protege al pueblo, mantiene el orden público y social del cual es parte intrínseca, y ofrece una ayuda constante a la población más vulnerable, sostiene los valores democráticos de justicia, igualdad y lealtad; y  en las distintas etapas de su historia, sus integrantes han tenido y tienen intervenciones connotadas de heroísmo y entrega de la propia vida.

Además, hay otros aspectos legales que es conveniente corregir, para coadyuvar al cambio que la Institución Policial necesita, por ejemplo: La Ley Orgánica de la Policía Nacional en su Título III-Capitulo II-Articulo 12, inciso 12.2; expresa: que la Policía Nacional está al mando de un Director General designado por el Presidente de la República, entre uno de los Tenientes Generales en situación de actividad. Este dispositivo quiebra la línea de sucesión por antigüedad para acceder al cargo de Director General; politiza al comando policial, e hipoteca la lealtad institucional a los intereses políticos de turno.

Asimismo, en su Capítulo III-Régimen Económico-Articulo 51-inciso1, dice: “La Policía Nacional, previa autorización del titular del sector, podrá celebrar convenios para la prestación individualizada o localizada de servicios rentados de naturaleza particular”. Esta disposición convierte al policía en un mercenario de la seguridad, porque oferta su autoridad y su atribución funcional a intereses privados, lo que deteriora su dignidad personal y profesional y desvirtúa el principio constitucional de servicio a la sociedad.

Entonces, nos preguntamos: ¿Cómo reconstruir una institución policial actualmente cuestionada y criticada, para que responda a las necesidades del Estado y de la sociedad peruana de este nuevo siglo? Ello supone en primer lugar, investigar su actual situación, sus contradicciones, sus límites, sus posibilidades, etc. Por ejemplo: debemos evaluar si la preparación de los policías es la más óptima, sino lo fuera, urge perfeccionarla. Si el proceso de selección y admisión son inadecuados, es imprescindible mejorarlos. Si las fases de formación y capacitación son ineficientes, es necesario optimizarlos. Si las remuneraciones son insuficientes, deben ser aumentadas, acorde a la naturaleza de su función. Si la legislación policial es imperfecta, es necesario corregirla, para potenciar el proceso de formación y los sistemas de control. No encarar seriamente estos y otros problemas que subyacen lacerantes en la Institución Policial, es continuar con este tipo de comportamientos ilícitos, que se repiten cada vez con más frecuencia.

Pero este proceso de reconstrucción institucional también supone, que el ansiado cambio policial no se logrará en breve plazo, es un proceso que requiere tiempo y continuidad; cambio que debe ser tratado desde dos puntos de vista: la policía como  institución del Estado encargada de una finalidad constitucional; y la policía como “corporación”, como un cuerpo vivo integrado por personas, responsables de lograr esa finalidad constitucional. Los gobiernos,  la “clase política” y la sociedad en general, deben entender que además de las condiciones arriba descritas, y otras que pueden sugerirse; es “imprescindible” que exista la voluntad política para alcanzar el modelo policial que aspiramos como sociedad.
(*) Crnel. PNP (r)

lunes, 18 de mayo de 2015

¿REPUNTE EN EL SEGUNDO SEMESTRE?

Por: Enrique Soto

Poniendo en movimiento dos ejes claves de la actividad económica del país, como son: la inversión y el gasto público, esta despegará inmediatamente. Se espera que esto suceda, con un repunte en el segundo semestre del año, según lo anunció el Ministro de Economía y Finanzas, Alonso Segura, en una exposición realizada a fines del mes pasado en la Cámara de Comercio de Lima.

Por lo tanto, no debemos preocuparnos demasiado por el bajísimo crecimiento del primer trimestre –nos han dicho- ni tener muchas expectativas en el segundo. Toda la apuesta se está depositando en el próximo semestre que arranca en julio, inicio del último año del gobierno “nacionalista” del comandante Ollanta Humala.

La proyección es sustentada, según los tecnócratas del MEF, por la firme recuperación de la pesca y la minería, ya que según el Marco Macroeconómico Multianual presentado, la actividad económica cerrará el año entre 3.5% y 4.5% con una estimación puntual de 4.2%. Reforzando su pronóstico con la mayor captura de la anchoveta que se habría registrado en abril último. Elena Conterno, presidenta de la Sociedad Nacional de Pesquería, aseguró que en ese mes se capturó el 54% de la cuota. Asimismo se cree que la minería vendría mejor debido a la mayor producción de cobre que registrarían Toromocho y Antamina, así como a la recuperación de su precio en el mercado internacional.

En lo que se refiere a la Inversión Pública, el MEF confía que darán dinamismo a la economía alicaída la ejecución de tres megaproyectos como son: La Línea 2 del Metro, la modernización de la Refinería de Talara y el Gasoducto del Sur.

Este panorama optimista y positivo se vería favorecido en el mundo global si la desaceleración de China no es mayor a la esperada, ya que por el lado de la recuperación de la economía norteamericana esta no es muy contundente, sólida y sostenida, por lo tanto se espera un ajuste pronto de las tasas de interés. Esto nos daría tranquilidad en el control de nuestro tipo de cambio, que por algunas semanas, debido a procesos especulativos parecía que se nos iba de las manos, por lo que el Banco Central de Reserva, tuvo que trabajar con mucho rigor para estabilizarlo, vendiendo gran cantidad del billete verde.

Reforzando esta postura, Julio Velarde, presidente del BCR ha señalado debe pensarse más en el futuro y menos en la coyuntura. Y queriendo trasmitir un gran optimismo al empresariado y a la población que se mantiene escéptica y en ascuas, sostiene que sobre los precios de los commodities no se puede afirmar abiertamente que el “superciclo” finalizó, sin desconocer que en los próximos cuatro años las cotizaciones se mantendrán estables o bajarán ligeramente. Y anuncia que el Perú duplicará su producción de cobre en los próximos cuatro años.

Por otro lado, para asegurar el inicio del dinamismo de la economía, que se halla estancada, el MEF en coordinación con el Ministerio de Transporte y Comunicaciones (MTC), licitará 16 corredores viales desde junio próximo –¿inaugurando el repunte económico del segundo semestre?- que implicarían una inversión cercana a los 4 mil millones de nuevos soles.

Sin embargo, como dice el dicho: Todo lo que brilla no es oro. Y en honor a la verdad podemos decir que el gobierno de turno y todos sus principales funcionarios han perdido confianza y credibilidad ante el empresariado honesto y trabajador así como ante la población. Y hechos políticos y sociales no faltan que sustente esta postura de mantenerse en guardia. “Ver para creer” parecen decir.

A pesar que esta proyección esgrimida por el oficialismo podría estar en una orientación correcta y acertada, eso no es suficiente para que las cosas sucedan. La economía no está al margen de las decisiones políticas y el desarrollo social. Las tres actividades tienen que ir de la mano en busca del bien común, que no es otra cosa que el bienestar general. Y esto no se va visto en cerca de cuatro años de gobierno y la mayoría de los ciudadanos no cree que se vea este deseo faltándole tan sólo quince meses para que culmine su mandato.


La desconfianza de la ciudadanía en general es abrumadora. Y esto se manifiesta en los conflictos sociales que se desatan al interior del país, siendo uno de los más emblemáticos el de Tía María en Arequipa, por el salvajismo y barbarie desatada por ambos bandos, que tratan de salirse con la suya, desoyendo el clamor popular de todos los peruanos, dejando de lado la verdadera postura civilizada de diálogo que debe prevalecer. El estado, como institución parece haber perdido el control sobre la jurisdicción. Algo verdaderamente incomprensible.

Estas situaciones desincentivan el desarrollo y el crecimiento económico, ahuyentan el turismo, alejando la inversión privada, contrayendo el consumo. ¿Creen que así vamos  a poder recuperarnos como lo viene proyectando el MEF?
Como podemos darnos cuenta la situación es más compleja. Y no es solamente cuestión de Producto Bruto Interno y cifras macroeconómicas en azul. Eso fue en épocas del Liberalismo a ultranza, donde el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial imponían sus condiciones radicales para apoyar economías pobres en el mundo, manteniéndolos en extremos estados de austeridad, ahora esas medidas generan rebelión (léase Grecia), porque no son las más correctas para avanzar y salir del atolladero, ni EE.UU. lo aplicó cuando cayó en su última crisis financiera el 2008, cuando se desplomó su economía, sino que le inyectó ingentes recursos para recuperarla, sin hacer sufrir a su población.

En nuestro país en más de 10 años de crecimiento continuo, no ha habido una redistribución justa de la riqueza. Se calcula que del 100%, el 80% ha ido al bolsillo de un 20%, y el 20% ha caído en la mesa del 80% que han respaldado la producción. Esto es un reparto injusto, de allí los estados de inestabilidad social. Un referente de lo señalado, es la Remuneración Mínima Vital (RMV), la más baja de la región. Esta de manera inmediata debe ser incrementada significativamente. A pesar que muchos que representan intereses creados digan que ello puede ser peligroso para el crecimiento del país, por su abundante informalidad. La verdad es que este mes el Consejo Nacional del Trabajo se ha reunido para ver y analizar un nuevo reajuste, se volverán a reunir el próximo mes para señalar el monto. Esto es  sumamente importante, porque se podrá poner de esta manera más recursos en bolsillos de los trabajadores, generándoles una mayor calidad de vida, para él y los suyos y moviendo de esta manera el consumo interno, fortaleciéndose nuestras estructuras internas de mercado.

Por lo tanto, si el gobierno de turno quiere terminar relativamente bien su gestión de 5 años, tiene que trabajar duro, tratando de recuperar la confianza y la credibilidad perdida, enfocándose en el quehacer gubernamental sin estar distrayéndose como volver a participar en el próximo proceso electoral, porque ello le puede empeorar su maltrecha situación.

Asimismo, preocuparse para que toda la inversión pública que dicen se va a implementar, se ejecute lo más rápido posible, y las obras avancen a marcha forzada. Tienen que poner a sus mejores hombres –si en caso los tiene- en la vanguardia. El tiempo les juega en contra, pero ojalá soplen vientos a su favor por el bien del país y de los 32 millones de conciudadanos.