miércoles, 9 de diciembre de 2015

CADE 2015: RETOS Y DESAFÍOS

Por: Enrique Soto Roca

La Conferencia Anual de Ejecutivos (CADE 2015), organizada por el Instituto Peruano de Administración de Empresas (IPAE), clausuró su magno evento, la semana pasada, con la participación de los cinco candidatos a la Presidencia de la República, que lideran la intención de voto, según las últimas encuestas. Este acontecimiento conmocionó a la opinión pública, generando gran expectativa en la ciudadanía, creyendo que se iban a exponer la esencia y de manera condensada -debido a las limitaciones del tiempo- los planes de gobierno, de las organizaciones políticas a las cuales representan. Sin embargo, no fue así, ya que los candidatos invitados sólo se limitaron a sugerir algunas cosas sueltas para contrarrestar los  males que aquejan a las grandes mayorías  de la población peruana, como son la desaceleración económica, enfriamiento que nos podría hacer perder todo lo ganado en más de una década de crecimiento continuo; la seguridad ciudadana, tampoco estuvo presente con una exposición rigurosa y coherente ,a pesar que la delincuencia sigue creciendo aceleradamente; tampoco, se dijo nada profundo acerca de cómo se va a enfrentar la corrupción institucionalizada que padecemos; ni en qué va a consistir la inversión pública en infraestructura, en los próximos cinco años, para lograr modernizar el país, y lograr ser más competitivos en el mercado global. Temas  delicados y de gran envergadura, que exigen, de parte de nuestros futuros gobernantes, una respuesta profunda y coherente que permita acabar con estos males.


El líder de Perú Posible, Alejandro Toledo, sólo se limitó a decir que incrementará los salarios en el sector público, observando solamente el árbol  y no todo el bosque, asimismo, sostuvo que pondrá énfasis en diversificar el crecimiento económico, sin explicar ni dar mayores alcances en qué consistirá ese “énfasis”, finalmente, señaló que “hay que matar la inseguridad ciudadana”, sin dar cuenta cómo lo va hacer, ya que formando un grupo de élite, como lo anuncia, creemos, que con solo esa medida, es imposible erradicar la delincuencia.

Por su parte, Keiko Fujimori, representante de Fuerza Popular, anunció un “boom de inversiones públicas”, tomando los 10 mil millones de dólares que se tiene del Fondo de Estabilización Fiscal, sin percatarse que esa  inversión sería insuficiente para modernizar el país, y hacerlo más competitivo en el concierto internacional, ya que necesitamos, para ponernos al día, según los entendidos en modernización de infraestructura, para los próximos cinco años, alrededor de 60 mil millones de dólares, ya que tenemos un retraso de más de dos décadas. Asimismo ofreció, a grandes rasgos, un programa de incentivos tributarios y de formalización para las micro y pequeñas empresas.

Por otro lado, Cesar Acuña, de Alianza para el Progreso, concentró su atención en criticar los conceptos neoliberales del crecimiento económico que –según sostuvo- apunta a beneficiar sólo a unas cuantas manos. Y anunció que el reto es crecer de manera sostenida durante las próximas dos décadas. Asimismo, manifestó que no quiere un Estado mercantilista, sino moderno, para lo cual anunció un proceso de reforma del Estado, sin dar mayores detalles, ni explicando la forma cómo lo va hacer. Fue una gran sorpresa para los todos empresarios asistentes, como para el conjunto de la ciudadanía que seguía a través de los medios los detalles del evento en Paracas, la declaración de que en su gobierno de construirá un tren bala, que unirá Tumbes y Tacna. No dio mayores alcances de tan colosal obra, ni los fondos de su financiamiento.

Pedro  Pablo Kuczynski, de Peruanos por el Kambio, cuando le llegó su turno, se movió como pez en el agua, estaba en su hábitat, por no decir en su cancha, con un entorno empresarial que lo aplaudía y lo impulsaba. En su intervención, manifestó su compromiso de reducir los niveles de pobreza, mejorar los servicios de salud, tener óptimos resultados en educación, así como conseguir una mayor conectividad de internet en el país. Dentro de la generalidades  que mencionó, sostuvo la necesidad de “refundar el país”, indicando que no podemos seguir con un Poder Judicial y un Consejo Nacional de la Magistratura “que son opacos y que mucha gente piensa que son corruptos”. En otro momento puso énfasis en la informalidad empresarial, señalando que hay demasiados impuestos, señalando que su gobierno, en caso salga elegido, dará facilidades para que las empresas se formalicen. Es decir, si la pyme se formaliza le daremos un impuesto bajo de 10% en 10 años-dijo. Finalmente, consideró que el Impuesto General a las Ventas (IGV) es muy alto y propuso su reducción de 18% a 15%.

Alan García, candidato, por cuarta vez, y dos veces elegido presidente, por el APRA, no se quedó atrás en manejo de escenario, expresando sus cualidades histriónicas y de liderazgo, ingresó al evento saludando a diestra y siniestra. Cuando le tocó exponer, sostuvo enfáticamente, con un gran convencimiento, que se puede recuperar la senda del crecimiento económico que tuvo en su segundo gobierno y volver a crecer a tasas del 6% “y algo más”, dijo, muy seguro. Ofreció, asimismo, reducir la pobreza a menos del 10%. Señalando, que no era un vendedor de ilusiones, porque tiene experiencia, anunció  que Luis Carranza, sería su ministro de Economía. Y solicitó, gane quien gane en los próximos comicios, declarar en emergencia la Inversión Privada y el empleo, poniéndose a disposición para servir al país.

Como podemos darnos cuenta las exposiciones de los principales candidatos, según las empresas encuestadoras, en este gran foro empresarial, no pasaron de meras generalidades, perdiéndose una gran oportunidad, de ilustrar al ciudadano de los principales programas de gobierno, que se pretenden implementar en los próximos cinco años, antesala de la conmemoración del Bicentenario de vida republicana independiente. En tal sentido, el editorial del diario La República (6 de diciembre del 2015) refiriéndose a estas exposiciones, señala: “Lamentablemente, las propuestas no ha venido acompañadas de detalles, especialmente de los instrumentos de política para hacer que el gasto del Estado sea más expeditivo y de calidad”. Para más adelante nuevamente afirmar: “Es lamentable que, por ejemplo, la candidata de fujimorismo no pudiera explicar cómo se financiará el auge de la infraestructura, que PPK y Toledo no señalaran una propuesta concreta respecto al futuro de las AFP, que García no respondiera que tasa actual afectaría la distribución del canon comunal que propone y que Acuña omitiera explicar que hará para desburocratizar el Estado”.

En tal sentido, con un criterio de responsabilidad, es necesario que la ciudadanía, que acudirá a las urnas el 4 de abril, para elegir al nuevo Presidente Constitucional de la República, siga presionando para que se transparenten los programas de gobierno y se expongan abiertamente ante el pueblo. Así como se siga impulsando, de manera alturada, el debate y la sana confrontación de ideas, para que a partir de ese ejercicio nazcan las soluciones a nuestros más acuciantes problemas. Debemos promover la necesidad histórica de que cada vez aumente el número de ciudadanos preocupados por el futuro de nuestro país, principalmente la juventud, que serán los que lleven el estandarte del desarrollo de la nación, en tal sentido, no debemos tener temor de involucrarnos en el quehacer político, actividad que rige el gobierno y la organización de los pueblos, a pesar que ahora está muy venida a menos, por haber caído en manos de unos facinerosos, de la cual tenemos que liberarla, para ponerla al servicio de la satisfacción de las grandes necesidades del país.

Estamos viviendo una coyuntura electoral, que debe servirnos para afirmar la endeble democracia que experimentamos, de manera ininterrumpida desde hace 15 años, esta situación debe orientarnos al fortalecimiento de nuestras instituciones, viéndonos en la necesidad de impulsar reformas institucionales, que consoliden la gobernabilidad y la estabilidad democrática. En tal sentido, una de las principales instituciones que debe ser reformada, de manera profunda, es el Poder Judicial. Ya que es imposible que una sociedad avance, si no resuelve de fondo el sentido de justicia, y el actual poder judicial, para el 93% de la población no cumple este objetivo, al estar infectado, casi en su totalidad por la corrupción, viéndonos en la obligación de demolerlo, y volver a levantar una nueva institución, moderna, con solvencia moral y elevados principios.

Este 4 de abril, todos los ciudadanos peruanos, estamos en la obligación de acudir a las urnas y emitir un voto consciente, que impulse y fortalezca la institucionalidad democrática. Gane, quien gane, debemos ser respetuosos de los resultados, y unir fuerzas, a través de consensos políticos para impulsar el cambio que nos permitan afirmarnos como nación, recuperando la reactivación de nuestro crecimiento económico, poniendo fin al enfriamiento; acabando con la delincuencia, implementando una efectiva seguridad ciudadana; así como desarrollando un política implacable de lucha contra la corrupción, para despertar la confianza en nuestros pueblos y en nuestros inversionistas. Estos cambios nos permitirán en los próximos años avanzar por la senda de los países desarrollados y convertirnos en un país del Primer Mundo.

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