viernes, 14 de agosto de 2015

¡DEMOLICIÓN POLÍTICA!

Por: Enrique Soto Roca (*)

Cuando todos creíamos que el congresista Carlos Bruce, integrante de la bancada Concertación Parlamentaria –conducida por el Apra-, ex ministro y mano derecha del presidente Alejandro Toledo, líder de Perú Posible, se integraría, y apoyaría la campaña política hacia el 2016, con el partido de Alfonso Ugarte, este apareció de la mano de Pedro Pablo Kuczynski (PPK), manifestando que era “la mejor alternativa para ser el próximo presidente del Perú –así mismo, señaló- que tenemos que alejarnos de la improvisación y apostar por gente que tiene experiencia de gobierno”, con esto quedó consagrado el nuevo matrimonio, dejando con los crespos hechos y en la puerta de la iglesia a Alan García. Situación que ha sido vista por muchos analistas como una alevosía y traición.

“Ahora, entiendo por qué Carlos Bruce no tenía problema en hablar de irregularidades apristas en Canal N. ¿Ahora qué pasará con la bancada”, se interrogó preocupado el ex procurador y analista político Julio Arbizu, ya que esta nueva situación pone en entredicho a dos agrupaciones políticas de mucho poder, cuyos líderes y candidatos a la presidencia de la república están en lugares expectantes y con muchas posibilidades de alcanzar la más alta magistratura del estado en las próximas elecciones.


La lucha por el poder arranca con todo en esta contienda electoral. Alan García ha mandado a PPK a “estudiar historia” para que pueda entender el cambio de estrofa del Himno Nacional, mientras PPK, no quedándose atrás, arremetió contra García recordando que ex presidente fue su alumno.

En otro momento, PPK vuelve al contraataque, una vez más contra García, señalando que “es una vergüenza que se halla indultado a narcotraficantes”, en referencia a los narco indultos.  Por su parte, el congresista aprista Mauricio Mulder, consideró que PPK está muy equivocado si cree que ganará votos incentivando al antiaprismo. Luego señaló que PPK no se da cuenta que carece de credibilidad después de haber prometido renunciar a su nacionalidad estadounidense y no haberlo hecho. Eso demuestra que no dice la verdad –indicó Mulder.

En los últimos días ha aparecido sobre los murales de la propaganda aprista en diferentes avenidas del país pintas con la frase: “Alan ladrón”. Situación que es incriminada a los pepekausas, como una respuesta a las pancartas del colectivo aprista “Renovar”, criticando su nacionalidad norteamericana.

El enfrentamiento entre estas dos poderosas organizaciones políticas se pone al rojo vivo. Esto recién comienza. Como se venía anunciando, estas elecciones van a ser encarnizadas y violentas. La lucha por el poder se vuelve cada vez más desesperada, en la medida que la ética política ha sido abandonada, y las reglas de juego dentro de una democracia no cuenta para nada. El poder económico y la capacidad operativa son las que priman, como dice el vulgo: “el que puede, puede, el que no sólo mira”. Este es el panorama electoral actual, por lo que es necesario hacer algo para regular este vil comportamiento. Una campaña electoral no puede estar llena de difamaciones, diatribas e insultos, sin propuestas ni debate de ideas, es una ofensa y agresión al elector.

Qué podemos esperar de un personaje como Bruce que en un momento dijo: “Yo he trabajado con PPK y su falta de sensibilidad social garantiza un periodo de convulsión social en el improbable caso que llegue a la presidencia” ¿qué ha sucedido para que este señor cambie repentinamente de opinión?, ya que consideramos imposible que en tan poco tiempo PPK haya cambiado su sensibilidad social. Estos sucesos son malos precedentes en la transparencia del quehacer político. La falta de ética y principios la hunde, la asquea y la corrompe. Desanima al joven que quiere incorporarse a ella, para afirmar su ciudadanía. Ahuyenta a la mujer que quiere participar en ella como una forma de acentuar su femineidad. Hace caer las lágrimas al anciano que quiso ver en la política una forma de expresión de la libertad. Todo ello se confunde en un quehacer desastroso de ignominia, de impudor y de bajeza, de cálculos y de conveniencias, aprendiendo a vivir de la política y no para la política como debe de ser.

La guerra recién ha comenzado, y debemos estar preparados para lo peor que puede venir, ya que según el congresista nacionalista Santiago Gastañadui, la estrategia que ha puesto en marcha el Partido Aprista de cara a las elecciones presidenciales del 2016, es tumbarse a Kuczynski, líder de Peruanos por el Cambio, quien se ubica segundo en las encuestas después de Keiko Fujimori. “La lógica del Apra –dice Gastañadui- es tumbarse a PPK en la primera vuelta, para quedarse en la segunda con Fujimori”. Sin embargo, los pepekausas –a través de su vicepresidente Gilbert Violeta- sostienen: “Nosotros no somos Lourdes”, aclarando, que su partido está preparado para enfrentarse a los ataques del Apra, descartando de esa manera que Kuczynski pueda correr la misma suerte que Lourdes Flores Nano (PPC), quien en dos elecciones sucesivas fue desplazada de la segunda vuelta por Alan García.

Como podemos darnos cuenta la situación electoral se empieza a poner color de hormiga. En cualquier momento entra a tallar la primera opción, la que lidera las encuestas, Keiko Fujimori. Tengamos en cuenta que ella es producto de una vasta escuela fujimontesinista, en la que se educó por 10 años consecutivos. Es producto de una dictadura, las más corrupta y violadora de derechos humanos de toda la historia, por la que sus mentores Alberto Fujimori y Vladimiro Montesinos están presos. Con tal de ganar las elecciones el neofujimontesinismo no sabemos qué cosa podría hacer, no se descarta la implementación de sicosociales hasta alianzas estratégicas con Dios y con el diablo, lo importante es llegar. “Todo se compra, todo se vende”, decía Vladimiro.

Como vemos, el ambiente político electoral ha empezado a caldearse, y empezará a quemar con más fuerza cuando aparezcan otros competidores, que aun no siendo los primeros, están secundando el proceso, y estarán pisándole los cayos a los que van primeros. Y entre ellos empezarán a jalarse la camiseta, para impedir que la competencia avance.

Este proceso electoral – sino hacemos algo para regularlo- amenaza convertirse en una hoguera, ya que el apetito y la ambición por el poder, ha empezado a manifestarse de manera descomunal, sin haber signos de moderación y vagos escrúpulos. La lucha parece ser a muerte. En lugar de una fiesta democrática, parece más bien un festín canibalesco, mezclado con una algarabía carnavalesca.

Todos los candidatos que pugnan por ser presidentes de la república, son vistos por la ciudadanía, como caudillos inescrupulosos  que quieren llegar al poder para saquear las arcas del estado, mas no para servir a la nación como verdaderos funcionarios públicos. Ven al estado como un botín, que, a como dé lugar, quieren hacerlo suyo. Esta situación tiene que cambiar, y es deber de los jóvenes como diría González Prada, empuñar la antorcha y llevarla en alto, como un signo de rebeldía, ante una generación que envejece y nada trascendente ha realizado para sentirse aplaudida. Es hora de los jóvenes, ellos, son los llamados a abrir el camino por donde han de transitar las futuras generaciones.
(*) Periodista. Analista político 

sábado, 8 de agosto de 2015

¿SUBIR EL SUELDO BÁSICO?

Por: Enrique Soto Roca (*)

Si bien es cierto que el Perú está padeciendo desde el año 2012 un proceso de desaceleración, producto principalmente del enfriamiento económico internacional; reflejado en la caída de los precios de los minerales y nuestras exportaciones tradicionales. El boom económico que tuvimos de diez años de crecimiento continuo, desde el 2002 hasta el 2013, con una tasa promedio de 6% anual ha terminado. Este año creceremos un 3% aproximadamente.

¿Esto significa que estamos en un periodo de vacas flacas? ¿Qué hay que ajustarnos los cinturones y ser profundamente austeros? ¿Qué hay que bajar sueldos, despedir trabajadores y no incrementar ni un centavo a la Remuneración Mínima Vital (RMV)?. Nuestra respuesta es no, y lo sostenemos con argumentos.


Es cierto, que el boom ha terminado, pero no es cierto que hemos parado de crecer, sino que hemos disminuido nuestra tasa de crecimiento, por eso decimos que estamos viviendo una economía desacelerada. De lo que estaban acostumbrados a ganar (ganancia neta), nuestros empresarios, por ejemplo, de un millón de dólares en un mes –quizá me quede corto- hoy perciben sólo 700 mil y/o 500 mil dólares mensuales de rentabilidad, debido que ya terminó los diez años de bonanza, en la que acumularon desmedidamente, y hoy tendrían condiciones para invertir y reinvertir, pero no lo quieren hacer, por varias razones, entre una de ellas, por encontramos en un periodo electoral. En los próximos meses tendremos un nuevo presidente, y no se sabe quién será. Además, quieren –como siempre va exigir el capital- mejores condiciones, para obtener mejores ganancias, esto es normal dentro del sistema. No pidamos peras al olmo. Pero sepamos negociar con dignidad y patriotismo defendiendo siempre los intereses de la nación. Lo que criticamos al gobierno, y siempre lo hemos dicho, es su incapacidad para hacer una buena gestión. Su mediocridad en tomar medidas acertadas y audaces. Su falta de reflejos en el quehacer político y su falta absoluta, total en liderazgo y comunicación. Recibió un país en crecida, algo debió hacer al menos para mantenernos y no caer. Estos cinco años perdidos, debieron ser determinantes para acabar con la pobreza, para que todos los peruanos tengamos acceso al agua potable y alcantarillado, así como ningún niño y niña en edad escolar se quede sin estudiar. Esto es básico y lo pudo haber realizado este gobierno, pero no lo hizo. Lo que sí realizó, y para eso tuvieron decisión y audacia, aumentar el 100% el sueldo de los ministros, hoy cobran 30 mil nuevos soles mensuales. Sin embargo, hacen una serie de evaluaciones y estudios técnicos para incrementar en un 14% (105 nuevos soles), tal como lo piden los trabajadores la RMV, y hasta estos momentos, desde hace más de cuatro meses, no toman decisión.

Por otro lado, por qué sostenemos que no existen las tal vacas flacas, porque nuestros indicadores macroeconómicos nos dan una relativa estabilidad. Tenemos una inflación controlada. Tenemos un tipo de cambio gobernado por el BCR, claro que esto nos cuesta unos millones de dólares y una leve disminución de nuestras Reservas Internaciones Netas (RIN), que sobrepasan los 60 mil millones de dólares, un 30% aproximadamente de nuestro Producto Bruto Interno (PBI) que llega a los 200 mil millones de dólares. Así mismo, tenemos un acumulado del Fondo de Estabilización Fiscal (FEF), que se creó en 1999, compuesto por superávit del gobierno de cada año. Hoy la caja equivale al 8% del PBI. Es decir, 16 mil millones de dólares. Juntando las RIN y el FEF, tenemos un dineral, como algún analista económico dijo: ¡Pólvora suficiente para explotar la economía!

En tal sentido, eso de ajustarse los cinturones como recomendaba el FMI hace muchos años, sin resultados positivos, es un engaña muchachos. La austeridad no es el camino, contrae el consumo, conduce a la recesión, fenómeno económico que estrangula las economías de las naciones. Sino veamos en qué situación se halla Europa. Esto no avala el consumo desmedido, como lo sucedido en EE.UU. que lo llevó a la catástrofe del 2008, sino un consumo responsable, equilibrado y respaldado.

Tengamos en cuenta que nuestro consumo local no se ha contraído drásticamente, sí ha bajado algunos puntos, pero no es dramático ni hay por qué alarmarse. Por lo que es necesario repotenciarlo, ¿cómo lo haríamos? No hay otra forma de poner más monedas en el bolsillo de la gente, y esto de manera inmediata, una de las medidas, sería incrementando ligeramente la RMV con criterio y responsabilidad –el trabajador peruano es consiente y responsable-. Por eso, ha planteado ante el Consejo Nacional del Trabajo, en el que también participan empleadores y gobierno un incremento justo y equilibrado de 14%, equivalente a 105 nuevos soles. Es decir, la RMV ya no sería de 750 como ahora sino de 855 nuevos soles. Esto sí es posible. De dinamizaría la economía.

Tengamos en cuenta también, que el trabajador, y más aún aquel que percibe un sueldo básico, no acumula. Gana para sobrevivir. Ellos, en el periodo de bonanza se la pasaron trabajando y viéndola pasar solamente. Seamos justos, esto es verdaderamente un acto de inclusión social. Ya que nosotros los peruanos tenemos un problema muy serio que debemos resolver en los próximos años. Es el proceso de redistribución de la riqueza y los ingresos de la nación, allí nace la injusticia, que se refleja en violencia social, pobreza, falta de educación y atención a la salud. Esto debe acabar para siempre en los próximos cinco años. Los peruanos debemos de reencontrarnos, y nosotros mismo decidir hacia dónde vamos, qué modelo de país queremos construir para nuestros hijos, para las futuras generaciones, y no dejarnos imponer modelos trasnochados por caudillos advenedizos, que haciéndose pasar por líderes políticos deciden por nosotros.

Cómo va a ser posible, según denuncia Luis Castillo, asesor de la CGTP, que hasta la tarde del lunes 27 de julio, el Ejecutivo había decidido incrementar la RMV en 10%, es decir a 825 nuevos soles y fueron los gremios empresariales quienes alegaron que tal incremento afectaría los niveles de inversión, lo que habría hecho desistir al presidente de anunciar el alza en su mensaje por Fiestas Patrias. Esto no puede ser ¡quién manda en este país!, de ser cierta esta versión, por primera vez Ollanta hubiera realizado un acto de valentía, y no se hubiera dejado intimidar de manera vil.

Esta denuncia, parece verás, ya que según el vocero del nacionalismo, Josué Gutiérrez, dijo que hay una gran posibilidad que uno de los más importantes anuncios del presidente Humala en su mensaje a la Nación sea el del aumento del sueldo mínimo de 750 a 850 nuevos soles. “Ese tema ya ha sido evaluado en el Ministerio de Trabajo y por el titular de ese sector. El aumento del sueldo mínimo es parte de nuestra agenda” dijo. Diario La República 27 de julio 2015.

Esperamos que en el más breve tiempo, este tema de mucho significado para nuestros trabajadores sea resuelto. Y no intimidemos a la población con el fantasma que este incremento ocasionará despidos, más bien digamos la verdad, como que dinamizará la economía, porque si no soltamos nuevos soles y los ponemos en el bolsillo de la población, podríamos entrar en recesión. Así como sino apuramos las inversiones públicas y privadas de envergadura.
(*)Periodista. Analista político

miércoles, 5 de agosto de 2015

¡QUIERO SER PRESIDENTE!

Por: Enrique Soto Roca (*)

La carrera electoral por alcanzar la más alta magistratura del estado, se ha  intensificado en las últimas semanas en nuestro país. Todos los pre candidatos sueltos en plaza, se mueven como pez en el agua, entre una población desinformada, ofreciendo el oro y el moro. Sin embargo, la desaceleración económica se acentúa, y la delincuencia campea por doquier, y ninguno expone una propuesta seria y contundente para superar estos males que amenazan estrangular a la población peruana. Sus enunciados no pasan de simples críticas.

Según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), el Perú no liderará el crecimiento económico este año, ya que –según  proyección- su crecimiento apenas alcanzará el 3,6%, superado por Panamá con 6%, seguido de Antigua y Barbuda 5.4%, República Dominicana y Nicaragua (ambos con 4.8%), Bolivia 4.5% y Paraguay 4%. Frente este pronóstico aterrador –cuando éramos estrella celeste del firmamento latinoamericano- que dicen nuestros políticos que aspiran la silla de Pizarro. ¡Esta boca no es mía!


Seamos conscientes, un  proceso electoral para elegir a nuestro nuevo presidente de la república, no es un juego, sino una decisión de enorme responsabilidad, donde se decide el destino histórico de nuestro pueblo. En tal sentido no basta que un ciudadano acaudalado con muchos contactos en las altas esferas del poder, y con un conocimiento y experiencia básico en el quehacer político, visto como praxis y no como ciencia diga: ¡Quiero ser presidente!, esto no garantiza que elijamos a un buen gobernante, a un verdadero estadística, a un líder y conductor de una nación. Y, estas elecciones vuelven a estar plagada de candidatos que solamente tienen el deseo egocéntrico y codicioso de querer ser presidente –algunos nuevamente- a como dé lugar. En ese afán todo vale. El asunto es llegar. En medio de este alboroto de dimes y diretes, de puyas y cuchilladas, viendo que la cosa se pone fea, alguien dijo: “Un momentito hay que organizarnos”. Sabiendo que en ese plan todos podían salir chamuscados, decidieron alrededor de 16 partidos políticos una declaración de principios ante el acuerdo nacional, en el que expresan su confianza que las próximas elecciones se desarrolle en un clima de libertad y transparencia, sin hacer uso de los recursos públicos, sin insultos y con mucho respeto al competidor. Con esta actitud en algo se demarcó la cancha, pero no garantiza –sabiendo cómo actúan nuestros políticos- que el proceso electoral cuando entre a la recta final no se convierta en una campaña campal, encarnizada y demoledora.

Por otra parte, según las encuestas, aunque estas son muy prematuras ya se vislumbra quienes son los candidatos, o pre candidatos mientras no se oficialice, que tendrían mayores opciones de llegar a palacio. Teniendo en cuenta a los tres primeros, encabezados por Keiko Fujimori (30%) y seguido por PPK (14%) y Alan García (10%), serían los favoritos para asumir la presidencia de la república en el 2016.

Con esta proyección política todo parece indicar que el modelo económico neoliberal se fortalece, y no sabemos cómo se encarará el proceso de desaceleración que padecemos, así como no se sabe cómo se va a responder ante una recuperación de la economía norteamerica que haga subir las tasas de interés a nivel internacional. Así como, no se sabe cómo se actuará ante la recesión europea y la desaceleración China, ya que ninguno de los candidatos ha expresado claramente la visión de país que desea construir, y cómo resolver los problemas más cruciales que padecemos, ya que nos encontramos históricamente en un punto de quiebre, dónde lo que hagamos como nación puede catapultarnos a ser un país desarrollado o volver a lo que fuimos hace dos décadas. Ya que el actual gobierno de Ollanta Humala, se va en doce meses sin pena ni gloria, después de haber experimentado un rotundo fracaso. Habiendo generado falsas expectativas, y habiendo estafado a la nación. Este perfil de candidato el pueblo peruano nunca más no quiere, nunca más lo necesita. Forjemos un nuevo horizonte en democracia.

Por ello, es necesario exigir a los candidatos que aspiran a ser presidentes, ¿cuál es su plan de gobierno? ¿cuál es el  modelo de país que desean construir? y ¿cómo lo van hacer?  Es necesario interrogarlos de manera profunda y persistente.

Hay que tener en cuenta que los tres candidatos con mayores posibilidades de llegar a palacio, ya han tenido experiencia de gobierno. Alan García fue dos veces presidente; PPK fue ministro de estado y Keiko Fujimori fue embestida como primera dama. Ninguno puede jactarse de haber realizado una gestión de excelencia. Keiko Fujimori, peor aún ya que fue parte del gobierno más corrupto y violador de derechos humanos que tuvo nuestra historia republicana. García tuvo un primer gobierno desastroso, y hoy está siendo cuestionado por haber indultado a narcotraficantes. PPK como ministro de estado, representó los intereses políticos y económicos del Fondo Monetario Internacional (nuestro principal acreedor) y los intereses de las transnacionales, celebrando suculentos contratos altamente rentables. Por ello, ahora, ya que están primeros en el marcador, hay que exigirles claridad y precisión con respecto a lo que quieren hacer con nuestro país en caso de salir elegidos. Es un pedido, visto como un derecho adquirido en democracia, y de carácter constitucional. Tenemos que ser rigurosos con nuestros postulantes, si queremos llegar al 2021, año del Bicentenario de nuestra independencia como país desarrollado.

Tengamos también en cuenta que el PPC, un partido de extrema derecha. Es decir conservador, está que le hace ojitos a PPK. Cuando a Lourdes Flores Nano, lideresa del PPC, y ex candidata a la presidencia de la república le preguntan: ¿Pedro Pablo Kuczynski podría ser una opción? Ella responde: “Como no. Su partido no deja de ser un proyecto personal, pero un diálogo con él no debe cerrarse”. La República 28 de junio 2015.

Por su parte –siendo una necesidad histórica para ponerle un contrapeso a la contienda electoral- la izquierda ni suena ni truena, parece estar asustada por el vendaval aplastante neoliberal. A pesar que hay ciertos sectores que pugnan por hacer presencia política y forjar la unidad. Tal es  el caso de Verónica Mendoza, que impulsa el Frente Amplio, y parece bien que últimamente haya invitado a sumarse a ese movimiento a Sergio Tejada (disidente nacionalista) Y César Villanueva (ex presidente del Consejo de Ministros). Es necesario y hasta vital  que la izquierda abra y ocupe un espacio importante en el quehacer político nacional. Debe abrir el debate y la polémica sobre el futuro de nuestro país. 
(*) Periodista. Analista político