jueves, 12 de febrero de 2015

¿HACIA UN APOCALIPSIS DEMOCRÁTICO?

Por: Enrique Soto (*)

“Este es un momento de profunda reflexión”, señala sumamente preocupado Josué Gutiérrez, vocero de Gana Perú en el Congreso de la República, tratando de sintetizar la situación dificilísima de inestabilidad política por la que atraviesa el gobierno de Ollanta Humala. Sin embargo, este tratando de capear la marea, hace un último esfuerzo por calmar la turbulencia, convocando a través de su presidenta del Consejo de Ministros, Ana Jara, a un diálogo nacional, con todos los líderes de la clase política, acto que se realizó el lunes último en Palacio de Gobierno, y según comentarios terminó  sin pena ni gloria.

El gobierno peruano, a 18 meses de concluir su mandato, es decir, después de tres años y seis meses de actuación, no se cansa de cometer errores. Este supuesto diálogo apareció ante la opinión pública como un monólogo, cuando el pueblo se alistaba a escuchar una conversación en el más alto nivel, fue cortado de manera abrupta, después de escuchar por más de media hora a la ministra Jara, un mensaje presidencialista, la trasmisión fue suspendida y los periodistas en el acto fueron desalojados del recinto aduciendo que sería una reunión reservada. Es decir, a puertas cerradas. Se olvidaron de la transparencia. Más adelante trascendió que los invitados –mayormente representantes de partidos y movimientos políticos que no tienen significativa representación popular- no hablaron en su intervención más de cinco minutos.


Esta situación a la par de la ausencia de los principales líderes políticos como Alan García del Apra, Keiko Fujimori de Fuerza Popular y Alejandro Toledo de Perú Posible, empuja a esta iniciativa de diálogo al fracaso. ¿Y por qué decimos esto? Porque consideramos que este diálogo en un ambiente democrático fue mal planteado y pésimamente implementado, a partir de una actitud desesperada del gobierno de querer estabilizar, sin tener en consideración que estamos en un periodo pre electoral, a puertas de próximos comicios, en el que se elegirá al nuevo mandatario de la nación.

Parecen no darse cuenta o no querer aceptar, nuestros gobernantes, que su situación es sumamente grave, con diagnóstico reservado, por lo que tienen que trabajar y razonar con mucha diligencia, avanzando con tiento y pies de plomo si en verdad quieren salir de este laberinto, en el que por decisión propia, se han metido. Y ello va significar actuar con prudencia, paciencia y dejar de lado la soberbia.

El diálogo nacional, tal y como se está llevando, consideramos que no va a buen puerto. Y ello no significa que estemos en contra sino mas bien a favor. En democracia toda iniciativa de diálogo es importante y necesaria. La comunicación es vital entre los ciudadanos, para superar diferencias y evitar conflictos. Por lo que consideramos necesario sea replanteado. No va a caminar un diálogo serio que ha sido planteado y promovido por twitter. Esto hay que trabajarlo con los líderes y las organizaciones políticas de manera directa, para que sea productivo. Es más, esta situación de querer dialogar con la oposición principalmente, no va a caminar con una presidenta del Consejo de Ministros, mientras esté rodeada de ministros que no aceptan su liderazgo, a pesar que lo digan de la boca para afuera. Así como exista en el gabinete ministros que son severamente cuestionados por la oposición, como Urresti, Cateriano, Mayorga y Segura, por lo que es de suma urgencia oxigenarlo. De esa forma Ana Jara tendría autoridad, poder de conducción y liderazgo. Y recuperaría la confianza.

Sin embargo, la situación en la que se halla el gobierno es compleja y delicada, por ello algunos hablan de “muerte clínica”, estado que resume su alto grado de vulnerabilidad en que se encuentra.

Con preocupación el periodista Mirko Lauer, sostiene en un análisis que realiza en su columna Observador que “hemos entrado a un periodo de comentarios políticos apocalípticos”. Señalando que algunos de ellos plantean que hay conspiraciones en marcha. Otros, que la oposición está dedicada nada menos que al derrocamiento del gobierno. Comentarios extremadamente delicados y beligerantes que, de ser ciertos, pueden traer graves consecuencias. Sin embargo, todos son supuestos, ya que nada está confirmado.

Por otra parte Lauer, habla de un “apocalipsis democrático”, y se pregunta “¿qué podemos imaginar en esta línea tremendista? Pero, descarta un golpe militar y un autogolpe autoritario. Dejando entrever “la posibilidad de un manotazo de baja intensidad, como colocar un ramillete de militares retirados en el gabinete, guardando de esa manera las formas institucionales y democráticas”. Otro manotazo posible podría ser la vacancia del Presidente de la República –dice Lauer- para levantar presión política y mediática suficiente como para obligar al Ejecutivo a adelantar elecciones.

domingo, 1 de febrero de 2015

Economía y Política. CRECER CONTRA VIENTO Y MAREA

Por: Enrique Soto (*)

A un mes de haberse iniciado este polémico año pre electoral 2015, la desacelerada economía peruana, que el año pasado, nos hizo tocar fondo, con un cuestionado crecimiento de 2.5 del PBI, porque creemos que ya no seguiremos descendiendo más, está obligada este año a crecer contra viento y marea. No tenemos otra alternativa, y es lo único que debemos desear con gran intensidad, si en verdad queremos revertir la caída estrepitosa y retomar la senda del crecimiento que tuvimos de manera continua los últimos diez años.

¿Lograremos este ansiado objetivo? ¿Qué debemos hacer para que ello suceda? ¿Por qué tuvimos en tan breve tiempo una caída tan estrepitosa? ¿Qué factores internos y externos jaquearon la continuidad de nuestro crecimiento económico? ¿Es qué estamos frente a un modelo económico que ha puesto al descubierto, en esta coyuntura, que sus debilidades son mayores que sus fortalezas?

Razonemos de manera objetiva, liberándonos de nuestras susceptibilidades subjetivas  para tratar de alcanzar la verdad científica.

Consideramos que para tener un mayor entendimiento de lo que está sucediendo en el campo económico nacional, tenemos que analizarlo teniendo en cuenta también el quehacer político.

Asimismo, no ver el problema con anteojeras, encerrándonos en nuestra casa llamada Perú, sino examinando la situación de manera global. Es  decir en el mundo.

La situación es compleja y no tan simple como algunos analistas creen, errando en sus predicciones y proyecciones.


Julio Velarde, presidente del Banco Central de Reserva, galardonado como el mejor banquero del año 2014 a nivel de Latinoamérica, acierta cuando hace un llamado al empresariado a invertir en negocios en el mercado nacional, diciéndoles que no estén nerviosos sobre las perspectivas de la economía peruana, considerando que los que opten por no invertir estarán cediendo espacio a su competencia.  Esto es bueno, porque trata de inyectar confianza y promover la competitividad. Sin embargo, también es necesario reconocer realidades para pisar en firme. Una de ellas es que la inversión privada ha caído ostensiblemente. Las inversiones mineras en Perú alcanzaron 7.051 millones de dólares en el 2014, lo que supone una caída de 7.2% respecto al año pasado, según información del Ministerio de Energía y Minas (MEM). Asimismo, las exportaciones en general han caído significativamente el año 2014 en un 20% afectando el crecimiento. El dólar está al alza, y las Reservas Internacionales Netas (RIN) están casi estancadas, situándose en un US $63.999 millones al 23 de diciembre del 2014, representando alrededor del 32% del Producto Bruto Interno (PBI). Sin embargo, al término del 2013 las RIN se sitúan  en US$ 62.920 millones, representando un 30% del PBI. A pesar que esta cifra es aún considerable, que favorece enormemente al país, con un adecuado blindaje, hay que tener mucho cuidado, ya que las reservas son una garantía de la estabilidad económica.

El entusiasmo que trasmite Velarde es sumamente interesante. El hecho que crea que en este año 2015 vamos a crecer es aleccionador. El BCR proyectó que este año creceríamos 5.2%. Pero, conforme a los nuevos cálculos, han hecho un reajuste, anunciando que el PBI se expandirá solo en 4,8% en el 2015.

Por otra parte, nos parece importante que el BCR baje la tasa de encaje en moneda nacional de 9% a 8.5% a partir del mes de febrero de este año. Asimismo, bajó el requerimiento mínimo de depósitos en cuenta corriente de 2% a 1.5%. Estas decisiones, implicarían una mayor disponibilidad de liquidez, que sería de 576 millones de nuevos soles aproximadamente, a favor de las entidades financieras. Esto de alguna forma ayudaría a reactivar el crecimiento. Creemos que las decisiones en política monetaria vayan de la mano con las decisiones en política fiscal, ya que una coordinación eficiente ayudaría mucho a retomar el camino del crecimiento económico.

Por otro lado, debemos de considerar como algo positivo, ya que genera expectativas en la inversión privada, el hecho que el FMI, prevea que la economía peruana crecerá 4% este año. Asimismo, es necesario señalar, lo sostenido por el Ministro de Economía y Finanzas, Alonso Segura, quien sostiene con gran entusiasmo, que se espera que el Perú retome el liderazgo de crecimiento en América Latina el 2015. Sin embargo, esto pasa obligatoriamente por las decisiones y planes que implemente el gobierno central a través del Ejecutivo, en el cual juega un papel importante y fundamental el MEF, como ente rector de la política fiscal.

Sin embargo, el quehacer político, no puede soslayarse en el análisis económico, ya que muchas veces tiene un peso fundamental cuando está violentado, creando desconfianza, que ahuyentan las inversiones generando inestabilidad gubernamental, impidiendo una eficiente marcha institucional y democrática. En tal sentido podemos advertir que estamos experimentando una crisis de gobernabilidad.

Este  es el problema fundamental por resolver. Si se quiere garantizar la reactivación del crecimiento económico, debemos solucionar el problema político, ya que la economía es inseparable de la política.  En tal sentido, la coyuntura que se extenderá todo el año, sino tomamos las medidas correctivas, estará muy caldeaba, donde el enfrentamiento y la conflictividad social se ha impuesto, ubicando al gobierno contra las cuerdas. La incapacidad y la poca eficiencia en el arte de gobernar del humalismo y/o nacionalismo, les está pasando la factura después de tres años y medio de gestión y faltando catorce meses aproximadamente para celebrar nuevos comicios, donde se elegirá al nuevo presidente de la república y a sus futuros congresistas. Valgan verdades esta coyuntura está siendo aprovechada por algunos grupos políticos tratando de llevar agua a su molino.

En economía  y en política nada es casual y todo tiene  su por qué. En estos momentos el gobierno se está llevando la peor parte y se halla magullado y rengueando. Y eso por no poner las cosas en claro desde un inicio. Cometió el error de desembarcar a la izquierda del proyecto nacionalista y de aliarse sin poner condiciones con un empresariado que no es nacionalista y no tiene fuerte identificación con el desarrollo del país y con su independencia económica y política.

Asimismo, carece de un plan estratégico de desarrollo nacional. Es decir, no tiene norte como país y nación.

En este escenario es necesario y urgente tomar al toro por las astas para salir del atolladero. En tal sentido, la convocatoria a un diálogo de líderes de las diferentes fuerzas políticas, convocado por la Presidenta del Consejo de Ministros, Ana Jara, resulta atinada, ya que sólo el humalismo será muy difícil que lleve adelante lo que le queda para gobernar, ya que se ha perdido la confianza y la credibilidad del pueblo. Los vínculos de la pareja presidencial con Martín Belaúnde Lossio –ex asesor de la campaña de Humala- hoy atrincherado en Bolivia, con una orden de captura el Perú, la derogatoria de la Ley de Régimen Laboral Juvenil, la persecución por parte de los servicios de inteligencia a políticos de oposición, han deteriorado la imagen del gobierno, que es empeorado con las confrontaciones que genera el ministro Urresti, con líderes de la oposición. Sin embargo, sin negar la necesidad de diálogo que debe existir, este no va a prosperar en las actuales circunstancias, ya que la ministra Ana Jara ha perdido toda autoridad al frente del gabinete, institución que se ha resquebrajado, por lo que se hace necesario como primera medida una reestructuración del gabinete, con uno de “ancha base”, ya que el nacionalismo ha entrado en desbandada, con una actitud incontrolable.