miércoles, 31 de diciembre de 2014

ECONOMÍA Y POLÍTICA: 2014: UN AÑO PERDIDO

Por: Enrique Soto (*)

Se viene con el 2015, en el quehacer político nacional, una incesante lucha por la acumulación de poder, después de haber vivido los peruanos, el año 2014 sin expectativas y totalmente desacelerado económicamente, quebrándose nuestro proceso de crecimiento continuo promedio de 7% de nuestro PBI. Nos encontramos al borde del inicio de parte de nuestra “clase política” –si acaso la tenemos- de una despiadada carrera electoral, rumbo a la presidencia de la república en el 2016, y a ocupar los nuevos curules de la representación nacional en el Congreso de la República.

El gobierno humalista tuvo la oportunidad de hacer una gestión con justicia e inclusión social, con desarrollo y prosperidad, elevando la calidad de vida para todos los peruanos. Tuvo el apoyo necesario y suficiente de todos los sectores principalmente pobres y marginados, que inicialmente creyeron en su programa político de “La Gran Transformación” y luego aceptaron su flexibilización táctica expresada a través de la hoja de ruta.

Sin embargo, a tres años y medio de gestión, y a pocos meses de terminar su mandato, nada trascendente, que la historia pueda registrar, se ha hecho en favor de los más necesitados. Perdiéndose una gran oportunidad de trascender, dejando pasar los primeros mejores años del siglo XXI, que tuvo nuestra patria.

En tal sentido se puede afirmar, sin temor a equivocarse, que la salud y educación, se hallan en una situación de total abandono, floreciendo la corrupción, la delincuencia (léase inseguridad ciudadana) y el narcotráfico.Tenemos una economía desacelerada, por no reaccionar a tiempo y de manera eficiente con programas contracíclicos de envergadura, porque tenemos una macroeconomía sólida y robusta, dispuesta a embestir cualquier desajuste financiero, ya sea  por efecto interno y/o externo, ya que nuestras Reservas Internacionales Netas (RIN) son considerables y nuestras deudas públicas están saneadas, estando además muy bien vistos en el sistema financiero internacional. En tal sentido, ya no somos el país de la década de los 80. Esta situación de crisis que vivimos ya es historia. Por lo que este proceso de desaceleración económica que hemos padecido el 2014 no se justifica, a no ser por la incapacidad política de nuestros gobernantes, carentes de visión estratégica de desarrollo.

Antes que comience un enfrentamiento sin cuartel entre los grupos políticos para decidir quién gobernará el país a partir del 2016, debemos reivindicar a los más pobres y necesitados. Ellos también deben ser favorecidos, si en verdad queremos consolidar nuestro crecimiento económico sostenido. No solamente pensando en el crecimiento y beneficio de la gran empresa y el gran capital, disminuyendo los impuestos que están obligados a pagar, sino generando sostenibilidad en la población con la atención de la salud y educación. Asimismo, se debe corregir inmediatamente la ley que maltrata a la juventud trabajadora recortándoles sus derechos laborales, por ser inconstitucional. Los derechos laborales adquiridos son irrenunciables.


Por otra parte, debemos de lanzar una gran ofensiva el año 2015, para resarcir en algo lo que no se hizo en años anteriores de este gobierno, en lo que respecta a la atención en salud, con una reforma integral en el sector, que tenga como prioridad una atención efectiva y humana a los pacientes, no está demás decir: a los más necesitados carentes de recursos. Y eso pasa necesariamente por consolidar la infraestructura hospitalaria y extenderla a lo todo el territorio nacional. Así como implementarlas con medicamentos y recursos humanos profesionales.

También es necesario lanzar una gran ofensiva el año 2015, en el sector educación. Ya que solo la educación, de manera principal, va a ser el sostén estratégico que va a garantizar el crecimiento económico sostenible. Sino preparamos a la niñez y a la juventud educándola con los conocimientos y técnicas necesarias, los esfuerzos que hagamos por afirmarnos económicamente no tendrán sustento y habrán sido en vano. Por eso, debemos de promover la creación acelerada de escuelas y colegios, con profesores dignos de ser llamados maestros, que eduquen con amor y devoción, que hagan de su profesión un apostolado, y que sean bien remunerados.


Asimismo, no debemos descuidar nuestra infraestructura de comunicación terrestre, como nuestra modernización de todos los puertos y aeropuertos, haciéndolos los mejores de la región latinoamericana, con capacidad de proyectarnos a interactuar con Asia. Que nuestros puertos sean la puerta de entrada y salida hacia el gran continente asiático. Seamos visionarios, apuntemos al desarrollo futuro de la humanidad.

La salud, la educación, la infraestructura terrestre, portuaria y aeroportuaria, son sectores que deben ser atendidos de manera inmediata por ser urgentes. Y esto solo va a ser posible sosteniendo el aumento de la inversión pública, así como promoviendo la inversión privada que este año 2014 cayó considerablemente. Asimismo, impulsando los proyectos de inversión público-privados. Las fortalezas de nuestros indicadores macroeconómicos garantizan que esta agenda sea atendida.

Es más, para que todo esto sea posible es necesario resolver y/o amenguar los graves problemas de corrupción, seguridad ciudadana y narcotráfico. Ya que sin la atención a estos males va a ser muy difícil el avance hacia el desarrollo.

En tal sentido, la actitud de nuestros políticos y gobernantes frente a estos graves problemas es crucial. Siendo necesario poner las cosas en claro y actuar con transparencia antes que se encienda la pradera y se agudice la situación generando inestabilidad gubernamental, democrática e institucional. Hay que tener en cuenta que tenemos una gran debilidad en nuestras instituciones.

El gobierno central tiene que tomar la iniciativa y la decisión este 2015 de reorganizar el gabinete, para poner paños fríos a la caliente situación en la que se encuentra, considerando en este proceso cambiar a los ministros de Justicia, Daniel Figallo y al de Energía y Minas, Eleodoro Mayorga. Uno por querer defender de manera indirecta a Martín Belaúnde Lossio, quien está prófugo de la justicia y el otro por favorecer a una empresa transnacional, en la que trabajó como asesor, con una concesión. Situaciones que colindan con la corrupción. Acto seguido, debe pedirle al Ministro del Interior, Urresti que sea menos exhibicionista, más efectivo, que cumpla con su papel real, para el que ha sido nombrado y que deje que los altos mandos de la PNP, cumplan con su trabajo. Es decir, que sea consciente que a la delincuencia él solo no va poder pararla, por más buena voluntad que tenga. Asimismo, debe de pronunciarse porque el Fiscal de la Nación, Carlos Ramos Heredia, primo de la esposa del Presidente de la República, investigado junto con el ex Fiscal de la Nación, Peláez, porque según parece ambos, apoyaron la gestión del presidente regional de Ancash, César Álvarez, hoy preso acusado de corrupción y de ser jefe de una banda criminal que asesinó al consejero de oposición, Ezequiel Nolasco, quien denunciaba de manera continua sus fechorías, sin que el Ministerio Público, haga algo, renuncie al cargo, como una decisión política, no siendo suficiente una sanción legal, como la suspensión temporal de seis meses por parte del Consejo Nacional de la Magistratura.

En estos momentos la situación del gobierno central y de la pareja presidencial es muy delicada y están obligados a realizar, actos que de alguna forma les restituya la confianza perdida mayoritariamente por la opinión pública, que los ven como personas que están coludidas con la corrupción. Y esto lo corrobora la falta de interés por capturar a Martín Belaúnde Lossio, allegado a la pareja presidencial.

Esta situación de crisis gubernamental no se va a resolver a gritos, ni devolviendo regalitos comprometedores como el bastón de mando. Por lo que el presidente Ollanta Humala debe tener prudencia antes de ningunear a las comisiones investigadoras de los casos López Meneses y Martín Belaúnde Lossio. Y muy por el contrario se debe colaborar, y de ser necesario permitir que la esposa del Presidente de la República, en calidad de ciudadana vaya a declarar, cuando sea requerida, de lo contrario su situación empeorará.

Esperemos que este 2015, la situación sea trasparente, que caiga todo el peso de la ley sobre los que han cometido actos de corrupción. Que no haya impunidad para nadie, de lo contrario la incipiente democracia que estamos viviendo se pondrá en peligro, afectando el desarrollo y el crecimiento económico.

La corrupción no se puede tolerar, es hora de pararla. Tengamos en cuenta que la falta de fortaleza institucional en el país es debido a la existencia de la corrupción. Hoy ya nadie cree en instituciones estratégicas que debieran sostener el estado de derecho como el Poder Judicial, el Congreso de la República, el Ministerio Público y la Policía Nacional. Estas instituciones tienen que ser reformadas de manera profunda para que vuelvan a ser creíbles. El crecimiento económico para que sea sólido tiene que ser con transparencia y en democracia, promoviendo la justicia y el bienestar social.

Finalmente, sostenemos que si el 2014 ha sido un año perdido, el 2015 debe ser un año de reactivación, recuperando nuestro nivel de crecimiento sostenido.
(*) Periodista

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