lunes, 5 de mayo de 2014

PROCESO DE DESCENTRALIZACIÓN: ¿REALIDAD O FICCIÓN?

Por: Julio Garazatúa Vela.(*)

A escasos meses de llevarse a cabo las elecciones regionales y municipales  y ante la información en los medios de comunicación sobre presuntas conexiones del crimen organizado con autoridades regionales y locales como el caso del actual Presidente Regional de Ancash, César Álvarez, sindicado como responsable de graves hechos de corrupción, es preciso que el gobierno central asuma con autoridad el control del Estado.

Este nuevo escándalo nacional que ha motivado la rápida e inusual intervención de las instituciones del Estado: seguridad, justicia, contraloría, etc. nos recuerda  lo siguiente:  primero,  que estos casos deben ser investigados con prontitud y en forma exhaustiva, para sancionar drásticamente a los responsables y a los culpables, para desterrar de una vez y para siempre la costumbre que  los casos de corrupción a nivel político siempre terminan en impunidad; segundo, que el llamado Proceso de Descentralización,  hasta la fecha no logra la finalidad  para el cual fue creado, en razón que después de más de una década de iniciado este proceso, no se vislumbra el desarrollo integral, armónico y sostenible del país, mediante la separación de competencias y funciones, y el equilibrado ejercicio del poder por los tres niveles del gobierno en beneficio de la población; al contrario, en la práctica se observa  que la aplicación de las normas y procedimientos establecidos, no se ajusta al espíritu de la ley, y por ende  no coadyuva al fin propuesto.  Tercero, este libertinaje político y presunto delito económico con dineros del Estado descubierto en la Región Ancash, demuestra que el proceso de regionalización tal como se está llevando a cabo actualmente viene propiciando una suerte de “feudalismo” regional , donde los presidentes regionales creen tener la atribución de manejar este ámbito territorial a su antojo, sin control de ninguna clase; arrogándose incluso la potestad de confrontar con el Gobierno Central en algunos asuntos de Estado; comportamientos que si no se corrigen a tiempo pueden generar conflictos no deseados en las demás  regiones, como el suscitado en Cajamarca y  otras en proceso de gestación.
¿Por qué se comete este tipo de delitos continuamente?; por varias razones, entre ellas:  si bien es cierto que las normas, procedimientos, funciones y atribuciones que orientan el desempeño de los gobiernos regionales se encuentran  expresadas en la Ley de Regionalización No. 27867, también es cierto que estas normas no se cumplen adecuadamente,  en razón que los órganos de fiscalización y control, como el  Congreso de la República  y  la Procuraduría General de la República , entre otras, encargadas de  supervisar y orientar  la aplicación de estas normas  en el ámbito regional  hasta su total implementación, no actúan con la seriedad , oportunidad y responsabilidad necesaria que les exige el cargo, lo cual propicia que los propios gobiernos regionales  distorsionen la interpretación legal de estas disposiciones, para manejarlas de acuerdo a sus pretensiones personales y políticas partidarias; y al parecer  se interviene solamente cuando los medios de comunicación presentan casos evidentes de corrupción administrativa.