lunes, 31 de octubre de 2011

SIN CENSURA

Por :CRL. PNP (r) JULIO GARAZATÚA VELA

El frustrado asalto a la familia de un congresista con el desenlace de la hija de este gravemente herida, y el reciente asesinato de un joven hincha deportivo, por un grupo de “vándalos” denominados “barras bravas”, ocurrido en un evento futbolístico; nos recuerda una vez más, que la criminalidad continua golpeando dramáticamente a la sociedad peruana, sin que las instituciones del Estado puedan articular mecanismos de defensa efectivos contra este flagelo. Es comprensible que la sociedad exija al nuevo gobierno que adopte medidas más radicales para atenuar la sensación de temor que crece progresivamente, y se pueda revertir a la brevedad esta preocupante tendencia.   Pero también la experiencia nos dice, que cuando una sociedad se agita al compas de la violencia de cualquier género, el comportamiento de las instituciones se vuelve errática, y en lugar de articular medidas adecuadas al problema que nos perturba, estas se dispersan y se concentran en la superficie del problema y no en las causas que la originan.
Es indudable que el problema de la criminalidad es estructural y llevará tiempo resolverlo, pero la prioridad actual es implementar estrategias efectivas para controlar y contrarrestar los preocupantes índice de delitos; tarea que no corresponde solamente a la Policía Nacional, sino a todas las instituciones del estado, que deben involucrarse en el problema con la firme determinación de encararlo en todos los frentes: policial, social, legal, económico, educativo, familiar, etc.

“Lo cierto es que el hombre de la calle, el ciudadano común, comprueba que cada día  va perdiendo su derecho a la libertad…”